Top 10: los juegos más esperados de 2023

Esta semana termina un año marcado por algunos retrasos, pero sobre todo por muchos lanzamientos de calidad. Elden Ring, Horizon, God of War, Xenoblade, Bayonetta, Monkey Island, Neon White, Norco, Tunic... La pandemia tuvo un impacto bastante negativo en el medio —como en todo lo demás, vamos—, pero poco a poco parece que nuestro hobby empieza a recuperar su mejor forma. Y si 2022 ya ha sido uno de los años más potentes en la historia reciente del medio (desde 2017 quizá), 2023 se perfila como uno tan bueno o mejor, al menos sobre el papel.

Así que toca mirar hacia adelante, ver qué nos espera y elegir nuestros favoritos. Poner un termómetro de hype para comprobar con qué expectativas encaramos el nuevo año, cuáles son los juegos en los que depositamos más confianzas. Por estadística, es posible que alguno nos termine decepcionando, la vida es así. O que escape hacia 2024, aunque la mayoría tiene una fecha cercana y contamos con que no ocurra más allá de algún caso puntual. Así que seamos optimistas y repasemos la lista donde probablemente se encuentre el relevo de Elden Ring como próximo juego del año.

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10. Hades II

Toda regla merece su excepción, así que después de triunfar encadenando una licencia nueva tras otra (Bastion, Transistor, Pyre, Hades) Supergiant Games ha decidido que era hora de hacer una secuela directa. Y es que el primer Hades no solo ha sido su mayor éxito hasta la fecha, también uno de los roguelike mejor valorados de siempre. Semejante proeza bien valía un bis, y aunque una expansión probablemente también habría sido una noticia muy celebrada por los fans, el estudio ha querido ir más allá y preparar otro juego con el mismo o mayor empaque: en 2023, Hades II empezará su recorrido por Early Access como años antes hiciera su antecesor.

Es pronto para conocer los pormenores, pero ya sabemos que la secuela estará protagonizada por Melínoe, una hermana de Zagreo (héroe del juego anterior), y que, por tanto, seguirá explorando la mitología griega. Para algo se llama Hades, no Plutón. Con Melínoe también vendrá un nuevo villano, Cronos, así como otros enemigos, armas, habilidades, entornos y más variables que añadir a su ensalada procedural. Pocos títulos pueden presumir de haber mezclado tan bien sus ingredientes como el primer Hades, así que tenemos ganas de ver si Supergiant es capaz de superarse a sí mismo y alcanzar un nivel todavía más alto en el panteón de los roguelike.

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9. Wo Long: Fallen Dynasty

No tardamos en volver a mirar a Elden Ring de reojo, ya que tenemos otro de los herederos de la esencia Souls popularizada por From Software. Eso sí, considerar al Team Ninja como un simple imitador sería injusto, ya que este estudio de Tecmo se consagró mucho antes de la aparición de Hidetaka Miyazaki gracias a Ninja Gaiden, y fue justo esa pericia con la acción la que le permitió ofrecer una alternativa brillante, en algunos aspectos superior a Dark Souls y compañía: tanto el Nioh original como su secuela son, sin lugar a dudas, dos de los mejores action RPG de los últimos años.

Aunque la mayor sacudida a la fórmula probablemente llegará en 2024 de la mano de Rise of the Ronin (donde pasaremos de los niveles cerrados a un mundo interconectado), Wo Long también promete salir del molde de Nioh cambiando la mitología japonesa por la china, algo que impactará tanto en el diseño de entornos y criaturas como en las artes marciales de nuestro personaje. El combate se agilizará, el loteo de equipo tendrá menos de peso, y magias y parries serán parte de un nuevo sistema donde se premiarán los riesgos, la capacidad de exponernos y contraatacar.

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8. S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl

Un año atrás, S.T.A.L.K.E.R. 2 ya se coló en nuestro top diez. Por aquel entonces su estreno estaba previsto para diciembre, pero tras estallar la guerra en Ucrania el estudio se vio forzado a detener el desarrollo y moverse a República Checa, donde lo han retomado y cambiado el Chernobyl del título (nombre ruso de dicha región) por Chornobyl (equivalente ucraniano). Una acción reivindicativa como respuesta a un incidente extremadamente desafortunado que, por supuesto, no cambia que sigamos expectantes para ver si la travesía de GSC encuentra final feliz en el plano creativo.

