Michelin cree haber dado en la tecla con el nuevo delantero

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No es fácil para nadie, ni siquiera para un monstruo como Michelin, regresar siete años después a la parrilla de MotoGP y cumplir con las exigencias del mejor campeonato del mundo de motociclismo. Es fácil imaginar que la próxima temporada le resultará más fácil al suministrador único de neumáticos, porque dispondrán de la información acumulada durante todo el curso 2016, pero también porque parece que han dado en la tecla correcta con el nuevo neumático delantero traído a Valencia. Es el mismo que, si todo va bien, y está yendo muy bien en Valencia, sin caídas inexplicables de rueda delantera y con unos cronos al nivel o mejores que los de los Bridgestone, encontrarán los pilotos en sus boxes la próxima temporada con regularidad. Y eso es algo vital.

Nos lo explica Ramón Forcada, jefe de mecánicos de Jorge Lorenzo: "Yamaha no tiene la moto acabada de 2017 aún porque está a expensas de saber cuáles serán los neumáticos del año que viene, sobre todo el delantero. Aquí hay ya un perfil diferente, que sobre el papel tendría que ser el neumático del año que viene. Lo han traído para el gran premio y también estará en el test. Es un neumático que ya probamos en el entrenamiento de Brno, fue bien, pero sólo en un circuito y si va bien aquí será el neumático del año que viene. Tiene un perfil diferente. La combinación de gomas es la misma, pero la forma es diferente, y con él se busca que avise más a los pilotos y ganar en grip (agarre)".

Nicolas Goubert, máximo responsable de la firma gala en los GGPP, asegura después de ver cómo han ido los tres primeros libres en el Ricardo Tormo que "hay que seguir trabajando mucho", pero es optimista: "Creemos que tenemos el neumático, pero hay que seguir probándolo en el test de aquí, en el de Jerez de finales de noviembre y en el de Sepang de Yamaha. Las sensaciones son buenas y, a diferencia de Brno, la diferencia entre el perfil nuevo que ofrece más superficie de apoyo y el antiguo no es tan grande, lo que es bueno”.

Volviendo a Forcada, así analiza para AS la situación vivida este año con los Michelin: "El problema ahora es casi más el trasero que el delantero, con lo que si el delantero es bueno te permite hacer un trasero mejor, porque el delantero aguanta lo que empuja el trasero. El problema cuando el delantero no es lo bastante bueno y el trasero es muy bueno es que creas un desequilibrio, porque el trasero empuja mucho al delantero y se producen las caídas de neumático delantero. Este es el punto que está intentando encontrar Michelin y en base a lo que se vea en Valencia decidirán si es el neumático del año que viene. Eso es importante para todo el mundo, para que las fábricas puedan trabajar en sus motos sabiendo qué neumáticos tendrán y que, sin ser exactamente siempre los mismos, haya poca variación de una carrera a otra. Lo que pasaba con los Bridgestone es que la carcasa siempre era la misma y las gomas las conocías, con lo que ibas a una combinación de gomas y carcasas que conocías. Eso hacía que fuera más o menos previsible cómo iba a funcionar el neumático. Con los Michelin ha habido mucho cambio de carcasa y eso te cambia mucho el feeling y que tenga grip en tracción o en el ángulo. Así el piloto no llega a conocer el neumático lo suficientemente bien".

Traducido todo eso en su piloto, asegura "a Lorenzo le ha penalizado mucho este año todo esto, aunque sobre todo le ha penalizado que el trasero no tenga buen grip en la entrada a curva. Eso ha sido lo más crítico para él. Es importante que sepas qué neumáticos van a traer en cada gran premio, porque es lo primero que vemos al llegar al circuito. Este año hemos repetido sólo tres neumáticos traseros en todo el año, delanteros más, y así es muy difícil”. El año que viene será más fácil para todos, en teoría.