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Salt and Sacrifice y otros 5 Souls en 2D que no te puedes perder

Con motivo de la llegada del juego de Ska Studios, recordamos algunos de los exponentes más recomendables de este subgénero de metroidvanias.

Salt and Sacrifice y otros 5 Souls en 2D que no te puedes perder

Esta semana se ha puesto a la venta Salt and Sacrifice, secuela de uno de los pioneros a la hora de cimentar el concepto de Souls en dos dimensiones. Estrenado hace ya algo más de seis años, Salt and Sanctuary imitó de forma tan incuestionable como competente la fórmula que popularizó From Software con su hit de 2011 (las funciones de las hogueras y las almas, el tipo de exploración y combate), razón por la que muchos empezaron a añadir esta etiqueta a otra más común entre indies como es la de metroidvania. A fin de cuentas, los géneros rara vez suelen contarse como categorías estrictas; un juego puede implementar elementos de varios, o construirse sobre influencias y mecánicas relacionables con multitud de sagas. Algo que vuelve a suceder ahora con Salt and Sacrifice y Monster Hunter.

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Porque en esta entrega no nos limitamos a explorar y encontrar jefazos a los que debemos derrotar para seguir avanzando —aunque también haya de eso, naturalmente—. Salt and Sacrifice además introduce a los magos, criaturas variadas y poderosas que, no obstante, huyen del jugador. Dar con ellos es solo el inicio, luego empiezan cacerías a lo largo de los niveles, persiguiéndoles y haciendo frente a los enemigos corrientes que invocan hasta acabar con ellos o acorralarlos en sus guaridas. Esta nueva faceta más dinámica, y el añadido de un gancho para propulsarnos por los escenarios, son los principales cambios de una secuela que por lo demás ofrece lo que se espera del subgénero. Así que aprovechando la ocasión, repasaremos otros cinco que no os podéis perder si os atraen este tipo de experiencias “a lo Souls”.

Salt and Sanctuary

Empezando, cómo no, por su antecesor. Tratándose de un juego de 2016, es difícilmente cuestionable que Salt and Sanctuary ha perdido parte de ese encanto natural que tienen los primerizos. Por aquel entonces, la idea de un Souls 2D era bastante novedosa; pero como veremos al seguir por la lista, en siguientes años han ido saliendo varios títulos superiores en aspectos como el acabado gráfico, el diseño de niveles o el combate. Eso sí, pocos, si alguno, han sido capaces de recapturar el mismo tono de fantasía medieval oscura que comparten los primeros Souls y Sanctuary.

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Aunque sus personajes de cabezas redondas y ojos saltones pueden no encajar demasiado con el aura macabra que caracteriza al resto del juego, las cuevas, los castillos y los bosques de Salt and Sanctuary ofrecen una atmósfera genuinamente inquietante y opresiva a pesar de limitarse a humildes gráficos 2D. La paleta de colores es apagada, más que en cualquier juego de From, y se implementó el uso de antorchas para iluminar zonas en penumbra como en Dark Souls II. Además, el juego tampoco rehúye la sangre y los cadáveres, y los diseños de algunos enemigos son apropiadamente terroríficos dentro de sus posibilidades.

Jugablemente propuso una reimaginación satisfactoria, con controles más ágiles que sus fuentes de inspiración tridimensionales para acomodar un importante componente plataformeo. No solo en el posicionamiento durante los combates, también para introducir mucha más navegación vertical y jugar con habilidades extra como los dashes aéreos o la posibilidad de caminar por techos en algunas zonas. A nivel superficial, Salt and Sanctuary puede parecer uno de esos demakes ahora tan de moda (simulacros de juegos retro basados en los actuales); pero al profundizar, se revela como un título con la suficiente identidad y envergadura por su cuenta.

