1993: ¿El mejor año en la historia de la aventura gráfica?
Analizamos si 1993 fue el mejor año para la aventura gráfica, comparándolo con el resto de la década de los 90
La década de los 90 para el género de la aventura gráfica fue un despliegue colosal como ningún género de videojuegos ha vivido nunca en la historia del medio. La cantidad y calidad de títulos que nos ofreció esta maravillosa forma de entender el videojuego fue un fenómeno que a día de hoy no tiene par, y nos permitió disfrutar de una miríada de títulos inolvidables que dejaron un poso imperecedero en el colectivo de jugadoras y jugadores que vivimos tal explosión.
Desde Meristation, nos hemos permitido varias licencias que a buen seguro generarán debate entre los seguidores del género. En primer lugar, hemos encumbrado 1993 como el año que nos ofreció la mejor cosecha de aventuras gráficas en la larga y prolífica historia del género. A continuación, ordenamos de mejor a peor para la aventura gráfica los demás años de la década de los 90. Por supuesto, todo ello a partir de los gustos y preferencias de esta casa, y a buen seguro cada amante del género estará más o menos de acuerdo con ello, y nos encantaría que compartierais vuestra opinión al respecto en las redes sociales. Sin más preámbulos, viajemos 30 años al pasado para explicar porqué creemos que 1993 es el mejor año en la historia de la aventura gráfica.
El doblete del titán
Así se las gastaba el género en los añorados 90, que una grande como LucasArts se permitía estrenar no uno, sino dos auténticos bombazos en aquel memorable 1993. En junio, publicaba una de las más serias candidatas a mejor exponente del género, y una de nuestras favoritas indiscutibles, la colosal Day Of The Tentacle. Seis años después de haber visitado por primera vez la mansión de los Edison en Maniac Mansion, volvíamos a ella acompañando a un Bernard Bernoulli que retornaba a la misma junto con dos nuevos acompañantes: el roadie pasota Hoagie y la alocada estudiante de medicina Laverne. Este ecléctico trío debía desbaratar los planes de dominación mundial del pérfido tentáculo morado, y el resto fue historia. Tres personajes jugables en períodos temporales distintos, puzles magníficos introduciendo dicha componente temporal, un apartado visual estilo cartoon delicioso que nos desencajó las mandíbulas, junto con el desternillante humor marca de la casa fueron algunas de las bondades que la encumbraron a los altares del género.
En noviembre, la buena gente de Lucas publicaba el alocado y rompedor Sam & Max: Hit The Road. Otra soberbia aventura gráfica que también figura entre lo más granado del género, protagonizada por la disfuncional pareja de detectives formada por el perspicaz sabueso Sam y el hiperactivo y esquizofrénico conejo Max. Ambos provenían de los cómics creados por Steve Purcell (con la colaboración de su hermano), quien por aquel entonces formaba parte de la nómina de empleados de LucasArts. La aventura era una descacharrante sucesión de gags pasadísimos de vueltas, con un humor muy negro y cínico que sorprendió a propios y extraños. Con la búsqueda de un big foot extraviado como excusa, el peculiar dúo recorría los Estados Unidos conociendo el elenco de personajes más pintoresco con que nos habíamos topado hasta entonces. Visualmente, era otra joya de verdadero pixel art del que ya no se hace. Desde luego, LucasArts dejó el listón muy alto para sus rivales aquel 1993 de inolvidable recuerdo.
La otra colosa responde al embite
Teniendo dos compañías de la talla de Lucas y Sierra produciendo joyas del género una detrás de otra, no es de extrañar la salud de la que gozó la aventura gráfica en aquellos años. La compañía de Roberta y Ken Williams no se amilanó ante la calidad de las joyas editadas aquel año por su rival para responder al órdago de Lucas y marcarse un 1993 no menos memorable. Freddy Pharkas: Frontier Pharmacist nos proponía un humorístico western protagonizado por un farmacéutico que vivía una divertidísima aventura en pleno Lejano Oeste. El título venía de la mano de Al Lowe, creador de la mítica saga Larry que precisamente veía publicada su quinta entrega aquel año (aunque por temas extraños llevaba el número 6 en su título). Nuestro ligón favorito viajaba a un spa de lujo lleno de atractivas mujeres donde poder dar rienda suelta a sus encantos. No fue el mejor de la saga, pero era otra magnífica aventura gráfica. Enfocada a un público más juvenil, se editó la segunda parte de la serie de concienciación ecológica Eco Quest: Secrets of the Rainforest.
