Las siete conclusiones del GP de Japón: Márquez, Rins, Mir...
La concentración de Marc hasta la batalla final, el paso adelante de Álex y la confianza en que Joan será campeón de Moto3 sí o sí.
Y es que encima nos pagan
No es la primera vez que lo digo… Y es que enciman nos pagan por venir hasta Japón a presenciar un espectáculo como el que depararon Dovizioso y Márquez bajo la lluvia de Motegi. Me dieron las tres de la madrugada hasta que pude dormirme anoche, porque aún estaba agitado después de vivir una carrera de infarto y no paraba de darle vueltas a lo vivido. Se me repetía una y otra vez el frenadón de Dovizioso en la curva 11 de la última vuelta, tras una recta en bajada en la que vuelan a 290 por hora y reducen hasta 70. Si esa frenada la hubiera firmado otro con más tirón mediático, y contra Márquez sobre un espejo de agua, se magnificaría más aunque para mí pasará por siempre a los anales de la historia. También reviví el intento a la desesperada de Marc en la última curva, la tensión de las seis últimas vueltas, el amago de caída del español a medio giro del final y, por encima de todo, el abrazo entre caballeros que se pegaron ambos al acabar su oda al motociclismo. Venir hasta Japón a muchos nos resulta un marrón, pero días así compensan una temporada entera de viajes alrededor del mundo. Y encima ya digo que nos pagan, también por preguntarles y contar después cómo demonios lo han hecho. Un privilegio, y más en días así.
Ni la victoria de Álex rompió el ritual de Marc
Otro detalle de que los pilotos están hechos de otra pasta es el hecho de que el mayor de los Márquez, Marc, se quedara por vez primera sin ir a felicitar a su hermano Álex a pie de podio después de lograr una victoria mundialista. La razón no está en que se hubieran enfadado, ni mucho menos, sino en que el del Repsol Honda estaba a sólo cinco minutos de subirse a su MotoGP cuando el ganador del GP de Japón de Moto2 llegó a pie de podio. Además, en este circuito el corralito está más lejos que en ningún otro de los boxes, por lo que era lógico que el líder de la clase reina permaneciera en el suyo. Lo llamativo y admirable fue verle mantener la seriedad y su ritual de concentración característico previo a una carrera cuando la cámara buscó una sonrisa suya. El plano televisivo pasó de la celebración de Álex con sus mecánicos, su padre y Alzamora al box del 93, donde se le vio absolutamente impertérrito, sin mover un solo músculo de su rostro y a lo suyo. Sin duda, una concentración a prueba de bombas y que para muchos mortales hubiera sido imposible de mantener.
La retirada de Pedrosa
"Cuando he perdido los puntos he decidido entrar y hemos visto que el neumático estaba parcialmente roto. No es una decisión que me guste tener que tomar, pero no podíamos hacer mucho más. No estaba totalmente destruido, pero sí muy gastado. Es algo difícil de entender", argumentó Pedrosa a la hora de explicar su abandono en la vuelta 21, a tres del final. Ese momento pasó casi desapercibido, porque toda la atención estaba puesta en la apasionante pelea que su compañero Márquez mantenía, con la misma moto, contra Dovizioso por la victoria y el título al borde de la caída bajo la lluvia. Un contraste doloroso para Dani y sus seguidores, que ni con el neumático en buen estado en los primeros compases de la prueba asomó por las primeras posiciones. No es la primera vez que problemas de puesta a punto le amargan el fin de semana.
La felicitación de Puig a Márquez
Me llamó mucho la atención la felicitación sentida que le transmitió Alberto Puig a Márquez en el corralito después de acabar la carrera. El ilerdense ha pasado de ser su rival, cuando trabajaba pegado a Pedrosa, al piloto que más admira. De las muchas virtudes que tiene el pentacampeón, la que más admiración produce en el expiloto es su valentía, su arrojo y su casta. Los bemoles que pone encima de la Honda, para olvidarse de calculadoras en beneficio del campeonato y para poner de su parte lo que le falta a la moto a base de agallas. Y es que lo de Honda es para hacérselo mirar…
Sólo una Honda entre los 14 primeros en su casa
Habrá que tirar de libros de historia para encontrar una carrera de peor resultado para Honda en Motegi, su circuito, su casa, con sólo una de las motos del ala dorada entre los 14 primeros. El segundo puesto de Márquez es un alivio, por mucho que perdiera la carrera en la última curva, porque le mantiene al frente de la general y su título taparía cualquiera de los problemas que padecen. En esas 14 primeras plazas, había cinco Ducati (Dovizioso 1º, Petrucci 3º, Lorenzo 6º, Baz 10º y Barberá 14º), dos Suzuki (Iannone 4º y Rins 5º), tres Yamaha (Zarco 8º, Maverick 9º y Nakasuga 12º), dos Aprilia (Aleix 7º y Lowes 13º) y una KTM (Pol 11º). El ala dorada tendrá que esforzarse, como todas las fábricas, por mejorar sus motos y por renovar a Márquez al término de la próxima temporada.
Paso al frente de Rins
Bromeaba Rins el viernes, en el encuentro con los periodistas: "No sé si es mejor acabar octavo en Japón y que vengas tú sólo a verme o acabar de los últimos y que vengan cuatro o cinco periodistas a hablar conmigo". Está acostumbrado el novato de MotoGP a ser referencia en Moto2 y Moto3 y ahora está menos solicitado, porque cuesta sacar tiempo para ir a hablar con él y otros en su situación. Son tantos los pilotos de obligada visita tras cada sesión que es imposible llegar a todos, pero con su gran carrera en Motegi, remontando desde la decimoquinta a la quinta plaza, se ganó una rueda de prensa multitudinaria tras la carrera. En Japón dio un paso al frente con la Suzuki y la única pega es que finalmente le pudiera superar su compañero Iannone, pero ha demostrado que tiene fundamento pensar en él como en uno de los importantes de MotoGP para el futuro. Y encima es un chaval fantástico que no pierde la sonrisa ni en las duras ni en las maduras.
Mir será campeón sí o sí
No pudo Mir conquistar el título en Japón, donde firmó el peor GP de toda la temporada y de su vida, pero podrá hacerlo el próximo domingo en Australia. Y si no en Malasia. Y si no en Valencia, aunque llegar hasta ahí sería un drama después de haber tenido 80 puntos de renta. Pero tengan claro que el mallorquín será campeón sí o sí este año de Moto3. Tiene la cabeza muy bien amueblada y un entorno favorable, más allá de su equipo, que le ayudará a pasar rápido página y a mantener la tranquilidad necesaria que requiere una situación así. Es sólo cuestión de paciencia.