Torres y su debut: "El enemigo número uno soy yo mismo"
El piloto español se estrena en MotoGP como sustituto del lesionado Rabat: “Me sabe mal que esté lesionado, pero la moto está parada y hay que usarla”.
A sus 31 años, Jordi Torres tiene ante sí la posibilidad de debutar este fin de semana en MotoGP. Lo hará de la mano del Reale Avintia, como sustituto del lesionado Tito Rabat, operado de triple fractura en la pierna derecha el sábado de Silverstone. El ‘zorruno’ trae así de vuelta al Mundial knee ground (rodilla al suelo) un simpático gesto que puso de moda durante su andadura mundialista en Moto2, con 55 carreras adornadas con una victoria y tres podios. Ahora está en las SBK y no podía rechazar una oportunidad así.
¿Cómo titulamos, el zorruno vuelve al Mundial o el knee ground está de vuelta?
Como quiera, aunque no hace mucho que hago un knee ground, desde que no hago podios. Intento hacerlo cuando hay cosas que celebrar.
Usted lo puso de moda y muchos los hacíamos sin ganar nada. Me tiene que hacer uno para ilustrar esta entrevista…
Por supuesto. Sin problema.
¿Qué supone debutar en MotoGP para un piloto que dejó nuestro Mundial al acabar 2014?
Responsabilidad. El equipo no me mete ninguna presión, porque vengo aquí a disfrutar y a ver hasta dónde puedo aprender, porque son muchas cosas. El enemigo número uno soy yo mismo, porque quiero hacerlo bien y demostrar que soy un piloto competitivo. Llevo un año en SBK en el que no acabo de despuntar todo lo que quisiera con la MV Agusta. Ahora toca subirse a una moto diferente (la Ducati Desmosedici GP16) y con neumáticos diferentes, con lo que habrá que ser medianamente competitivos, algo que ya veremos qué es en nuestro caso. Quizá sean dos segundos y medio o más, pero está claro que venimos a dar guerra.
Ponsson, el anterior sustituto de Rabat, no le dejó el listón muy alto en Misano…
He leído cosillas, pero es que no es fácil venir aquí con una moto, neumáticos y trazadas completamente diferentes, cuando los demás llevan varios años con los Michelin. Encontrar el límite al Michelin delantero será complicado.
¿Cómo surgió la posibilidad?
Gracias a mi representante, Paco Sánchez, que ha hecho magia una vez más. Todo lo que toca lo convierte en oro o vino (risas).
¿Qué objetivo se marca?
Adelantar a tres o cuatro pilotos estaría muy bien.
¿Cuántas carreras va a estar aquí?
Rezándole a los dioses, esta y Tailandia, pero todo depende del estado de Tito.
¿Qué supone venir por lesión de un compañero?
Yo no tengo ningún enemigo. Me sabe mal que esté lesionado, pero la moto está parada y hay que utilizarla. (Risas). La suya la va a usar Simeon y yo conduciré la de Simeon.
¿Qué es lo que más le ilusiona de estar aquí?
El equipo, el trabajar con gente que ya conozco. Eso es lo que más me pone.
¿Y lo que más le preocupa?
Frenar, ser competitivo en frenada.
¿Curiosidad por coincidir con algún piloto en la pista?
Yo creo que todos. Vengo de una conducción muy agresiva en SBK, donde rompo el acelerador de lo agresivo que soy y tengo muchos movimientos, pero aquí hay poca gente con movimientos bruscos encima de la moto y de eso tengo que aprender, ser finillo y apretar el culillo. Estas cosillas…
¿Podría hacerme para terminar un análisis en clave zorruna, ya sabe, a lo Muchachada Nui?
Jordi Torres viene aquí como un pollo sin cabeza. Pasea por el paddock y todo el mundo le saluda, pero él no sabe quién le saluda y pone risa falsa. Luego le tocará subirse a la moto, a una moto que no conoce, y los entrenamientos serán muy cortos para él. Y luego llegará a la carrera y todo el mundo le dará collejas, seguro. Eso sí, Jordi saldrá a carrera en modo ‘full race full mother fucker’, con los ojos vueltas ‘pa atrás’, que es aún más que con los ojos en rojo, diciendo palabras al revés, como si estuviera poseído. Y luego a ver si no cortocircuita y le sale todo medianamente bien.