Lorenzo sonríe de nuevo con su regreso a Yamaha ya cerrado
Han cuajado las negociaciones para volver a subirse a una M1, con apoyo de fábrica, y se espera que con Syahrin de compañero y el patrocinio de Petronas.
No es habitual ver a Jorge Lorenzo salir sonriente del box de Ducati tras un FP1 en el que se ha clasificado noveno, a 0.966 de la cabeza. Sin embargo, el pentacampeón se encuentra este fin de semana en el circuito de Mugello más liberado que nunca, o al menos más liberado que en las últimas semanas. Su futuro ya no está en el aire, ya no hay opción de que se vaya forzosamente a casa al acabar 2018 y el balear es conocedor de que se ha cerrado ya con éxito su regreso a Yamaha, a una estructura satélite con apoyo de fábrica y en la que se espera tenga como compañero de box a Hafizh Syahrin y con el patrocinio de Petronas, una poderosa petrolera de Malasia.
El mallorquín no puede adelantar ahora mismo nada, salvo su continuidad segura en MotoGP durante dos temporadas más, y prefiere esperar a que se haga oficial el anuncio, que tendrá lugar días antes de la próxima cita del campeonato, el GP de Cataluña en Montmeló, dentro de dos fines de semana. Todo ello le ha hecho recuperar la sonrisa y la fortaleza ante los micrófonos, como se vio en el mensaje que le envió el jueves desde Mugello a Claudio Domenicali, CEO de Ducati: "No soy un gran piloto, soy un campeón".
Lo que está por ver aún es con qué estructura correrá, si se creará una nueva o se aprovechará alguna de las satélites ya existentes en el campeonato. Tanto la del Marc VDS Estrella Galicia 0,0 como la del Ángel Nieto Team de Aspar no han ocultado en ningún momento sus intenciones de intentar convertirse en el relevo del Tech3, que se va a KTM, como nuevo equipo satélite de Yamaha.
Sea como fuere, el box que reciba a Lorenzo se garantizará en su interior a un pilotazo al que avalan unos números espectaculares a lomos de las Yamaha M1 que pilotó entre 2008 y 2016: 3 títulos, 44 victorias, 42 segundos, 21 terceros, 39 poles y 28 vueltas rápidas.