Team Mücke, la gran familia alemana de Dani Juncadella

Están bien escondidos. Al final de una carretera estrecha, de una larga recta arbolada, allí se ubica el cuartel general de Mücke Motorsport. En Berlín. Allí está Dani Juncadella, que un día antes firmaba un sexto en Lausitzring con el que toda esa familia arranca la semana del mejor modo. Eso de ser el mejor Mercedes en la carrera del DTM siempre sabe bien...

Juncadella está acompañado por Peter Mücke, el padre de la criatura, el creador en 1998 de un equipo que a lo largo de los años ha levantado copas en F3, F4, GP3, Formula BMW... Una estructura que cuenta con 58 trabajadores. Y el ejército del DTM consta de 25. Mücke Motorsport DTM es uno de los cuatro equipos (junto al ART y los dos oficiales HWA) bajo la tutela de Mercedes-AMG. Pelean con Audi y BMW, y el reto no es otro que unir el trofeo de campeones a esa estrella de plata que tanto luce en la F-1.

Son las nueve de la mañana del lunes y los camiones desplazados el fin de semana al cercano Lausitzring, a hora y media por carretera, ya están de regreso. En total, Mücke Motorsport dispone de siete trailers: dos para la F3, dos para la F4 y tres para el DTM. En un camión se trasladan los dos coches, otro es para el equipamiento y el último para la oficina. El lunes, los tres del DTM ya estaban en casa; el martes lo hizo el de la F3 procedente de Monza. El principal reto logístico llegará en el DTM a finales de agosto, con la cita en Moscú, una de las tres fuera de Alemania junto a la holandesa de Zandvoort y la austríaca de Spielberg. Entonces la comitiva no llegará antes del miércoles.

Juncadella mira cómo ha quedado su Mercedes-AMG C 63 DTM, ese misil de 500 CV capaz de ponerse de 0 a 100 en 2,9 segundos. Daños menores, un flap algo tocado, un roce detrás... Anécdotas tras una carrera tan reñida como lo son todas en el DTM. Dani se siente cada vez más a gusto en el equipo, habla con unos en inglés, con otros en alemán (“siempre se me dieron bien los idiomas”, dice), y junto a él unos mecánicos cargan neumáticos y otros bajan cuidadosamente los coches del camión. Hay seis mecánicos por coche (12 en total), el resto son ingenieros y de organización. Todos ellos despiertan este lunes con la sensación del deber cumplido. Allí, en ese equipo para el que en su día compitieron Sebastian Vettel (ganó la F-BMW ADAC en 2004), Sergio Pérez o Robert Kubica. Otros pilotos, el mismo hogar. Allí, en Berlín. En ese lugar casi secreto al final de la arboleda.