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La historia de Bill y Frank en The Last of Us es aún más triste y dura en el juego

El episodio 3 de The Last of Us en HBO presenta a Bill y Frank con notables diferencias con respecto al juego y les da un final completamente diferente.

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La historia de Bill y Frank en The Last of Us es aún más triste y dura en el juego

Todo son loas y alabanzas hacia el capítulo 3 de The Last of Us y curiosamente se trata de uno de los que más cambios plantea con respecto al juego. La serie de HBO va construyendo poco a poco su propia versión de la historia y ésta cada vez se permite más variaciones y licencias. Sin ir más lejos, este tercer episodio deja de lado a Joel y Ellie para centrarse en la relación entre Bill y Frank, cuyo destino tiene poco que ver con el original.

Spoilers a partir de este punto.

No estamos refiriéndonos a las ridículas quejas por la relación que mantienen Bill y Frank. Aunque no se decía excplícitamente, que ambos eran pareja ya quedaba claro en el juego. Bill trataba de esconder su orientación sexual ante Joel, pero los coleccionables de sus niveles y sus palabras al hablar de Frank eran una oda al subtexto: “Había una vez una persona que me importaba. Era un... compañero. Alguien a quien tenía que cuidar. Y este mundo esas mierdas solo valen para una cosa: que te maten... Aprendí la lección y me di cuenta de que debía estar solo”.

La gran diferencia de la que estamos hablando tiene que ver con que en el juego Frank está muerto y su relación con Bill acaba fatal. En los primeros compases de la historia conducíamos a Joel y Ellie hasta la guarida de Bill, nos infiltrábamos en ella esquivando todas sus trampas y le pedíamos un coche con el que llevar a Ellie hasta Tommy, el hermano de Joel que en su día era un luciérnaga. A lo largo de varios niveles, y siempre acompañados de Bill, buscábamos un vehículo en buenas condiciones y el “survivalista” dejaba caer de vez en cuando que su amigo Frank se había ido.

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El drama aparecía cuando finalmente encontrábamos una batería en condiciones para nuestro vehículo. La batería en cuestión se encontraba en una casa donde Frank se había refugiado... y ahorcado. A su lado yacía la siguiente nota de suicidio:

“Bueno Bill, dudo que encuentres esta nota, pues tenías demasiado miedo de venir hasta esta parte de la ciudad. Pero si por alguna razó la encontraras, quiero que sepas que siempre odié tus agallas. Me cansé de esta porquería de ciudad y tu actitud de reticencia ante el cambio. Deseaba de la vida más que esto y nunca pudiste comprenderlo. Y esa estúpida batería de la que siempre te quejabas... yo la tengo. Supongo que tenías razón, intentar salir de esta ciudad me matará. De todos modos es mejor que pasar otro día contigo”.

El odio visceral que muestra Frank hacia Bill en su carta es fruto del enfado. Tras una discusión entre ambos por culpa de las reticencias de Bill a abrirse al mundo y abandonar la soledad de su ciudad, la cual empezaba a abrumar a Frank, el pobre se alejaba y marchaba a vivir a otra casa de la zona durante un tiempo. Sin embargo, por el camino le muerden varios infectados y se cuelga de una soga para no transformarse. Es decir que la cosa no acaba con el idílico suicido en pareja de la serie, sino con un Frank infectado y un Bill que tiene que seguir adelante sólo y encima, si le damos la nota de suicido (es opcional), ha de hacerlo sintiéndose responsable y mal por lo sucedido. Aún más triste si cabe.

No es el único cambio de un capítulo que se recordará y que también ha explicado el origen del virus y cómo se propagó.