24 HORAS DE LE MANS | LA INTRAHISTORIA

La original venganza laboral que dio pie al Porsche 'cerdo' con guía para descuartizarlo

El 911 RSR de color rosa dorsal 92 que pilotan Christensen, Vanthoor y Estre homenajea una curiosa historia que sucedió en las 24 Horas de 1971.

El original diseño del Porsche dorsal 92 de las 24 Horas de Le Mans 2018.
Porsche
Rafa Payá
Nació en Madrid (1976). Licenciado en Derecho con un master de postgrado en periodismo deportivo. Entró en AS en 2004 en Más Deporte para pasar a motor (15 años) y en 2020 regresó a poli donde hace atletismo, golf, deportes olímpicos... Ha cubierto deportes de motor (F-1, MotoGP, Fórmula E...), europeos y mundiales de atletismo, y eventos de golf.
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Es el monoplaza que más impacta de los 60 que participan en la 86ª edición de las 24 Horas de Le Mans. ¿La razón? Es un Porsche 911 RSR pintado con una decoración muy impactante. Ni más ni menos que un cerdo rosa con los nombres de la anatomía del mamífero y que son las guías reales que utilizan los caniceros para descuartizarlos. El Porsche de porcina estética lleva el número 92, participa en la categoría GTEPro (la misma de Miguel Molina y Antonio García), está pilotado por el danés Christensen, el belga Vanthoor y el francés Estre.

La original venganza laboral que dio pie al Porsche 'cerdo' con guía para descuartizarlo
El Porsche 'pig' de Le Mans en acción.

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La siguiente pregunta no admite duda... ¿por qué está pintado así? Hay que remontarse a la edición de 1971 y a que Porsche está celebrando su 70ª aniversario. La firma alemana de deportivos ha querido rendir homenaje a una curiosa historia que ocurrió en la mítica carrera de La Sarthe hace 47 años. Esta es la historia: Porsche tenía un jefe de diseño llamado Tony Lapine que mostró su diseño del 917/20 para participar en la carrera de 1971, pero sorprendentemente vio como su boceto no era el elegido en detrimento de otro presentado por una empresa francesa llamada SERA.

Lapine montó en colera y Porsche para compensar su disgusto le ofreció decorar el modelo definitivo. Ni corto ni perezoso decidió vengarse y creó el 'Truffle Hunter' (cazador de trufas) también denominado 'Pink Pig' (cerdo rosa). Su resultado visual fue un éxito todo lo contrario que su desempeño en pista ya que Reinhold Joest tuvo un problema de frenos y abandonó. Pese al fracaso competitivo el coche porcino se convirtió en un mito y descansa en el Museo de Porsche de Stuttgart. Ahora, en 2018 Porsche, ha querido recordar esa historia con una réplica de aquel mítico 23.

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