También recibimos la cuarta entrega de la saga policíaca de aventuras gráficas Police Quest, con el subtítulo de Open Season. Daryl F. Gates tomaba el relevo de Jim Walls como director de la franquicia, y siendo ambos ex agentes del orden retirados no extraña la rigurosa representación de los entresijos del funcionamiento de la policía en grandes ciudades americanas. Siendo una gran producción, lucía un lujoso apartado gráfico digitalizado a partir de localizaciones reales de Los Angeles. Otra saga icónica de Sierra, Space Quest, recibía una quinta entrega que bajo la coletilla The Next Mutation continuaba con esa parodia velada a las space opera de aquel entonces, con Star Trek a la cabeza. Nuevamente encarnábamos al torpón conserje Roger Wilco en alocadas aventuras por la galaxia, siendo nuestro protagonista en esta ocasión ascendido nada menos que a capitán de su propia fragata estelar. Luciendo los mejores gráficos de la saga y todo su humor, era otra soberbia aventura gráfica.
Semejante despliegue de lanzamientos en un único género sería una auténtica locura para cualquier compañía, pero no para una Sierra para la que esto no solo no fue suficiente, es que añadió a tal retahíla otro clásico inmortal que también pugna con fuerza a mejor aventura gráfica de la historia: la colosal Gabriel Knight: Sins of the Fathers. La genial Jane Jensen respondió a la confianza que la compañía depositó en ella facturando un título sobresaliente, un maravilloso thriller que mezclaba el cine negro con lo sobrenatural y el vodoo para obsequiarnos con una aventura inolvidable. Acompañando al escritor y dueño de una tienda de libros Gabriel Knight, nos sumergíamos en un insondable misterio en un enclave tan místico y atractivo somo siempre resulta ser Nueva Orleans. Cuando nos encontramos nombres como Tim Curry, Mark Hamill, Michael Dorn, Efrem Zimbalist Jr., o Leah Remini poniendo sus voces al servicio de los personajes del título, vemos la entidad y la importancia que tenía la aventura gráfica por aquel entonces. Unas de las más grandes de la historia y un auténtico broche de oro para un 1993 por todo lo alto por parte de Sierra.
Muchas más se unen a la fiesta
Por si la titánica batalla entre Sierra y Lucas por facturar la mejor aventura gráfica no fuera suficiente, infinidad de compañías se unían a la pugna para regocijo de los amantes del género. Adventure Soft facturaron aquel 1993 una joya que nada tenía que envidiar a las grandes, Simon The Sorcerer. Pese a que sus intentos de obtener la licencia de Mundodisco no dieron fruto, Adventure Soft no se cortó un pelo a la hora de meter referencias y parodias a la misma en su aventura. Protagonizada por Simon, un jovenzuelo que en su doceavo cumpleaños es transportado a un universo paralelo lleno de magia y criaturas mitológicas, nos sumergimos en un mundo lleno de humor y sorpresas. Cuando el creador de la aventura define a su protagonista como un cruce entre Rincewind de Mundodisco y Guybrush Threepwood de Monkey Island, es fácil ver por donde van los tiros. Otra soberana aventura gráfica que tuvo una gran continuación y creó escuela, y cuya precuela esperamos disfrutar próximamente tras anunciarse hace meses por sorpresa.
