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Fórmula 1 | GP de Estados Unidos

La calificación de Austin sólo tendrá 17 coches compitiendo

La cita se ve desdibujada por las ausencias de Caterham y Marussia, además de la de Vettel en la lucha por la pole, ya que debe salir desde el ‘pit lane’ por su cambio de motor.

Vettel.
Getty

En el país del descafeinado, la Fórmula 1 nos sirve una taza más de su desconcierto. A las ausencias de dos de las once escuderías que integran el campeonato, Caterham y Marussia, ambas con problemas financieros, se une la de Sebastian Vettel en la calificación del sábado. El tetracampeón del mundo no luchará contra el crono al volante de su RB10. La razón es clara: no competirá para así poder ahorrar neumáticos y kilometraje, una vez que tendrá que salir obligatoriamente desde el pit lane por cambiar su unidad de potencia al completo.

Es una mala noticia, otra más, el enésimo borrón en el GP de Estados Unidos 2014 que se disputa en el Circuito de Las Américas de Austin. “Es una lástima. Me gustaría que Vettel pudiera empezar la carrera desde la parrilla. Eso es algo que no afectará a la venta de entradas, porque la mayoría de los aficionados que se acercan al circuito lo hacen por vivir la experiencia, pero es una situación lamentable”, afirmó Bobby Epstein, cofundador del trazado texano, al diario británico ‘The Guardian’.

Vettel, cuyo 2014 se ha convertido en un filete con tanto nervio que no se le puede hincar el diente, se muestra “contrariado” con la normativa de motores vigente en el Mundial. Según el piloto de Heppenheim, resulta prácticamente imposible llegar a la última carrera del campeonato con sólo cinco motores. Él utilizará el sexto. “La regla es completamente estúpida. La gente pondrá la televisión y verá a un piloto simplemente sin nada que hacer”, dice Sebastian.

Pero no sólo habrá que cuidar el corazón de los monoplazas, esa unidad de potencia que tanto protagonismo cobró la pasada pretemporada, sino también la sangre que llega a ese motor. El consumo será un quebradero de cabeza para los equipos, ya que según los datos de simulación del programa Wintax de Magneti Marelli, se necesitarán 102 kilos de combustible —cuando el flujo está limitado a 100— para cubrir los 308,405 kilómetros (56 vueltas) a los que está programada la carrera. Es el récord en la relación de consumos previstos a lo largo de un campeonato en el que el mínimo lo deparaba el GP de Mónaco (cifrado en 84 kilos).

Es evidente que los pilotos deberán gestionar la competición en modo de ahorro. Y eso no gusta a casi nadie. “La F-1 debe aflojar un poco y exagera mucho con la parte técnica del motor. Lo vimos en Sochi, donde muchos pilotos levantaron el pie por falta de combustible con tal de llegar a meta”, dice Mario Andretti, campeón del mundo en 1978 y embajador del Circuito de Las Américas.

En ese trazado se le volverá a ver este fin de semana. Allí, en Texas, en el estado en el que todo es a lo grande (de eso tiene fama en EE UU), la parrilla se encogerá hasta los 18 coches y uno de ellos, el Red Bull de Vettel, como mero espectador en la calificación. El campeón no pilota, sino que ve la tele. Ésa no es la mejor imagen de la Fórmula 1.