Por qué Mónaco es el GP más especial (aunque no esté Alonso)
Un trazado incónico y peligroso a 270 km/h, un entorno incomparable y auténtico, los yates y el Casino... La carrera que todos los pilotos elegirían.
“Podíamos celebrar esta carrera todos los fines de semana”, decía Hamilton recién llegado al motorhome de Mercedes en Mónaco. Él vive en el Principado, recorre a diario las carreteras que forman el trazado y aun así esta carrera es “muy especial” para él. Los 20 pilotos de la parrilla de la Fórmula 1 pueden exponer sus razones individuales, pero si tuvieran que elegir un gran premio de todo el calendario siempre será este. ¿Por qué?
Para empezar, no es simplemente un circuito urbano como Singapur, Abu Dhabi o Bakú. Mónaco es el circuito urbano, el gran premio que existía antes que el propio Mundial de Fórmula 1 (en 1929 se disputó la primera edición, este año llega la 75ª), y mientras algunos trazados contienen curvas icónicas del automovilismo, todos los giros de Montecarlo son imprescindibles para entender la competición: Santa Devota, Massenet, Loewe, Tabac, el túnel, Chicane, Piscina o Rascasse…
Su paddock también es único, porque los aficionados pueden acercarse sin ningún tipo de acreditación o entrada a pocos metros de sus ídolos y pedirles autógrafos o fotografías desde el otro lado de la valla. O seguirles por el estrecho pasillo que separa los motorhome del pit lane con cuidado para no errar un paso y terminar en el mar. Mónaco es un lugar exclusivo, repleto de celebrities de todos los sectores, con hoteles, casinos y restaurantes de precios prohibitivos y yates de dimensiones insultantes que conforman un ambiente incomparable al resto de grandes premios. No hay nada artificial en el entorno, incluso el lujo de Mónaco es auténtico.
Hay quejas, claro: en la carrera, después de la salida, la primera curva y el clásico coche de seguridad mientras se limpian los desperfectos de algún incidente, apenas se verán adelantamientos. No hay espacio para pasar entre los muros, aunque quizás deba valorarse más el mérito de rodar a 270 kilómetros por hora en un carril cercado por guardarraíles que ya a 50 km/h parece estrecho. Además, pocas clasificaciones son más emocionantes que la del GP de Mónaco.
No está Fernando Alonso, eso quizá reste atractivo para los aficionados españoles, aunque conviene recordar que no es incompatible seguir Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis, afortunadamente en el automovilismo hay sitio para todos. Carlos Sainz puede luchar por puntos y quién sabe si por el podio, y Vettel y Hamilton libran una batalla que hace años que no se ve en Fórmula 1. Sí, Mónaco es el gran premio más especial del calendario.