La primera curva de 270º, el gran reto de Shanghai
Los coches llegan a 315 km/h y deben frenar durante toda la curva. “No hay otra igual en todo el Mundial”, dice Carlos Sainz.
El piloto chino, señor Huang, tuvo la inmensa suerte de poder conducir el Aston Martin de calle en las hot laps de Pirelli, dio una vuelta, tranquilo, más o menos a un ritmo lógico, pero en la siguiente se vino arriba, primera curva, llega casi a trescientos por hora, frena en seco y… el coche se da la vuelta completamente y se queda parado en mitad de la curva. No es fácil. A veces cuando dejan estos coches a los pilotos invitados que en ocasiones no son sino afortunados multimillonarios que pueden darse ese capricho. Pero no, esa curva no es para inexpertos. Al contrario.
“Es de las más complicadas y divertidas de este circuito, se entra a 315 km/h y vas frenando poco a poco a medida que se cierra la curva, no hay otra curva así en todo el Mundial, es muy especial y por eso me gusta”, dice Carlos Sainz.
Se trata de una curva de 270 grados a derechas en la que, como dice el piloto madrileño, los coches entran a mas de trescientos por hora y van perdiendo velocidad “según aumenta el giro de volante de cara al último apéndice”, tal y como explican en McLaren. “Los pilotos siguen frenando en esa fase; con la pérdida de carga aerodinámica tienen que tener cuidado de no bloquear la rueda interior delantera que va sin carga”, cierran en el equipo de Alonso. Finalmente en esa curva pasan de más de 300 a unos 50 km/h. Es el gran reto de Shanghai, con un circuito cuyo diseño recuerda al caracter chino shang, que significa ‘por encima, lo elevado’.
En China están algunas de las rectas más largas del calendario con los 1,17 kilómetros de la recta de meta como gran emblema, esas largas rectas obligan a una menor carga aerodinámica, pero a la vez necesitan agarre para esa primera curva, vital para lograr un buen tiempo por vuelta, es el gran reto de Shanghai.