GP GRAN BRETAÑA | MOTOGP

Undécima victoria de Márquez ante un Lorenzo muy batallador

El líder y campeón vigente volvió a los más alto del podio pese a que el mallorquín intentó ponerselo muy difícil. Rossi fue tercero y Pedrosa, cuarto.

Silverstone
DORNA

Por dónde empezar en un día así… Vaya por delante que no es noticia, que ha dejado de ser noticia, que los españoles firmen tripletes en los grandes premios. En Silverstone cayó otro, gracias a los triunfos de Márquez en MotoGP, de Rabat en Moto2 y de Rins en Moto3, pero tan impresionante como eso fue la forma de lograrlo, con tres carrerones de infarto ante enormes rivales que otorgan a las victorias conseguidas aún más grandeza. En esta página toca escribir de la del Pequeño Genio y para que se entienda mejor la suya hay que alabar primero el esfuerzo, la superación y la osadía de un gran Lorenzo…

El balear arrancó el viernes la cita inglesa a años luz del ilerdense. Estaba a 1.3 de él por culpa de unos Bridgestone similares a los de las cuatro primeras carreras del año y al borde de tirar la toalla a las primeras de cambio. Sin embargo, al de Yamaha aún le quedan dosis del espíritu espartano que le llevó a ser dos veces campeón de MotoGP y, a base de un certero trabajo en el box con la puesta a punto, en calificación logró reducir las diferencias a tres décimas con el poleman, cómo no, Márquez de nuevo, y hacerse un hueco en la última plaza de primera fila. Ya para el día de carreras, el sol le echó un cable y calentó la pista cinco graditos más que en entrenamientos, lo que le venía bien a un Jorge que tiró a muerte desde el primer metro.

El inicio recordó mucho al del año pasado, porque otra vez Lorenzo tiró desde el principio como alma que lleva el diablo y sólo Márquez fue capaz de aguantar su rueda. Pasadas las vueltas, siguió evocando lo vivido la temporada pasada, porque todo hacía pensar que se la jugarían entre ellos dos solamente. Y así fue, dado que la pelea entre Rossi, Pedrosa y Dovizioso quedó reducida al tercer puesto. Se la llevó El Doctor, por delante del español y del italiano de Ducati, a más de ocho segundos de distancia del ganador. Y ése fue Márquez, porque no se corta ni con un hacha y porque tiene respuesta para todo.

El de Honda, que había viajado cómodamente a rueda de su rival durante trece vueltas (perdón Ángel Nieto), le superó a siete del final, para intentar una escapada que no llegó. Lo impidió que Lorenzo lo diera todo por seguirle y una ligera colada del líder con la que se juntaron de nuevo. Así, a cinco del final fue Jorge el que le devolvió a Marc el interior de derechas. Y a tres sonó el zafarrancho de combate…

Márquez intentó un interior de derechas y, cuando ya tenía superado a Lorenzo, éste aguantó la posición por fuera, ¡sin importarle que la rueda delantera de la Honda tocara su cuerpo por el costado derecho! Eso era en la curva doce más uno, cuya salida da acceso rápidamente a la catorce, un garrote de izquierdas en el que el campeón se tiró por dentro, pasando por encima del piano y cortando la salida natural del mallorquín. Puro block pass, como le hacía a Pol en Moto2. Tan duro como limpio.

Tan contundente como efectivo. Ahí no se tocaron, pero eso no quita que Lorenzo lamentara después lo que él entiende como excesiva agresividad de su rival. Saltaron chispas, cierto, pero nada sancionable para Dirección de Carrera. Mejor así.

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