S.T.A.L.K.E.R. nunca ha sido una saga masiva, un FPS que apelase al público de Call of Duty o Halo; pero ahí residía su encanto, en su compromiso con una experiencia de exploración y supervivencia exigente. Capaz de aislarnos en una zona devastada por contaminación radiactiva no solo a través de su ambientación —excelente desde la primera entrega—, sino por la inmersión derivada de mecánicas como la necesidad de alimentarnos, vigilar el estado de las armas, rehuir combates para ahorrar munición o evitar anomalías con efectos devastadores. Todo ello sin olvidar las incursiones en moradas de criaturas dispuestas a despedazar mercenarios en busca de fortuna.

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7. Diablo IV

El que termina también ha sido un año movido para Blizzard: controversias internas, la compra de Microsoft, las críticas hacia el modelo de negocio de Diablo Immortal… Aunque nada de ello impide que la cuarta entrega del gran referente de los hack and slash de ordenador siga contándose entre los más esperados de 2023. Sobre todo porque el estudio parece haber tomado notas tras Diablo III (buen juego, aunque no la secuela que todos los fans querían) para recuperar el tono más siniestro y violento que caracterizara a la saga en sus orígenes, antes del salto a las tres dimensiones.

Diablo IV, no obstante, dista de ser una regresión. Todo lo contrario: uno de los principales reclamos en los que insisten desde Blizzard es que adoptará una estructura de mundo abierto, con posibilidad de explorar y aceptar misiones en prácticamente cualquier dirección aunque siga existiendo una trama principal lineal para aquellos que prefieran centrarse en ella antes de profundizar en el endgame. Esta libertad también vendrá acompañada de un combate más dinámico, con un nuevo comando de evasión rápida, y más opciones para personalizar a nuestro personaje estética y jugablemente, además de una clase de estreno en la forma del nigromante.

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6. Marvel’s Spider-Man 2

Por desgracia, todavía no tenemos fecha exacta para su llegada, aunque el escueto “otoño” asegurado hace poco al menos lo sitúa en 2023. Desde Insomniac todavía no han especificado novedades jugables, pero sí han adelantado que la historia tendrá un tono algo más oscuro (incluso citando a El Imperio Contraataca como ejemplo del tipo de secuela que quieren plantear), así que la dupla protagonista no lo tendrá más fácil por el simple hecho de cooperar. ¿Será Venom capaz de meterlos en tantos apuros o habrá todavía sorpresas de peso por revelar en el terreno de los villanos?

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5. Street Fighter 6

Con vistas a mantener la tradición del éxito de las entregas pares (Street Fighter II puso muchos cimientos del género y Street Fighter IV se erigió como uno de los exponentes modernos más populares), Capcom ha vuelto a confiar en Takayuki Nakayama, el director de Street Fighter V, para liderar un proyecto mucho más prometedor desde el principio. El objetivo es recuperar la corona, evitar los deslices de una entrega enturbiada por la falta de contenido inicial y un pobre servicio online, a la que el tiempo y los parches reivindicaron desde que el daño ya estaba hecho.

Y es un objetivo que comprende cuidar aspectos diferentes, pero complementarios. Como el excelente trabajo con diseños y animaciones; la reintroducción o reimaginación de mecánicas (Drive Impact, Drive Parry) que añaden profundidad sin complicar controles para los novatos; o el añadido de un modo single player con toque aventurero donde crear, personalizar y mejorar nuestro avatar recorriendo el mundo, superando minijuegos y aprendiendo de los maestros. Y claro, luego está la competición online, donde esperan eventos especiales y un completo vestíbulo en el que recrearse y conectar con otros jugadores. ¿Nuevo rey a la vista? Es muy posible.

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4. Starfield

Otro juego que repite aparición debido a su retraso es lo nuevo de Bethesda. Tras dos décadas alternando entre The Elder Scrolls y Fallout, el equipo de Todd Howard está a punto de despegar hacia el espacio para ofrecernos un action RPG con cientos de planetas para explorar. Huelga decir que el uso de tecnología procedural estará a la orden del día, emular la vertiginosa inmensidad del espacio es imposible si nos limitamos a los mundos con civilizaciones establecidas. Aunque desde el estudio también prometen cuidar más el peso rolero de las decisiones y las facciones.

