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Una grata sorpresa

Warhammer 40.000: Chaos Gate - Daemonhunters, impresiones. El regreso de un clásico de culto

Primeras impresiones del reboot del mítico Warhammer 40k Chaos Gate, un juego de estrategia por turnos que volverá por todo lo alto a PC en 2022.

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Warhammer 40.000: Chaos Gate - Daemonhunters, impresiones. El regreso de un clásico de culto

El género de estrategia está de enhorabuena. Si el año pasado supuso el regreso de Age of Empires, rey de reyes entre los juegos RTS (real-time strategy), éste 2022 traerá de vuelta otro clásico de culto, pero esta vez será un TBS (turn-based strategy). Hablamos de Warhammer 40.000: Chaos Gate, esa maravilla de 1998 en la que nos dedicábamos a matar cultistas mientras escuchábamos cantos gregorianos de fondo. Con la coletilla Daemonhunters, el próximo 5 de mayo de 2022 saldrá a la venta su reboot, del cual venimos a hablaros hoy tras haber tenido la suerte de verlo en profundidad.

Chaos Gate: un juego clave para la saga 40k

Warhammer 40.000: Chaos Gate pertenece a una época en la que Games Workshop aún no había dado con su Santísima Trinidad (Relic Entertainment, Cyanide Studio y Creative Assembly). Un tiempo remoto y previo a estas dos últimas décadas de bonanza y grandes nombres, pero un tiempo del que muchos guardamos grandes recuerdos... de grandes juegos. Space Hulk, Final Liberation y Rites of War son sólo algunos de ellos. Por eso, y porque nostalgia y nitroglicerina empiezan igual, trabajar con un clásico como Chaos Gate siempre es peliagudo. Baste decir que sin él no se entenderían joyas como el Dawn of War II, o productos derivados como Squad Command.

A pesar de ello, las elegidas para llevar a cabo esta gesta son dos recién llegadas al universo 40k: Complex Games (como desarrolladora) y Frontier Foundry (principalmente como distribuidora). La primera es una pequeña compañía canadiense que presume de más de 20 años de experiencia en el sector, aunque la mayoría son en el mercado móvil y como segunda unidad (The Horus Heresy: Drop Assault, lo mejor a lo que aferrarse). Ahora quiere dar un paso al frente y por ello ha tomado las riendas de Chaos Gate Daemonhunters, el que será su primer gran proyecto. A Frontier seguro que la tenéis más ubicada por sus juegos de gestión (RollerCoaster Tycoon, Jurassic World Evolution) o por la saga Elite: Dangerous.

Los nombres y la dificultad del desafío podrían despertar dudas en más de uno (en nosotros lo hicieron, para qué mentir), pero hemos de reconocer que el juego nos ha sorprendido gratamente en este primer contacto. Y eso a pesar de los cambios y de la sensible ausencia de multijugador y editor de misiones (dos funciones clave del original). Pero Warhammer 40.000: Chaos Gate – Daemonhunters ha sabido compensar ambas pérdidas, luce genial y a nivel jugable sigue siendo lo que en su día, una deliciosa mezcla entre Jagged Alliance y los primeros X-COM.

Aunque en 1998 nadie pudo hacer sombra a Starcraft en lo que a estrategia se refiere, Chaos Gate se ganó un hueco en el corazoncito de muchos fans del universo 40k.
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Aunque en 1998 nadie pudo hacer sombra a Starcraft en lo que a estrategia se refiere, Chaos Gate se ganó un hueco en el corazoncito de muchos fans del universo 40k.

Un experto en lore como amo del calabozo

El juego nos trasladará de nuevo al 41º milenio de Games Workshop, o lo que es lo mismo, a la visión más oscura, violenta y tétrica de su universo. Y también de nuevo, la historia hará a un lado a orcos, eldas y tiránidos para centrarse en la batalla entre los humanos y las fuerzas del Caos. Aquí entran en escena los primeros matices. Seguimos echando en falta que se cuente con más facciones, pero al menos la historia está mucho más trabajada que la original, hasta el punto de tener detrás al escritor Aaron Dembski-Bowden, autor best seller con decenas de relatos y más de diez novelas ambientadas en el cosmos de Warhammer 40.000 (las más notables son Helsreach, la trilogía Black Legion —aún sin cerrar— y aquellas publicadas en el ciclo La Herejía de Horus). Si alguien sabe del lore y ha demostrado estar a la altura, es él.