La extinta Infogrames se inspiraba en el relato de H.P. Lovecraft “La Sombra sobre Innsmouth” para crear la dificilísima Shadow of The Comet. Una aventura que hacía gala de una soberbia ambientación que plasmaba en nuestras pantallas todo el horror cósmico del maestro de Providence. También destacaba por un control directo con el teclado, frente al manejo con ratón y puntero habitual en el género, opción que se añadiría en la posterior versión de CD ROM de la aventura. Una de las compañías más añoradas de los 90, Westwood, nos deleitaba con la segunda parte de su saga de aventuras gráficas ubicada en el reino mágico de Kyrandia. Para la ocasión teníamos nueva protagonista, la joven maga y alquimista Zanthia, en un título lleno del mejor humor tan presente en las aventuras de la época. Precioso visualmente, contando con un original sistema de pociones para algunos puzles, y con un desarrollo muy atractivo, solo su corta duración y alguna pequeña decisión discutible de diseño la alejaron de las más grandes, pero ello no fue obstáculo para que se convirtiera en una de nuestras favoritas y todavía la recordemos con muchísimo cariño.
Por si hacían faltas más demostraciones del peso de la aventura gráfica en los 90, el hecho de que todo el elenco principal de actores de la serie Star Trek pusiera su voz a los personajes de Star Trek: Judgement Rites es una buena muestra de ello. Es más, esta aventura gráfica supuso la última reunión del inolvidable casting principal de la serie al completo. Un título soberbio, que elevaba el listón con respecto a su predecesora Star Trek 25th Anniversary, ofreciendo una serie de pequeños episodios de formato similar a la serie, interconectados por un arco argumental intrigante. Los combates espaciales en esta ocasión eran opcionales, y el juego brillaba en todas sus facetas. Grandísima aventura gráfica algo eclipsada por la enorme calidad de lanzamientos de ese año. Para los seguidores de la serie es una parada totalmente obligada, ya que por la enorme calidad de su guión llegó a ser catalogada como un digno epílogo de la propia serie.
Otras aventuras destacadas de aquel año fueron la magnífica fusión de aventura gráfica y rpg de ambientación vampírica Veil of Darkness, cuyo desarrollo no lineal nos atrapó permitiéndonos vivir nuestra aventura con total libertad en un mundo terrorífico. Tambien pudimos disfrutar de la tercera entrega de la saga Gobliiins, una Goblins Quest 3 en la que Sierra andaba de por medio, y que mantenía todas las estupendas señas de identidad de la saga. Otra gran añorada de los 90, Psygnosis, distribuía Innocent Until Caught, una aventura espacial de ciencia ficción. Inca II, la policíaca Blue Force con el creador de la saga Police Quest Jim Walls, BloodNet o la visualmente espectacular The Journeyman Project fueron otros lanzamientos destacados en un año colosal para el género.
El mejor banco de pruebas para las nuevas tecnologías
Rematamos el repaso a 1993 para la aventura gráfica con tres títulos del género que fueron elegidos para mostrar las bondades de una nueva tecnología que había llegado para marcar el futuro del medio: el almacenamiento en discos compactos CD ROM. Tres aventuras gráficas fueron algunos de los primeros títulos elegidos para mostrar las posibilidades del empleo de dicha tecnología en el sector del videojuego, y junto con el espectacular Rebel Assault de Lucas fueron la principal razón del establecimiento definitivo del CD ROM como soporte a partir de entonces. Comenzamos con Return To Zork, nueva entrega de la legendaria saga de aventuras Zork nacida en 1977. El descomunal despliegue gráfico que mezclaba fondos renderizados con actores reales digitalizados habría sido completamente inviable sin el CD ROM como soporte. La aventura nos sumergía es la ambientación única de la saga con un desarrollo en primera persona que apostaba por control con puntero dejando atrás el parser de texto. Un título faraónico que fue un éxito absoluto de críticas y ventas.
Poco después de esta vuelta a Zork llegaría el clásico Myst, uno de los títulos más influyentes e icónicos de aquella época, y que se situaría entre lo más vendido de Pc durante incontables años. Explorar la fantástica isla de Myst y sus portales a otras dimensiones mientras gozábamos con sus espectaculares gráficos prerrenderizados en tres dimensiones y resolvíamos complejos puzles fue una de esas experiencias que supuso un cambio de paradigma en el medio. Además, sería el inicio de una longeva saga que se extendería a otros medios, y sin duda se convirtió en uno de los principales espaldarazos que recibió el CD ROM para asentarse en el mundillo del videojuego.
