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DAKAR 2104 | MOTOS

Coma: "Espero que no sea el último, tengo cuerda para rato"

El ganador de la categoría dos ruedas llegó a Barcelona cansado pero muy satisfecho con su cuarto triunfo en la gran prueba desértica.

Barcelona
Coma, junto a su mujer y su hijo a la llegada a Barcelona.
Coma, junto a su mujer y su hijo a la llegada a Barcelona. RODOLFO MOLINA
Atlas

Algunos apodan a Marc Coma el Ave Fénix y no les falta razón. El piloto de Avíà (Barcelona), tras no poder competir el año pasado por una lesión en el hombro, ha logrado en su retorno al Dakar  su cuarto triunfo, al que suma los de 2006, 2009 y 2011, entrando ya en la élite de vencedores en dos ruedas: los franceses Stéphane Peterhansel, con seis, Cyril Neveu y Cyril Despres, ambos con cinco.

A sus 37 años, Coma ya es un experto en recibimientos en el aeropuerto de Barcelona y hoy no ha sido para menos porque sus incondicionales, más de un centenar, le han rendido honores con gritos, cánticos, pancartas y aplausos continuos. Familiares, amigos, dirigentes, deportivos y medios de comunicación se han unido a la tumultuosa llegada y el piloto se ha abrazado rápidamente a su compañera Queralt y a su hijo, Lluís, de dos años.

Visiblemente cansado y muy delgado ha reconocido que: “Estoy bastante cansado y aún no sé cuánto peso he perdido, pero ahora sólo espero empezar a comer como un animal”. Ha pedido a los medios que no se hablará de futuro: “Me he hecho una promesa a mí mismo y es que no voy a hablar nada del próximo Dakar. Quiero disfrutar tanto de este que si empiezo a hablar del próximo parece que éste se queda atrás y no quiero hacerlo, porque quiero saborearlo y disfrutarlo”.

Y lo explicó con detalle: “Cada vez que he ganado el Dakar he hecho la reflexión de que con el paso del tiempo te das cuenta de que igual no has disfrutado lo suficiente porque ganarlo es muy difícil y quiero seguir disfrutando de éste”. “Ha sido una victoria muy especial y dura porque hemos tenido que luchar contra marcas del nivel de Honda o Yamaha y si miro hacia atrás recuerdo que el año pasado no pude correr por una lesión y no sabía con qué me iba a encontrar en este”, ha agregado.

Sobre la competición de este año ha recordado su exigencia: “Quizá ha sido uno de los más duros de la historia y llego muy cansado, pero también muy contento y con ganas de estar con los míos. Después de no haber podido correr el año pasado esto es algo sensacional; algo que te deja un sabor de boca muy agradable porque es una victoria que quiero disfrutar muchísimo, por todo lo que hemos sufrido para llegar hasta el final y poder vivir este momento de triunfo. Espero que éste no sea el último; creo que aún me queda cuerda para rato”.

Ha destacado la gran ayuda de su compañero Jordi Viladoms, que ha sido segundo: “Ha sido más importante de lo que se ha visto desde fuera. Nos hemos ayudado mutuamente, pero en el momento en que caí enfermo en la etapa maratón, yo no estaba capacitado para hacer la asistencia mecánica a mi moto y la hizo él”.

A pesar de su gran ventaja al final de la prueba, insistió en la dificultad del reto: “La ventaja de dos horas llegó en el penúltimo día. Hasta ese momento, Joan Barreda nos estuvo poniendo las cosas muy difíciles. En la clasificación se ve que gané con dos horas de ventaja, pero puedo asegurar que hasta el penúltimo día no hubo nada decidido y la tensión fue siempre altísima”.