El milagro de Tiago Monteiro
El portugués volvió a competir 14 meses después de su gravísimo accidente en Montmeló: "Los médicos se preguntaban por qué caminaba".
"A veces, cuando tienes un accidente grave no recuerdas lo que sucedió, pero yo me acuerdo de todo. Pisé el freno y noté que no respondía. Quise saltarme la curva, pero a tan alta velocidad, más de 200 kilómetros por hora, el coche patinó en la hierba e hice un trompo. Y recuerdo ir hacia el muro. El impacto no lo noté, ya estaba inconsciente. El dolor lo sentí al despertar".
El 6 de septiembre de 2017, durante un test privado, Tiago Monteiro se estrelló lateralmente con el Honda Civic del Mundial de Turismos contra el muro de la primera curva de Montmeló. Su cuerpo soportó fuerzas de "44G, muchos daños en el cuello, dos hematomas grandes en el cerebro, los dos ojos se salieron de las órbitas...". Incapaz de caminar y con visión doble durante siete meses, el portugués que más lejos ha llegado en el automovilismo, con 20 años de carrera como piloto profesional y un pasado en la F1 con podio incluido (EE UU 2005), podía considerarse afortunado sobreviviendo a un golpe tan violento. No era suficiente: "Entonces ya podía tener una vida de oficina, pero quería volver a correr".
El pasado fin de semana, 14 meses después, regresó al WTCR en Suzuka y completó las tres carreras llegando a lograr un 11º puesto. Cumplió con su objetivo: "He sentido mucho cariño, todos han visto lo que he peleado para volver".
Porque, como relata a As, muchas cosas han tenido que salir bien en su recuperación para volver a un circuito: "Tantas que no sé por dónde empezar". Cuando comenzó con gimnasia acuática y cámara hiperbárica había perdido 12 kilos. Visitó a los mejores especialistas: en San Diego, tratamientos con vitaminas y aminoácidos, "ocho horas mientras se mezclan en la sangre, una sensación horrible". En Florida, "inyecciones para recuperar las células". Para corregir su estrabismo bilateral del 85%, Marc Márquez le puso en contacto con el oftalmólogo que corrigió sus problemas de visión en 2011. "Los médicos se sorprendían, sólo el 2% de casos de diplopía (visión doble) son bilaterales, con dos ojos bizcos, porque el impacto debe ser tan fuerte que lo normal es no sobrevivir".
"Cada vez más tratamientos y ninguno fue el decisivo, es la combinación lo que me ha ayudado. Y la parte psicológica es muy importante, ahora entiendo por qué hay depresiones. Cuando tienes dolores, no hablas, no comes, no sabes si vas a volver a caminar, la morfina no te hace efecto, no duermes más de 15 minutos... es fácil entrar en una espiral negativa", cuenta Tiago, de 42 años. ¿Nunca pensó que sería imposible? "Cuando me estancaba. Pero no podía permitírmelo. Si era imposible volver por decisión médica vale, pero que no fuera por no haberlo intentado".
"Tengo contrato con Honda, sea en WTCR, GT3 o Japón"
"Cuando los médicos veían la lista de problemas, se preguntaban por qué caminaba", dice Monteiro. Ahora, con casco y mono, es consciente de que "volver a correr es un milagro, pero el verdadero milagro es estar aquí y que no sea en una silla de ruedas". Apenas tiene secuelas más allá de dolor cervical y falta de sensibilidad en la piel. No pudo terminar la temporada 2017, cuando lideraba el Mundial, y ya está negociando un programa para 2019: "Tengo contrato con Honda, sea en WTCR, GT3 o Japón. Quiero pelear por un campeonato internacional. Si he podido llegar hasta aquí, mi objetivo es seguir". Un piloto hecho de otra pasta.