Para terminar, tenemos The 7th Guest, una suerte de híbrido de película interactiva y juego de aventura de puzles, que quizá se alejaba de los cánones de lo que era un aventura gráfica en cierto sentido, pero que en definitiva mantenía el espíritu de estas. La terrorífica experiencia de recorrer la mansión Stauf, en un título que visualmente para los estándares de la época era sencillamente de otra galaxia, fué algo totalmente rompedor con respecto a lo que estábamos acostumbrados entonces. La mezcla de fondos prerrenderizados con actores digitalizados era un auténtico espectáculo como no habíamos visto, y su desarrollo adulto y macabro nos atrapó por completo mientras resolvíamos puzles enrevesados. Un auténtico trío de ases que marcó las pautas a seguir en el entretenimiento electrónico.
Con esto, rematamos nuestro repaso a 1993 en lo tocante a aventuras gráficas. Y tras semejante lista, ¿podemos finalmente afirmar que fue el mejor año para el género? En Meristation creemos que la respuesta es afirmativa, aunque efectivamente, es difícil afirmarlo de manera categórica dada la enorme calidad de los lanzamientos de los demás años de la década de los 90. Vamos a hacer un breve repaso por dichos años, y a realizar la peliaguda tarea de ordenarlos de mejor a peor en lo tocante a la aventura gráfica. Un ranking que a buen seguro generará un debate del que estamos ansiosos de recibir vuestras aportaciones.
Medalla de Plata: 1996 – Innovación, calidad y variedad
La elección de 1996 como segundo mejor año en la historia de la aventura gráfica puede resultar sorprendente y a buen seguro levantará ampollas entre ciertos círculos de amantes del género. Pero para Meristation, por calidad, variedad y cantidad, esta es nuestra opinión. En aquel ya lejano 1996 debutaba la saga estrella de Revolution, Broken Sword. Acompañar a George Stobbart y Nicole Collard por media Europa mientras descubríamos una conspiración relacionada con la Orden de los Templarios fue una maravillosa fuente de diversión. The Neverhood, con su espectacular apartado visual stop motion con modelos de plastilina fue otra de las grandes joyas de aquel año. Original y fresco a rabiar, era una de esas sorprendentes genialidades que nos encontrábamos entonces en el género.
La mezcla de gráficos de dibujos animados con la imagen digitalizada de nuestro querido Christopher Lloyd que nos deparó Toonstruck fue otro de los hitos de la aventura gráfica en 1996, y uno de los más grandes y queridos exponentes del género. La última entrega de las andanzas de nuestro ligón favorito, Leisure Suit Larry: Love for Sail!, nos embarcaba en un lujoso crucero del amor, en una de las mejores entregas de la saga. Discworld II: Missing Presumed...!? fusionaba los argumentos de varias novelas de Pratchett en un título mucho más lógico que su antecesor, y que además era puro dibujo animado en nuestras pantallas, una auténtica locura que nos conquistó por completo. Ya sin la gran Roberta Williams detrás, Phantasmagoria 2: A Puzzle of Flesh era otra magnífica y perturbadora aventura con gráficos digitalizados que al igual que su antecesora levantó gran polémica por su contenido violento y sexual.
Y hablando de polémica, recibimos Harvester, un título muy controvertido y punzante que probablemente no sería posible en los días que corren. Un personaje amnésico, una secta misteriosa y un extraño pueblecito lleno de bizarros habitantes eran el caldo de cultivo de uno de los títulos más polémicos de los 90. Tambien recibimos aventuras tan originales como Normality o Bad Mojo, u otra aventura publicada por Psygnosis, Chronicles of the Sword, inspirada en las leyendas artúricas. El mismísimo Ace Ventura, icono de los 90, protagonizó una aventura gráfica aquel 1996. Cerramos dicho año con The Pandora Directive, cuarta entrega de la saga de aventuras protagonizadas por Tex Murphy, una obra faraónica con actores de Hollywood, que nos sitúa en un futuro post nuclear en una trama que mezcla el cine negro con el humor propio de la serie B, para facturar una de las mejores aventuras gráficas de la historia en nuestra opinión. Una lista tremenda, que para Meristation sitúa a 1996 como segundo mejor año en la historia de la aventura gráfica.