La presencia de Dembski-Bowden puede parecer un dato de cara a la galería, pero por más simple que siga siendo el argumento (el bien contra el mal, humanos vs Caos), se nota la mano del novelista. ¿En qué? Pues en decisiones como que esta vez, en lugar de ser meros Space Marines, seremos los míticos Caballeros Grises, y nuestros antagonistas no serán unos cualquiera, sino personajes como Mortarion, Señor de la Muerte y Príncipe de la Decadencia, hijo de Titán y uno de los veinte Primarcas. Para algunos sonará a café para muy cafeteros. Para otros, a un nuevo motivo para jugar.

Las adaptaciones de 40k pecan de centrarse siempre en las mismas facciones (imperio vs demonios del caos), pero esta vez la presencia de los Caballeros Grises o de enemigos como Mortarion lo hará más llevadero.
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Las adaptaciones de 40k pecan de centrarse siempre en las mismas facciones (imperio vs demonios del caos), pero esta vez la presencia de los Caballeros Grises o de enemigos como Mortarion lo hará más llevadero.

La gran novedad: nuestro propio crucero de ataque

Uno de los cambios más notorios con respecto a la obra original es la inclusión de una sala de guerra, un lobby entre niveles, una base desde la que tomar decisiones y prepararnos para la batalla. Daemonhunters nos pondrá a los mandos de un crucero de ataque conocido como The Baleful Edict (El Edicto Funesto). Se trata de un navío espacial que podremos ir mejorando y en el que visitar la sala de mapas, los barracones, la armería y la biblioteca. Ubicaciones todas ellas repletas de opciones que aportan al juego una capa extra de profundidad y complejidad.

The Baleful Edict (El Edicto Funesto). Nuestro centro de operaciones. Una de las grandes novedades con respecto al Chaos Gate de 1998.
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The Baleful Edict (El Edicto Funesto). Nuestro centro de operaciones. Una de las grandes novedades con respecto al Chaos Gate de 1998.

Hagamos un rápido tour por sus instalaciones. En la sala de mapas, por ejemplo, responderemos a las continuas amenazas de The Bloom, la temible plaga demoniaca a la que deberemos combatir en nombre del Emperador. Podremos monitorizar sus avances por la galaxia y elegir a qué misiones acudir y en qué orden. Habrá principales y secundarias, fechas límite, cambios palpables en los niveles según su grado de corrupción por la plaga (aleatorio y cambiante), así como decisiones que, según nos dicen, influirán en la historia, aunque desconocemos hasta qué punto.

Desde la sala de mapas decidiremos a qué llamadas de auxilio acudimos primero y monitorizaremos el avance de la plaga por los confines del sector Tyrtaeus.
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Desde la sala de mapas decidiremos a qué llamadas de auxilio acudimos primero y monitorizaremos el avance de la plaga por los confines del sector Tyrtaeus.

A su vez, en los barracones elegiremos y personalizaremos a nuestro escuadrón (cuyo pelo, color de piel, voz y piezas de armadura podremos editar, entre otras muchas cosas). Las mejoras de equipo se canjearán en la armería, de la mano del Gran Maestro Vardan Kai, y con las habilidades y poderes psíquicos se hará lo propio en la biblioteca, donde el Inquisidor Vakir nos permitirá cultivar a nuestros guerreros. Quedaría por visitar la sala del Grand Manufactorum, en la que reparar y mejorar El Edicto Funesto.

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A la espera de ver su progresión y los diferentes tipos de personajes, el editor y grado de personalización, así como el equipo y número de habilidades, parecen cubrir el expediente con nota.
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A la espera de ver su progresión y los diferentes tipos de personajes, el editor y grado de personalización, así como el equipo y número de habilidades, parecen cubrir el expediente con nota.

Estrategia por turnos, la vieja escuela

Una vez desplegados, Warhammer 40.000: Chaos Gate - Daemonhunters sigue los cánones del género. Es un juego de vista isométrica (y cámara libre) cuyos niveles desembocan en varias arenas donde aguardan oleadas de enemigos a los que combatir por turnos. En cada mano podremos elegir si preferimos movernos, disparar, atacar cuerpo a cuerpo, lanzar granadas o resguardarnos tras una cobertura. Acciones que dependen de los clásicos parámetros (alcance, precisión, etc) y que se combinan con distintas habilidades pasivas y poderes psíquicos. Lo dicho, un título de estrategia por turnos de los pies a la cabeza.

Es ver una interfaz así y sentirse como en casa.
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Es ver una interfaz así y sentirse como en casa.

