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Fórmula 1 | Gp Malasia

Alonso salva un punto en el reino de Räikkönen

Fernando Alonso terminó octavo y entró en los puntos en el segundo Gran Premio de la temporada. No hubo lluvia y el Renault del asturiano no pudo rodar ni por asomo al nivel de los mejores, liderados esta vez por Ferrari, que olvidó el mal trago de Australia y, pese al abandono de Massa, sale reforzado de Sepang gracias a un triunfo incontestable de Räikkönen. Kubica fue segundo y confirmó a BMW como alternativa a Ferrari y McLaren. La escudería inglesa hizo podio con Kovalainen en una carrera cargada de problemas para Hamilton, que sigue liderando el Mundial.

<strong>FERRARI ESTÁ DE VUELTA.</strong> Tras el fiasco de Australia, Ferrari dominó con autoridad el GP de Malasia.

Ferrari despertó en Sepang de la pesadilla de Australia. Al menos en lo referente al campeón del mundo, Kimi Räikkönen, que ganó el Gran Premio de Malasia con una suficiencia exhultante. La felicidad para la 'Scuderia' no fue completa debido al abandono de un Felipe Massa al que, como en la pasada temporada, la pole position no sirvió para nada.

El brasileño abandonó tras una salida de pista que seguramente alimentará los rumores que le sitúan más fuera que dentro del equipo para 2009. Pero la realidad es que, cuando lo hizo, ya había entregado el mando de la carrera a Räikkönen. El finlandés recurrió al manual de estrategia para ponerse líder: aguantó de salida el tirón de su compañero y aprovechó la entrada de este a boxes para enlazar vueltas rápidas y salir de su primera parada con un mando de la carrera que ya no abandonaría. Con el liderato, Kimi dio uno de sus recitales con marca registrada. Voló vuelta tras vuelta, con ventajas casi groseras y marcando vueltas rápidas incluso cuando manejaba márgenes de más de 23 segundos sobre Kubica, segundo. El campeón, en definitiva, ha vuelto al Mundial, algo que comenzó a escenificar al doblar muy pronto a Rosberg, que había hecho podio en Melbourne.

Alonso mantiene el tipo y Hamilton acumula problemas

La carrera fue muy tranquila en comparación con la locura absoluta de Australia. Pero la salida sí fue nerviosa, con problemas para Bourdais, Glock y Sutil, un Hamilton muy agresivo en busca de recuperar lo que una sanción sanción le había quitado, y Alonso protagonizando la primera lucha espectacular de la prueba con Heidfeld y Coulthard. El asturiano pronto comenzó a rodar noveno y sufrió las consecuencias de una carrera de talante casi rutinario. Esta vez no hubo magia en uno de sus cirtuitos favoritos porque no llovió. Y, con el cielo despejado, Renault afrontó la realidad, lejos de aquellos que a su vez estaban lejos de Ferrari, que corrió una carrera diferente al resto, en una dimensión superior. Alonso rodó con la seguridad de siempre, pero su coche no daba para presionar al grupo de delante al menos hasta que llegó a la altura de Webber casi al final.

Entre Räikkönen y Alonso, en la zona de los puntos, fue Hamilton quien vivió los momentos más tensos, mientras el Toyota de Trulli ofrecía un rendimiento sorprendentemente bueno, demostrando que la calificación no fue un espejismo, y El BMW de Kubica se establecía como el segundo mejor monoplaza en pista. Hamilton, sin embargo, vivió una carrera muy distinta a la inaugural. Relegado en la parrilla, salió como un tiro para colocarse quinto y comenzar a rodar detrás de un Webber que le frenó hasta que llegaron los problemas con mayúsculas para el de McLaren. En su primera parada, un problema con los neumáticos le matuvo casi 20 segundos en boxes. Esa segunda tanda fue un infierno para él hasta que en la segunda parada puso neumáticos duros y volvió a funcionar con la máxima agresividad, peleando con Trulli por la cuarta plaza, justo detrás de Kovalainen, que realizó una carrera impecable y salvó el podio para McLaren.

En las últimas vueltas, Kubica aseguraba un segundo puesto que es el mejor resultado de su carrera y Räikkönen buscaba la meta ajeno a la lucha que se desataba detrás, muy lejos, por arañar el máximo número de puntos. Hamilton exprimió su McLaren pero no pudo con Trulli, que defendió bien el cuarto puesto, y Alonso no tuvo opción de superar a Webber, ni siquiera de encimarle lo suficiente para tratar de buscar el fallo del Red Bull. Al menos el asturiano volvió a sumar, esta vez un punto, objetivo cargado de realismo antes de una carrera que deja mensajes importantes como la mejora de Toyota, la confirmación de BMW con dos podios en dos carreras, o la normalización de Ferrari, que esta vez sí fue el lobo que atemorizó a todos en pretemporada. Renault, mientras, espera tiempos mejores, que deberían llegar en el Gran Premio de España, el 27 de abril. Hasta entonces, Alonso suma punto a punto y ve a demasiada distancia a los gallos de un Mundial en el que Räikkönen ya suma once puntos y se sitúa, junto a Heidfeld, a tan sólo tres de Lewis Hamilton.