GP DE RUSIA | CALIFICACIÓN
Nueva pole para Hamilton con Alonso séptimo en la parrilla
Dominio de los Mercedes, con Rosberg segundo por delante de Bottas. El asturiano acabó octavo pero gana una plaza por la penalización de Magnussen. Clasificación GP Azerbaiyán F1 en directo
Eso cuesta 15.000 euros”, dijo un periodista italiano. Otro le comparó con el sargento M. A. Baracus, el del ‘Equipo A’ que utilizaba cadenas de oro en honor a los esclavos africanos que llegaron a EE UU. De repente apareció un español en escena: “He visto a Hamilton con una cadena de oro que vale un millón de euros”. Diferentes versiones. Lewis había llegado al circuito con una joya de oro macizo alrededor del cuello con la que cualquiera debería caminar agachado para sostenerla. Y su sonrisa. Ésa que le acompaña siempre últimamente, Ésa que dice, voy a ser campeón. Otra cosa será que lo consiga. Pero buena pinta tiene para Lewis Carl Davidson Hamilton, piloto de Mercedes de 29 años. Es el más fuerte de la clase, del instituto entero. Tiene talento, calidad máxima y un coche ganador. Sólo le falta, a veces, la total confianza de su equipo, pero incluso ahí tiene valedores, como ese señor de la gorra roja que pasea su leyenda por los circuitos y se llama Niki Lauda.
Hamilton logró ayer su séptima pole del año. Y lo hizo a pesar de errores de pilotaje en cada entrenamiento, en cada sesión clasificatoria, fallos que maquillaba con aciertos de genio. El inglés tiene en su compañero Nico Rosberg a su único rival. Y el alemán lo intenta, pero… No es lo mismo. Parece.
En cualquier caso el alemán saldrá segundo. Y por delante de un Valtteri Bottas al que le entró la tos en el peor momento. Venía en pole el finlandés en su última vuelta, pero se le fue el coche en la última curva, suficiente para derrapar y perder cuatro décimas vitales. El Williams sigue siendo la única alternativa al dominio de Mercedes, el Williams de ese Pat Symonds que preparaba aquellos Renault azules y amarillos que nos hicieron saltar encima de las mesas, en esa época en la que fuimos felices. Porque ahora, Fernando Alonso, en las bocanadas finales de aire de una aventura que no pudo ser y no fue vestido de rojo, lucha para llevar otra vez un coche mediocre donde viven los más listos de la clase. A veces no se puede. Ni con el superdotado del cole.
El asturiano terminó octavo por delante de su compañero Raikkonen, aunque con menos diferencia que otras veces. Afortunadamente para Fernando partirá un puesto por delante, séptimo, a causa de la sanción de cinco puestos a Magnussen, que fue sexto, pero saldrá undécimo finalmente. Desde ese puesto el podio soñado para su compañero Bianchi, que lucha en Japón, parece una utopía.
Pero también podía serlo que un Toro Rosso con el debutante Kvyat acabase quinto como el mejor de los que no montan motores Mercedes y destrozase a los dos Red Bull, sobre todo a un Vettel desconocido fuera de la Q3 y que saldrá décimo por sanciones a otros. Pero así fue. El ruso, en casa, le sacó a su compañero Vergne más de tres décimas en el primer sector, casi sin curvas.
Cosas de la F-1. De repente aparece un talento oculto. Mientras el tetracampeón dice que notó “el coche algo nervioso”. Las malas costumbres. Es el mismo que ha ganado cuatro títulos seguidos, que tiene el récord de poles en un año con quince en 2011. El mismo. ¿O no? Esto es F-1, un deporte complejo.