Carlos Sainz lidera el Dakar con más de una hora de ventaja

Este Dakar ni siquiera tuvo clemencia con Stéphane Peterhansel. Liderato cómodo, pilotaje conservador y un coche imbatible, lo tenía todo para hacer cuentas y llegar a Córdoba primero, como casi siempre. Pero esta vez se dio de bruces con su carrera, la que lleva por apellido, y camino de Uyuni se dejó todas sus opciones de victoria. Era el kilómetro 186 de especial cuando intentaba adelantar a una moto y al hacerlo llegó el accidente: rompió los amortiguadores de su rueda trasera izquierda y el triángulo de dirección.

Para repararlo no le bastaron aquellos 27 minutos: necesitó una hora y tres cuartos (aun así es tercero de la general) y la ayuda de su inestimable compañero y amigo Cyril Despres, que iba retrasado por una avería con el embrague pero viajaba con el coche cargado de repuestos ante la etapa maratón, sin asistencias en el vivac. Esto tampoco ayuda a Monsieur Dakar, pues esta noche habrá tenido que ser él personalmente, junto a su copiloto, quien se encargue de preparar su montura para otra jornada exigente: 500 kilómetros cronometrados.

Por delante, ajeno a todo, Carlos Sainz. Ganó la etapa, su 31º triunfo parcial en el Dakar. Y ahora lidera la general con más de una hora de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, Nasser Al Attiyah. “Queda todavía muchísima carrera. Está claro que para nosotros ahora lo importante es ir pasando día a día sin problemas, pero ya hemos visto que cualquier día la sorpresa puede llegar. El rally está siendo muy, muy duro”, dijo el madrileño. La jornada en Bolivia fue complicada, “dura con un fuera de pista complicado y algo de barro, era cuestión de sobrevivir”.

Ahora termina la encrucijada de Peugeot. En una semana su infalible póker de 3008 DKR Maxi ha quedado reducido a un único as. Despres, tercer clasificado en 2017, destrozó una rueda en la cuarta etapa. Loeb, segundo hace un año, abandonó al encallar en una duna por las lesiones de su copiloto. Peterhansel, ganador de las últimas dos ediciones, no ha cumplido con su único cometido: llevar el coche de vuelta al vivac.

Pero no es momento de ilusionarse, al menos todavía. Sainz tiene que enfrentarse aún a medio Dakar: el regreso de la etapa maratón hacia Tupiza y el sector argentino, el que se presumía más duro del recorrido del 40º aniversario. “Hay que intentar no arriesgar más de la cuenta, pero también hay que ir con el ritmo adecuado porque si vas muy despacio puedes cometer un error”, afirma Carlos. Aún queda lejos Argentina y se presume que llegará una caravana agotada ante las innumerables incidencias en tan pocos días. Pero, por ahora, esa caravana la lidera un español.

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