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Hollow Knight

Por suerte, este auge de metroidvanias con influencias de Souls no siempre estaría bajo la sombra de los juegos de From, porque apenas un año después, en 2017, salió otro modelo a seguir. Hablamos, por supuesto, de Hollow Knight, obra maestra de la exploración en 2D que un lustro más tarde sigue encontrándose entre lo mejor que cualquiera puede jugar —con toque Souls o sin él—. Un clásico moderno firmado por Team Cherry que, al igual que Sekiro, prescindió de puntos de experiencia y subidas de nivel, pero seguía compartiendo filosofía con esta familia de juegos.

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A diferencia de Salt and Sanctuary, Hollow Knight evitó la fantasía medieval oscura; pero su alternativa, un reino subterráneo de insectos más original y estilizado, seguía gozando de gran atmósfera, la recuperación de “almas” tras morir y bancos equivalentes a hogueras (puntos de control, reinicio de enemigos, personalización de atributos), además de la ineludible escalada en la dificultad. Sin embargo, su diseño de niveles lo distancia de cualquier juego similar, y recuerda por qué el primer Dark Souls todavía marca las diferencias respecto a las otras obras del repertorio de From.

En Hollow Knight hay un sistema de viaje rápido entre estaciones e incluso mapas para consultar (a diferencia de los Souls o Sanctuary), rellenados tras comprarlos, explorar y alcanzar algún banco. Pero a pesar de ello, su descomunal escala, la libertad eligiendo ruta, la variedad estética y jugable de cada región y ciertas encerronas, donde usar uno de los bancos implica que no hay vuelta atrás fácil (recordad el fondo de Ciudad Infestada), que ahora toca seguir adelante y hacer frente a lo desconocido, es una sensación que ni siquiera los propios Souls posteriores han emulado igual de bien.

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Blasphemous

Por supuesto, una lista como esta también brinda una buena oportunidad para recordar uno de las producciones patrias más populares. Pero el juego de The Game Kitchen no solo merece la mención por haberse creado en España, ni mucho menos. Su forma de mezclar la imaginería cristiana —basada sobre todo en tradiciones, pinturas y arquitectura de origen andaluz— con elementos más clásicos del terror, tan a menudo presentes en este tipo de obras, resulta en una de las ambientaciones más perturbadoras del género. Y lo que es mejor, sus méritos no se quedan ahí y a la hora de la verdad también ofrece una buena experiencia de juego.

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El gore y las ejecuciones no faltan a la cita en un título que tiene clara la clase de visceralidad que busca; y los retos tampoco escasean, sea por los enemigos más puñeteros, sea por las trampas que pueden acabar al instante con nuestro protagonista. Como en los mejores exponentes, el progreso ofrece libertad para explorar en más de una dirección y no depender tanto de habilidades desbloqueables para progresar: aunque tiene su ración de mejoras y técnicas extra, como la posibilidad de crear plataformas de sangre en el aire, lo más importante es nuestra pericia con los espadazos, los saltos, los deslizamientos a ras de suelo y demás.

Cabe añadir, también, que de lanzamiento quizá no aprovechó todo su potencial —algo que veremos pronto repetido con otro juego de esta misma lista—, pero tiempo después fue actualizado de forma gratuita para pulir la jugabilidad, hacer algunos retoques al diseño, reducir frustraciones afinando mejor los peligros planteados por los niveles e incluso añadir un doblaje al castellano de factura excelente, con interpretaciones y acentos que ayudan a meterse todavía más en situación. Si lo jugasteis entonces, ahora merece una nueva visita; y si todavía lo tenéis pendiente, aquí se aplica por partida doble el dicho que reza que tarde es mejor que nunca.

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Ender Lilies: Quietus of the Knights

Para ilustrar que hay lugar para la variedad y las nuevas ideas en este subgénero, otro nombre imprescindible es Ender Lilies. Un juego donde nuestra protagonista, una pequeña y relativamente desvalida niña llamada Lily, invoca a espíritus para que luchen por ella. Al inicio, un guerrero con espada se suma a la aventura y nos concede el repertorio más tradicional, fácil para aclimatarse. Pero luego, a medida que progresamos, derrotamos y purificamos a los jefes, el abanico de opciones se amplía para enriquecer el combate y la exploración: lanceros, hechiceros, caballeros orientados a defensa, otros lentos y con contundencia para atontar enemigos, etc.