Medalla de Bronce: 1992 – Grandes sagas al poder
La batalla por el tercer puesto ha sido muy reñida entre este año y el anterior, pero por milésimas hemos galardonado a 1992 como medalla de bronce. Gran parte del mérito de la decisión recae en Indiana Jones and the Fate of Atlantis, inolvidable aventura de nuestro arqueólogo favorito, otra de las más serias contendientes a mejor aventura de la historia. Con un guión y desarrollo que la hacían ser digna de figurar como cuarta entrega de la saga cinematográfica, vivimos uno de esos juegos inolvidables. Con King´s Quest VI disfrutamos la que quizá fue la mejor entrega de la legendaria saga de Roberta Williams, una epopeya llena de magia en unas misteriosas islas en otra de las grandes aventuras gráficas de siempre. Siguiendo con Sierra, The Dagger of Amon Ra es otra de nuestras favoritas, una soberbia aventura detectivesca llena de misteriosos asesinatos en un museo de arte egipcio.
Las retorcidas y bizarras creaciones del artista H.R. Giger sirvieron como trasfondo para el macabro Darkseed, una aterradora aventura con elementos discutibles en su desarrollo, pero que merecía la pena disfrutar por ambientación y puesta en escena. Westwood arrancaba su saga Legend of Kyrandia cuya segunda parte mencionamos en 1993, y Sierra seguía su saga híbrida de aventuras y rol con Quest for Glory III. Electronic Arts publicaba The Lost Files of Sherlock Holmes, grandísima aventura protagonizada por el detective de Baker Street. Los fans de la serie recibieron con los brazos abiertos Star Trek: 25th Anniversary, y la saga Gobliins recibía su segunda entrega. Revolution debutaba con Lure of The Temptress antes de alcanzar el estrellato años después con Broken Sword. Curse of Enchantia fue otra de las aventuras editadas aquel 1992, año que cierra un pódium con el que ningún otro género de videojuego podría siquiera atreverse a soñar.
Cuarto puesto: 1991 – Piratas y Sierra
Que el año en que se publicara Monkey Island 2: LeChuck´s revenge quede fuera de los 3 primeros deja bien claro el nivel del que estamos hablando. Otra de las grandes candidatas a mejor aventura de la historia se publicó a finales de 1991, elevando el listón de su predecesora, alto ya de por sí, a un nivel que pocos títulos pudieron llegar a alcanzar. Sierra publicó aquel año Larry 5, Space Quest IV y Police Quest III, grandes entregas de sagas que cimentaron el género entonces. También editó la aventura de corte educativo y ecológico orientada a un público más infantil Eco Quest, y publicó la aventura de Dynamix Heart of China.
Accolade publicaba la segunda entrega de la saga Les Manley, Lost in L.A., un título de corte adulto y picantón que seguía los pasos de los Larry. Coktel Vision daba el pistoletazo de salida a su serie Gobliiins, protagonizada por 3 entrañables personajillos que debían combinar habilidades para superar intrincados puzles en pantallas estáticas para salvar a su rey. Finalmente Delphine nos ofrecía un crucero donde debíamos resolver un asesinato, en Cruise for a Corpse, genial aventura que empleaba la técnica del rotoscoping en sus gráficos, los cuales resultaban una delicia en su época.
Quinto puesto: 1997 – Androides, secuelas y más piratas
1997 fue un año espectacular para la aventura gráfica, y tenemos que bajar hasta el quinto puesto para encontrarlo en nuestra lista. En aquel año, disfrutamos de dos secuelas muy esperadas. Por un lado, Broken Sword II: The Smoking Mirror, con George y Nico dejando atrás a los templarios para resolver un letal misterio maya recorriendo medio mundo. Riven era la secuela de Myst, y continuaba los sucesos de aquel en un título mucho más ambicioso y sorprendente, que no solo estaba a la altura de su antecesor, lo superaba. La sorpresa llegaba de la mano del creador de Prince of Persia, un Jordan Mechner que lanzó el increíble The Last Express, irrepetible aventura que se desarrollaba en tiempo real a bordo del Orient Express, con un desarrollo no lineal donde resolver un cruel asesinato. Sus gráficos de dibujos animados con la técnica del rotoscoping eran un placer para la vista.
