Decepción. Este es el sentimiento con el que McLaren ha regresado a Woking tras el Gran Premio de Alemania 2018. Porque tanto Fernando Alonso como Stoffel Vandoorne no pudieron finalizar en la zona de puntos por problemas de fiabilidad en sus MCL33.
En el caso de Alonso, una anomalía en la telemetría de la caja de cambios obligó al bicampeón a aparcar su monoplaza en el garaje antes de ver la bandera a cuadros en Hockenheim , tras haber arriesgado con la estrategia aguardando la aparición de una lluvia que nunca terminó de llegar: "Apostamos, pensábamos que iba a llover fuerte, pero desafortunadamente nos precipitamos y la apuesta no valió la pena. Es una verdadera pena para Fernando, que estaba haciendo una carrera realmente buena en ese momento, luchando, como hace siempre. Al final de la carrera, nos preocupaba su caja de cambios y tuvimos que retirar su coche".
Por su parte, Vandoorne sufrió un problema en su unidad de potencia, aún en investigación, que provocó que el belga tuviera que instalar un mapa motor con menos potencia de la habitual: "Vandoorne tuvo un problema a mitad de carrera, que aún investigamos y que le hizo perder mucho tiempo, pero tuvo un final sólido".
"Es mala suerte perder una oportunidad de anotar puntos , ya que el coche y los pilotos tenían ritmo suficiente para hacerlo hoy, así que seguimos adelante", finaliza Gil de Ferrán sobre el rendimiento de su escudería en terreno alemán, que ha visto como Force India se ha distancia en el Mundial de Fórmula 1 2018.
En cuatro días, McLaren tendrá una nueva oportunidad en Hungría de revertir esta sensación. Aunque viendo los problemas de agarre a baja velocidad que presenta el coche fabricado al sureste de Gran Bretaña, se antoja como una misión casi imposible. Aunque soñar es gratis.