'Turn 1': un problema de física

De 317 km/h a 50 en una curva a derechas casi sin fin, una espiral que se estrecha gradualmente y que casi se dobla sobre sí misma antes de girar en la dirección opuesta, dejándose caer sobre una recta corta y ligeramente curvada. "Es como un rincón interminable. Debes tratar de entrar a la mayor velocidad posible, pero la pista es tan ancha y la curva tan larga que nunca sabes cuándo llegas al vértice. Obtener el tiempo correcto es muy difícil ", asegura Nyck de Vries, piloto de F2 ligado a McLaren. Y es que la 'Turn 1' del circuito de Shanghái es un verdadero problema de física para los pilotos: cómo pasar el monoplaza por una curva que nunca ofrece un estado constante. Compromiso y valentía valdrían quizá como respuesta.

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La curva favorita de Alonso en todo el Mundial necesita de una precisión absoluta para no tirar por la borda la vuelta entera y se muestra como la clave para optar a algo, principalmente en la sesión de clasificación. La joya del arquitecto Tilke es un embudo cuyas cargas laterales aumentan sin cesar mientras el piloto intenta gestionar el interminable giro. De octava marcha a quinta en décimas y con un único, suave y continuo pisotón al freno que acompaña toda la acción que permita controlar y equilibrar el F1. Vital tomar la línea correcta sin desplazarse demasiado hacia la izquierda para mantener una velocidad crítica de entrada. Después en un instante engranaje de la cuarta marcha, luego tercera, segunda sin perder el agarre ya que en ese momento hay que cambiar de dirección.

¿Y ya está? Ni mucho menos, ahora llega el momento crítico. De repente la pista cae cuesta abajo y el coche es lanzado al lado opuesto por lo que es clave precisar exactamente dónde apuntar al vértice para que la velocidad de salida sea óptima. Y así 56 veces, tantas como vueltas se deben completar en el gran premio.