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DTM

Wolff no quiere presionar a Wehrlein "a cualquier precio"

El jefe de Mercedes reconoce "varias alternativas" respecto al futuro del nuevo campeón, que suena para Manor en 2016.

Hockenheim
Toto Wolff
ANDREJ ISAKOVICAFP

Pascal Wehrlein ya es campeón del DTM. Y ahora no espera otra cosa que subirse al Manor en 2016, que respirará con un motor Mercedes. Pero debe esperar: "Mi objetivo es la Fórmula 1. Pero cuándo va a llegar ese momento, si llega, no sé precisarlo", reconoce el piloto de 21 años en Hockenheim. A unos metros de allí, antes de que arranque la segunda carrera del fin de semana con el que se cierra el DTM 2015, Toto Wolff y Nico Rosberg comparten rueda de prensa en el hospitality de Mercedes. "Hay varias alternativas respecto a Pascal (Wehrlein), pero no debemos presionarle a cualquier precio. Hay que tener calma", reconoce la cabeza visible de Mercedes en la F-1. Incluso llega a cifrar las probabilidades de que Wehrlein esté en la máxima categoría del automovilismo en 2016 en “un 50%”.

Mientras se le pregunta sobre Wehrlein, es decir, sobre el futuro, también se aguarda una respuesta de Wolff sobre el presente, que no es otro que Nico Rosberg, quien parece haber perdido el tren hacia el título que toca ya con sus dedos Lewis Hamilton. Pero Toto confía en Nico: "Siempre hemos confiado en él. Su fortaleza es una de las bazas de que esté con nosotros y estoy seguro de que, pase lo que pase, volverá en 2016 con más fuerza aún".

Según Wolff, la última cita del Mundial de F-1, en Sochi, dejó claro que a Rosberg no se le ha olvidado pilotar, "con una primera vuelta en la que se mostró muy sólido, con la dosis justa de agresividad", reconocía en ESPN. Sin embargo, allí, en Rusia, donde Mercedes conquistó el segundo título de constructores consecutivo, Hamilton no hizo sino aumentar su ventaja al frente de la clasificación: ahora son 66 puntos sobre Vettel y 73 sobre Rosberg, con cuatro pruebas del Mundial aún por delante.

Mientras Wolff habla, a sólo unos metros, una multitud pide autógrafos y persigue una foto con el hombre del bigote eterno, Dieter Zetsche, el presidente de Daimler, consorcio automovilístico que engloba a Mercedes. Él tiene mejor que nadie las cuentas en la cabeza, los números, esos que tendrían que cuadrar si la hipótesis de un tercer monoplaza en parrilla para los grandes equipos cobrara fuerza. "Es más un problema económico, no de infraestructura", recalca Wolff, a quien tras ciertas preguntas de cortesía sobre el DTM, se le plantean los asuntos que rondan por la F-1. Si finalmente se abriera esa puerta, la de un tercer coche de las escuderías punteras, muchos pilotos de frotarían las manos. "Sí, he dicho que sería bueno para pilotos jóvenes. Estarían en unas estructuras más competitivas y para quienes merecen estar en la F-1, el tercer coche podría ayudar", añade Wolff.