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‘The Last of Us’ nos mostró el verdadero terror sin dar un grito en pantalla
Una de las escenas que más miedo han dado en la televisión contemporánea no necesitó de monstruos, sangre ni un aumento repentino de volumen.
Resulta que al final era verdad, que iba en serio lo de que Halloween resucita a los muertos. Como si les dieran permiso para salir de sus tumbas, cada 31 de octubre reaparecen en internet los mismos textos inanes de siempre. Listas con recomendaciones para pasar miedo en la noche de brujas y recopilatorios con los momentos más aterradores del cine y los videojuegos. Artículos a menudo sin alma que salen de caza y repiten los mismos nombres una y otra vez. Así que sí, al final lo de Halloween era verdad, pero los zombis no estaban en el cementerio, sino en internet.
Los plumillas que vivimos de dichos textos (y que por tanto nos alimentamos de cerebros) no somos periodistas, sino saltadores olímpicos. Al fin y al cabo, la gente nos exige que hagamos auténticos tirabuzones a la hora de aconsejar. “¿Sabes de algún juego de miedo, pero que no de mucho miedo, que sea gratis y pueda completarse en una hora?”. “¿Conoces alguna película para esta noche que no sea la típica, dure menos de 90 minutos y sea más de clima spooky que de jumpscares?”. Uno se ve obligado a diseccionar el género de arriba abajo, como un forense, en busca del nombre que cumplimente todas las etiquetas.
Ha sido así, reflexionando sobre lo que significa el verdadero terror y repasando las referencias de siempre, que nuestro cerebro se ha posado en ‘The Last of Us’ y ha detenido su revolotear. Porque se reivindica poco en este tipo de fechas. Suele asociarse a la acción y la supervivencia, pero también practica un terror que ya viéramos en ‘Chernobyl’, la anterior serie de Craig Mazin. Un pavor nacido del silencio y la estupidez humana. Para muestra el prólogo con el que arranca el primer capítulo de la serie de Max, quizás uno de los más espeluznantes que ha dado la televisión contemporánea.
Su puesta en escena era bien sencilla. Nada que ver con la del videojuego que adapta. Ni rastro de sus gritos, monstruos y explosiones. En la serie sólo teníamos un plató de televisión, un presentador de lo más dicharachero y dos científicos explicando al público que no somos los dioses que nos creemos. Como especie, caminamos por un alambre que un día se romperá y nos llevará a la extinción. No será fruto de una invasión alienígena ni de la cacareada Tercera Guerra Mundial. Será una derrota silenciosa y basada en los errores mundanos que repetimos todos los días.
Mazin, el showrunner, acierta de pleno al ambientar esa secuencia en una época pasada para no sonar aleccionador. Ambos científicos comentan que, si el planeta se calentara, las formas de vida fúngicas podrían evolucionar y ser un auténtico peligro para la humanidad. Ante lo severo de su discurso, al presentador sólo le queda tragar saliva y el público presente comparte miradas de tensión y extrañeza. Si esa gente que aún no ha oído hablar del cambia climático ya es consciente de lo que hay en juego, imaginad la que aguarda al otro lado de la pantalla. Es un puñetazo directo a la mandíbula del espectador.
El terror de ‘The Last of Us’ no emana de subir el volumen de golpe para darnos un susto. No proviene de escenas repletas de cuchillos, sangre y enmascarados persiguiendo a adolescentes. Viene del retrato que hace de nuestra sociedad, tan lista como para ser consciente de su fragilidad y tan estúpida como para no cuidarse y reforzar sus defensas. El fin del mundo que plantea no puede ser más verosímil. Basta con mirar alrededor, a la epidemia de hace unos años y a las catástrofes climáticas de estos días. Todas son fruto de lo mismo y ante todas reaccionamos igual. Limitándonos a sobrevivir, escurrir el bulto y esperar que la próxima le toque a otra gente, a otra generación. Lo mismo que Craig Mazin planteó con ‘Chernobyl’.
Esta secuencia, que la seria trato de replicar más tarde en episodios posteriores, le valió al capítulo 7 nominaciones a toda clase de galardones y 4 estatuillas. Sólo el emotivo tercer episodio (”historia de la televisión”) consiguió más (22 candidaturas y 6 premios). Y en el fondo, este último no deja de hacer lo mismo, de ser aterrador sin recurrir a espacios comunes. En su caso alargó esa sensación durante una hora y además demostró lo que perderemos el día en que ya no podamos seguir huyendo hacia delante. No esperaba pensar en ‘The Last of Us’ este Halloween, pero el escalofrío que aún me provoca su prólogo parece decirme que precisamente es una gran fecha para acordarse de ella.
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