Viniendo de Fallout 4, una de las primeras prioridades parece haber sido mejorar los diálogos, regresando al protagonista mudo para permitir más opciones e introducir un nuevo sistema de persuasión mediante puntos. El mayor abanico de características para personalizar nuestro personaje, la importancia de los atributos no solo orientados al combate y las alianzas con grupos de objetivos encontrados deberían servir para plasmar una libertad que vaya más allá de la escala. El tiempo dirá si esta Bethesda nos termina recordando más a la de Morrowind o a la de Skyrim; pero en cualquiera de los casos, Starfield debería ser uno de los grandes lanzamientos del año.

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3. Final Fantasy XVI

Abrimos podio con una saga que acaba de cumplir 35 años, pero busca reivindicarse tras un periodo complicado. Siguiendo a la fusión de Square con Enix, y a la salida de Hironobu Sakaguchi, la compañía resultante ha sufrido intentando no diluir su esencia entre secuelas, precuelas, spin-offs y entregas principales de desarrollo turbulento. En medio de ese panorama, Final Fantasy XVI se yergue como una reimaginación más adulta, con talento hasta hace poco dedicado a la rama online, que ahora toma el relevo mientras Final Fantasy VII se mantiene como una franquicia en paralelo.

Naoki Yoshida, artífice del renacimiento de Final Fantasy XIV, supervisa un proyecto dirigido por Hiroshi Takai (The Last Remant), escrito por Kazutoyo Maehiro (colaborador de Yasumi Matsuno en los tiempos de Final Fantasy Tactics y Vagrant Story) y con combate a cargo de Ryota Suzuki (ex de Capcom con Dragon’s Dogma y Devil May Cry V en su historial). Todos ellos se alían para concebir un regreso a la fantasía medieval con dramas políticos, invocaciones e incluso cristales mágicos. ¿Estará la nueva propuesta a la altura del nombre que lleva? En junio lo sabremos.

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2. Resident Evil 4

Con su posible ración de dudas, pero de otra índole, está el remake de uno de los nombres más celebrados e influyentes de la historia. A estas alturas todos sabemos que Capcom es capaz de hacer buenos juegos de acción y terror aunque no tenga su mejor día (para muestra, el reciente Village o el remake de Resident Evil 3, notables por su cuenta aunque no alcanzasen las cotas de calidad de Resident Evil 2). Pero aquí debe ir a por todas: reimaginar una vaca sagrada —todavía muy disfrutable hoy vía remaster— como Resident Evil 4 solo se justifica si el resultado es brillante a su modo, sin limitarse a recrear cada secuencia y combate con mejores gráficos.

Encontrar un equilibrio suena complicado. Por un lado están los que disfrutaron cada segundo de gunplay, responder las oleadas de Ganados con precisión en los disparos, cuidado en el posicionamiento y uso estratégico de cuchillo, granadas o patadas contextuales, así que querrán una versión refinada, más ágil de eso. Y por otro están los que lamentan que el original abandonase los derroteros del horror, los momentos de exploración más pausada que este remake parece querer reincorporar en algunos tramos. ¿Logrará Capcom satisfacer a ambos grupos de fans? No será fácil; pero como lograr lo logre, podemos estar ante un auténtico bombazo. Otra vez.

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1. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom

El segundo puesto del año pasado sube al primero en este. Sin Elden Ring para eclipsarlo, y por fin con subtítulo oficial para dejar de llamarlo Breath of the Wild 2, el nuevo Zelda se ha hecho de rogar, pero ya tiene fecha concreta y pronto intentará responder a la pregunta que ha merodeado la cabeza de tantos usuarios de Switch durante gran parte de su ciclo vital: ¿por qué narices han tardado casi seis años en hacer una secuela directa si no hay cambio de consola, motor o estilo gráfico? ¿Se avecina una nueva revolución a pesar de compartir cimientos y amor por la libertad?

Vuestras suposiciones son tan buenas como las nuestras, sobre todo porque Nintendo ha seguido mostrando material a cuentagotas. Pero algo seguro es que esta entrega dará importancia a la exploración del cielo, con montones de islotes flotantes y un nuevo vehículo aéreo para complementar (¿o relevar?) a las monturas ecuestres. No es una idea del todo nueva, Skyward Sword ya construyó parte de su mundo entre las nubes; pero aprovechando el formato realmente abierto de esta etapa, es probable que el estudio le saque mucho, mucho más partido. Después de todo, ¿qué fue Breath of the Wild si no un The Wind Waker con praderas y montañas en vez de océano?

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