Controvertida en su momento, el tiempo ha situado a The Curse of Monkey Island como la magnífica aventura gráfica que fue. Dejando atrás el apartado visual pixel art de las dos primeras entregas, apostaba por una puesta en escena estilo cartoon, también empleaba una nueva interfaz simplificada en lo que fue el último servicio del legendario motor SCUMM. A nivel de puzles, sin duda una de las mejores aventuras gráficas jamás creadas, excesivamente criticada por no tener detrás al equipo original y por licencias de guión. Nuestros paisanos Pendulo lanzaron la mítica Hollywood Monsters, puñetera y complicada como ella sola, pero llena de encanto, grandes personajes y estupenda en lo visual. El original híbrido de aventura y disparos en primera persona Realms of The Haunting nos maravilló en un título larguísimo y lleno de posibilidades. Aunque decepcionante y fallido a nivel jugable, la adaptación homónima de la película La ciudad de los niños perdidos nos permitió visitar los enclaves de un film que adoramos.
Cerramos 1997 con otra imprescindible, Blade Runner. Con un guión paralelo a la obra maestra de Ridley Scott, manejábamos a un personaje distinto al de la película, en un mundo vivo que evolucionaba en tiempo real, y que nos presentaba una trama no lineal, donde debíamos dar rienda suelta a nuestras mejores dotes investigadoras. Luciendo una espectacular puesta en escena que clavaba la gloriosa ambientación del film, se emplearon las últimas tecnologías gráficas de la época para facturar un apartado gráfico apabullante. Los múltiples finales según nuestro desempeño detectivesco ponían la guinda a un título inolvidable.
Sexto Puesto 1990 – Cimentando el género
Imaginaos un año de cualquier género de videojuegos en el que se lancen tres títulos tan importantes para el mismo como son Loom, King´s Quest V y The Secret of Monkey Island. Ahora imaginaos que un medio serio os dice que ese año no figura entre los 5 mejores de la historia de dicho género… Algo así solo podría pasar en la aventura gráfica. Qué decir de nuestro primer viaje a la Isla de los Monos. Aspirantes a pirata de nombre impronunciable, piratas fantasma, duelos de espaldas resueltos a base de ingenio y faltas de respeto, poleas con pollos de goma y toneladas de humor fueron algunos de los ingredientes que hicieron de esta joya el faro que marcaría el devenir del género. El original Loom de Brian Moriarty, pese a emplear SCUMM como otros títulos de la casa, sustituía el interfaz de verbos tradicional por un modelo que empleaba notación musical. Un viaje maravilloso lleno de magia con un desarrollo único y personal que lo hicieron inolvidable.
King´s Quest V es uno de los títulos de Sierra por los que guardamos mayor cariño. Por primera vez se dejaba atrás el engorro del parser de texto para introducir órdenes y se apostaba por un interfaz gráfico con iconos para las acciones. El empleo del estándar gráfico VGA por primera vez en la serie permitía un despliegue visual sin precedentes, ya desde aquella espectacular intro que nos dejó maravillados frentes a nuestras pantallas cuando la contemplamos. Difícil y con puzles de dudosa implementación, y por supuesto con la muerte rondando a cada paso como era marca de la casa, ello no impidió que disfrutáramos de esta gran aventura. Sierra también lanzó aquel año Quest For Glory II, y Delphine la notable Operation Stealth, aventura de espías que en el Reino Unido contó con la licencia del mismísimo James Bond.