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Hasta tres de estos espíritus —asignados a botones diferentes— pueden ser equipados en cada banco (uno de los puntos comunes con Hollow Knight), pero la lista completa sube por encima de la veintena. Lo que incluye, por supuesto, varios opcionales, y recompensa a aquellos jugadores que sean más minuciosos a la hora de peinar el mundo con nuevas técnicas y posibilidades para el desplazamiento. Los espíritus también se potencian con objetos que encontramos explorando, y Lily tiene sus propias opciones de personalización a pesar de depender de aliados para combatir.

Otro aspecto que no se puede ignorar es su prodigioso apartado audiovisual, con una selección de zonas con gran nivel de detalle y ambientes muy variados —de nuevo es difícil no citar a Hollow Knight— y una banda sonora donde sobresalen bellas melodías tocadas a piano. Al final del día, Ender Lillies no pone su género patas arriba, pero aporta una identidad propia bien diferenciada y ejecuta con solvencia las convenciones que se permite mantener. Tiene la dificultad, el misticismo narrativo y la melancólica solitud que caracteriza a un buen Souls. Así que si lo dejasteis pasar —no ha sido tan reconocido como otros de la lista—, que esto sirva para meterlo en vuestro radar.

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Death’s Gambit: Afterlife

Saltamos hacia atrás y a la vez hacia delante para acabar hablando de un juego que se estrenó originalmente en 2018, pero, al igual que en el caso de Blasphemous —más incluso todavía—, volvió a la mesa de trabajo para ser ampliado y mejorado de forma muy sustancial. En septiembre de 2021, el pequeño estudio White Rabbit relanzó Death’s Gambit con la coletilla Afterlife (actualización libre de cargo para quienes hubiesen comprado la versión original), convirtiéndolo en ese brillante Souls 2D que siempre apuntó a ser, desde que se mostró en sus primeros tráileres.

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Aquí ya no hablamos de pulir los pequeños detalles para que la experiencia sea más precisa o agradable. Afterlife fue una reconstrucción a fondo que añadió nuevas armas y zonas, rediseño de las viejas, nuevos jefes y hasta finales alternativos. Se recalibró el combate y se retocó el sistema de progresión para añadir más profundidad, resultando en un producto que ahora puede codearse con los Souls y los metroivanias de más pedigrí. Aunque, más allá de esta historia con final feliz al estilo No Man’s Sky, ¿qué ofrece Death’s Gambit que no se pueda encontrar en otro sitio?

Salvando las distancias, su pixel art y la ambientación de fantasía oscura pueden recordar más a Salt and Sanctuary que al resto del grupo, pero Death’s Gambit tiene más nivel de detalle y colorido, una puesta en escena muy cuidada (con flashbacks, doblaje, personajes memorables), además de algunos elementos más idiosincrásicos como la posibilidad de montar a caballo o de combatir contra algunos jefes enormes con que no desentonarían en un demake 2D de Shadow of the Colossus. La cantidad y variedad de estos encuentros es otro de sus puntos fuertes, y lo terminan de ratificar como una de las mejores alternativas para los fans del género.

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Salt and Sacrifice

  • PC
  • PS4
  • PS5
  • NSW
  • Acción
  • RPG

Salt and Sacrifice es un juego de acción RPG a cargo de Ska Studio y Sony Interactive Entertainment para PC, PlayStation 4, PlayStation 5 y Switch en el que viajaremos al Reino de Alterstone como un Inquisidor Marcado para enfrentarnos a las criaturas más temibles. Un reino antaño pacífico se ve sumido en el caos por la invasión de las hordas de magos: encarnaciones despiadadas del caos elemental. Los Inquisidores Marcados, las fuerzas de los condenados, han sido movilizados una vez más para enfrentarse contra la amenaza existencial de la magia.

Carátula de Salt and Sacrifice