Fórmula 1 | Conmoción generalizada

La familia del 'paddock' arropa a María de Villota

El primer día de Silverstone fue un auténtico alegato de los pilotos en apoyo de la madrileña, que sigue en cuidados intensivos en un hospital de Cambridge y hoy deberá someterse a una nueva operación.

manuel franco

Sólo la esperanza consigue que haya cosas peores que tener a un familiar luchando por su vida en un hospital. Es un sentimiento inquietante, de tristeza unida a la impotencia de sólo poder esperar, de pedir a quien pueda, de sentir los minutos caer como años. Los primeros momentos son los peores, después llega la calma de corazón encogido, cuando el ánimo se acostumbra a una nueva situación y el cuerpo decide que hay que luchar, que hay que sonreír cuando no se puede. Ayer pude ver a los padres de María de Villota, a su hermana, unas palabras apenas, unos ánimos, mucha fuerza, la de todos, un apretón de manos con todo el cariño, recuerdos de algún amigo... Un par de minutos, tres, quizá. Y ya. No estamos para molestar. En el hospital Addenbrooke de Cambridge a veces luce el sol, otras caen gotas y el cielo se oscurece, la ciudad es bonita, el centro médico inmenso, pasa por ser uno de los mejores de Inglaterra. María está en buenas manos.

La madrileña continúa en estado muy grave, crítico según pudimos leer en el último comunicado de su familia, pero el tiempo pasa y sigue estable. Eso es bueno. Según pudimos saber, hoy está previsto que sea operada de nuevo de sus lesiones, si está preparada para una nueva operación es que va mejor. Eso queremos pensar. Que así sea. Ayer nos hubiera gustado ver a María caminar por el paddock con esos andares suyos tan pizpiretos, pero está a otra cosa, en otra carrera. Sin embargo fue la protagonista. Antes de la rueda de prensa oficial, Kimi Raikkonen, con rostro triste hablaba de la madrileña: "Es una pena lo que le ha pasado, espero que se recupere pronto porque nadie merece algo así. Seguro que va a lograrlo". Lo decía en voz baja, como suele.

En la comparecencia de la FIA, Alonso también hablaba de María. El líder, el referente, el que la llevaba de la mano en las primeras reuniones de pilotos del año, no puede creer lo que ha pasado: "Estamos muy preocupados. Son días difíciles por lo que ha sucedido. Estamos en estado de shock, aunque no sabemos con claridad su situación, porque no tenemos mucha información del asunto".

A su lado Lewis Hamilton, respiraba y contestaba con tristeza, pero deseando esa esperanza que todos tenemos: "No la conozco demasiado, pero cuando leí lo que pasó me quedé absolutamente destrozado por ella y por su familia. Creo que es una tragedia y tanto mi equipo como yo queremos enviar nuestros mejores deseos de recuperación para ella y espero que todo vaya a mejor".

Ahora lo primero es que María se recupere, pero es cierto que hay muchas preguntas, muchos malditos camiones que salen en las conversaciones sobre qué pasó, muchas frases que hablan de por qué se tardó tanto en evacuar a la española. Muchas cosas. Pero los pilotos no hablan hasta que no sepan. Sabios. "Hasta que no se compruebe con claridad su situación es difícil hacer una valoración y la verdad es que es complicado imaginarse cómo pudo suceder, pero por lo que se ha conocido es evidente que son días muy tristes para todos", explicaba Alonso. Queda la esperanza de que todo irá mejor.

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