Séptimo Puesto 1994 – Ciencia ficción y aventuras españolas
Seguimos con el año del Mundial de Fútbol de Estados Unidos. Revolution confirmaban los buenos presagios de su debut con la estupenda distopía futurista de Beneath a Steel Sky, donde al talento de Charles Cecil se unía el artista del mundo del cómic Dave Gibbons, dibujante entre otros de Watchmen. A medio camino entre el humor de Lucas y una vena más seria, esta magnífica aventura de ciencia ficción tocaba varios temas muy interesantes. Siguiendo con la saga King´s Quest, ese 1994 vio el lanzamiento de su séptima entrega, la última en forma de aventura gráfica. Con dos protagonistas y un apartado visual que buscaba rivalizar con la calidad de lo que ofrecía la Disney de la época, supuso un estupendo colofón de la saga en la aventura gráfica por parte de Roberta, pues con Mask of Eternity abrazaría otros derroteros.
Legend of Kyrandia 3: Malcom´s Revenge cerraba la trilogía aventurera de Westwood, poniéndonos en la piel del villano de la saga. Inherit the Earth era una aventura protagonizada por animales humanoides que nos gustó bastante. Noctropolis mezclaba lo mejor del cómic con actores digitalizados y full motion video para ofrecer una oscura y sórdida trama de super héroes en un universo paralelo salido de la mente del dueño de una tienda de cómics. Una aventura oscura y muy adulta digna de una buena cinta de seire B con ambientación de Halloween y super héroes.
1994 supuso un hito para el software español, que vio como se lanzaba la primera aventura gráfica creada en nuestro país: Igor: Objetivo Uikokahonia a cargo de Pendulo Studios. El estudiante universitario que da nombre a la aventura debe cumplir una serie de requisitos para anotarse al viaje de fin de curso a una isla paradisíaca donde pretende conquistar a una compañera de clase. Un título muy nuestro, con un humor muy de aquí y situaciones muy propias de nuestro país, y que demostró que nada teníamos que envidiar al resto del mundo en lo tocante al desarrollo de aventuras gráficas. Finalmente, Under a Killing Moon supuso un salto cualitativo con respecto a las dos primeras entregas de las saga protagonizada por Tex Murphy, y ofrecía una increíble aventura en un futuro post apocalíptico que contaba con actores de Hollywood y se convirtió en uno de nuestro clásicos atemporales favoritos.
Octavo puesto: 1995 – El inicio del declive de Lucas
En 1995 se lanzarían dos de los títulos más ambiciosos en la historia de Lucas, que por diversas razones no supusieron un éxito ni de crítica ni comercial, y que pese a que la compañía todavía lanzaría grandes aventuras gráficas, la cosa ya nunca volvería a ser lo mismo. Full Throttle era una superproducción que por primera vez en la historia de Lucas se lanzaba directamente en versión CD ROM. Tim Schafer volcaba su pasión por el rock duro en una aventura que más allá de sus espectaculares fuegos de artificio y su puesta en escena empleando las últimas tecnologías, se nos hizo corta y falta de la chispa de otras aventuras de la casa. Parecido ocurrió con The Dig, una epopeya espacial cuyo germen provenía del mismísimo Steven Spielberg. Unos puzles en cierta medida problemáticos lastraron un título que apuntaba tan alto como las estrellas donde se desarrollaba. Lucas puso toda la carne en el asador con unos presupuestos astronómicos para estos dos títulos, y los resultados no fueron los que se esperaban.
Adventure Soft lanzó la continuación de Simon The Sorcerer, una magnífica secuela a la altura de la original. Infogrames también publicó la secuela de Shadow of The Comet, una Prisoner of Ice mucho más sencilla que su antecesora. Más continuaciones, con Darkseed II, nuevamente con arte de Giger. Cyberdreams, autores de este, se inspiraron en el relato corto de Harlan Ellison para crear la retorcidísima aventura gráfica I Have no Mouth and I Must Scream, tan dantesca como el relato homónimo en que se basa. Siguiendo con inspiraciones literarias, pudimos “disfrutar” de una Discworld basada en el Mundodisco de Terry Pratchett, donde Rincewind resolvía una trama nueva creada para la ocasión. Decimos disfrutar con comillas porque la lógica de los puzles era digna del alocado mundo donde transcurría. Touché, una suerte de Monkey Island en la Francia de los Mosqueteros, o Guilty, continuación de Inocent Until Caught fueron otras aventuras destacadas.
Finalmente Sierra lanzó Gabriel Knight 2: The Beast Within, empleando actores digitalizados y full motion video para continuar con el tono negro y sobrenatural de la serie, en una magnífica nueva entrega. Space Quest VI cerraba la saga de tropelías espaciales de Roger Wilco, con una aventura que sin ser revolucionaria estaba ala altura de las expectativas. Con Phantasmagoria, Roberta Williams publicaba su aventura más controvertida, llena de escenas sangrientas, violentas e incluso alguna de carácter sexual, con la representación de una violación que levantó mucha polémica. Apostando por actores digitalizados y full motion video, si dejamos atrás todo el revuelo tenemos otra excelente aventura gráfica a cargo de una de las grandes creadoras del medio.
Noveno puesto: 1999 – El canto del cisne
Llegando al final de nuestra clasificación nos encontramos con un año parco en lanzamientos donde se anticipaba la sequía que sufriría el género en años venideros, pero esto no era obstáculo para que recibiéramos tres joyas mayúsculas. Discworld Noir fue muy de largo la mejor aventura gráfica inspirada en las novelas, y para esta casa es una de las mejores aventuras gráficas de la historia. Con personajes y trama totalmente nuevos creados para la ocasión, vivíamos una aventura que centraba su desarrollo en la vertiente más detectivesca y de búsqueda y gestión de la información. Su soberbia ambientación fusionando Mundodisco con el mejor cine negro era una gozada, permitiéndonos vivir una aventura inolvidable.
The Longest Journey fue posiblemente el último gran éxito de ventas del género. La enorme odisea de April Ryan a través de mundos y dimensiones a cargo de Funcom fue la última gran producción del género en su mejor época (con permiso de Syberia que llegaría un par de años después). A su enorme extensión, soberbios personajes y magnífico desarrollo, sumaba su apuesta por actualizar el género a nivel técnico a los tiempos que corrían, frente a la falta de tino por dar el salto a las 3 dimensiones de otros títulos del género. Por ello apostó tambien la tercera entrega de la saga Gabriel Knight, que dejaba atrás los sprites del primero y el full motion video del segundo para apostar por los polígonos y el 3d. Un título a la altura de la legendaria saga, aunque con un par de puzles puñeteros que han levantado ríos de tinta en las redes.
Décimo puesto: 1998 – El día de los Muertos
Cuando los seguidores más veteranos y acérrimos de la aventura gráfica vean que en Meristation colocamos el año de lanzamiento de Grim Fandango a la cola de la década de los 90 para el género, probablemente pedirán nuestras cabezas. Pero así han sido las cosas en esta ardua tarea de ordenación que hemos llevado a cabo. Efectivamente, al frente de aquel 1998 está el clasicazo del señor Schafer, con su ambientación en el Día de los Muertos, sus gráficos en 3d y su control tipo tanque. Un broche de oro a las aventuras de Lucas que no respondió totalmente a las expectativas de ventas en él dispuestas, por lo que esta se alejó definitivamente del género.
Aquel 1998 tambien disfrutamos de la oscura aventura gráfica en perspectiva isométrica Sanitarium, un thriller de terror psicológico que nos mantuvo pegados a nuestras pantallas. Sierra, que tampoco estaba ya para muchas alegrías, cerró su saga Quest For Glory con la quinta entrega, que ya poco tenía de aventura gráfica y decantaba su habitual mezcla con rol casi por completo hacia esta segunda vertiente. Se lanzó un videojuego de Expediente X, que para nuestra decepción no nos permitía controlar a nuestra pareja favorita del FBI, aunque nos dejó una aventura muy disfrutable mientras tratábamos de descubrir el paradero de ambos. Cerramos con Tex Murphy Overseer, aventura perteneciente a una de nuestras sagas favoritas de aventuras gráficas, que nos dejó con un escalofriante cliffhanger totalmente en vilo hasta 2014… Y con esto, concluimos nuestro particular ranking de los mejores años para la aventura gráfica en los 90. Una lista que a buen seguro generará opiniones encontradas, pero lo que no admite duda es que entonces vivimos una época irrepetible para género alguno de videojuegos.