Un remozado y espectacular cuerpo a cuerpo

En lo que hemos podido ver, Daemonhunters hacía especial hincapié en dichos poderes psíquicos (como el teletransporte), en la destrucción ambiental (volábamos puentes para que no nos siguieran los enemigos y derribábamos estatuas encima de ellos) así como en las posibilidades de su combate cuerpo a cuerpo. Éste último resulta especialmente llamativo. No es pulsar un botón y empalar a nuestros adversarios, en plan Gears Tactics. Cuando atacamos cuerpo a cuerpo la cámara se acerca y se abre un nuevo menú con varias opciones. Según donde golpeemos a los demonios del Caos les infligiremos una herida u otra, lo que tiene distintas consecuencias, como inhabilitarles determinados ataques, provocarles efecto sangrado o hacerles más o menos daño. Curioso.

Dentro del estatismo común al género destaca el combate cuerpo a cuerp. En la foto, ¿qué elegimos? ¿Darle en el ojo y provocar ceguera y efecto sagrado? ¿Romperle el báculo con el que ataca? ¿O quizás clavarle nuestra arma en el pecho y jugárnosla por un crítico?
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Dentro del estatismo común al género destaca el combate cuerpo a cuerp. En la foto, ¿qué elegimos? ¿Darle en el ojo y provocar ceguera y efecto sagrado? ¿Romperle el báculo con el que ataca? ¿O quizás clavarle nuestra arma en el pecho y jugárnosla por un crítico?

Un reboot con ambición de variedad y profundidad

Está mención a Gears Tactics viene que ni pintada, pues aunque el título de Splash Damage tuvo una gran acogida y resultó más que competente, no dejaba de ser una versión light de lo que ofrecen los grandes referentes del género. Le faltaba algo de profundidad y variedad, tal y como se le achacó al Chaos Gate original en 1998. Daba la talla, sí, sobradamente, pero palidecía ante aquellos a quienes emulaba, véase el caso de X-COM. Este reboot parece ir un paso más allá. Está por ver hasta dónde llega, pero de primeras se nos antoja más ambicioso que el ya mentado Gears Tactics, quien hubiera podido ser un homónimo contemporáneo.

No lo decimos sólo por ese strategy layer que es The Baleful Edict, la nave entre misiones, y tampoco nos referimos únicamente a las posibilidades de destrucción del entorno y el combate cuerpo a cuerpo. Warhammer 40.000: Chaos Gate - Daemonhunters también parece haber corregido la falta de variedad del original. A nivel de personajes habrá ocho clases diferentes (paladín, capellán, bibliotecario y purificador, de inicio, y otras cuatro que se desbloquearán durante la campaña) y decenas de mejoras y poderes (llamados estratagemas). A nivel de enemigos, igual.

Caminantes virulentos, brutos infernales, portadores de la plaga, marines de la plaga, exterminadores dominaplagas, las temibles armaduras terminator, drones de la plaga, drones mórbidos, cardenales apóstatas... la lista es generosa aunque oscile siempre en torno a la dichosa plaga. Además, se insinúa que muchos monstruos podrán mutar en mitad del combate, cambiando así de aspecto y habilidades. Y a ellos habría que sumar un buen número de jefes finales, como el propio Morterion o Zymran, Señor del Caos y de los Devoradores de Mundos.

Los peligros a los que haremos frente serán tan letales como variados. Aunque en casos como el de la foto, el nuevo sistema cuerpo a cuerpo permitiría acercarse y cercernar el brazo al enemigo para liberar a nuestro aliado.
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Los peligros a los que haremos frente serán tan letales como variados. Aunque en casos como el de la foto, el nuevo sistema cuerpo a cuerpo permitiría acercarse y cercernar el brazo al enemigo para liberar a nuestro aliado.

Gran primer contacto

Si le sumamos una ambientación de órdago y un apartado visual que, aún sin alardes ni estridencias, pone de manifiesto los 23 años de avances tecnológicos que ha habido desde el original, este parece un regreso por la puerta grande. Sus novedades lo hacen casi mejor que un remake al uso. Tampoco queremos llevaros a engaño. Aún nos queda mucho por saber (IA, duración, variedad de biomas, qué ha sido de los vehículos y la permadeath, alcance de sus novedades, sistema de progresión y unidades, BSO, experiencia final, si echa en falta más razas o las funcionalidades online, etc), pero la mayoría son dudas que sólo se pueden resolver en su análisis, allá por el 5 de mayo. Por ahora, Warhammer 40.000: Chaos Gate - Daemonhunters es una prometedora sorpresa que ya hemos marcado en rojo en nuestros calendarios. Y si os gusta el género, os animamos a hacer lo mismo. Vuelve un clásico de culto.

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Warhammer 40,000: Chaos Gate - Daemonhunters

  • PC
  • PS4
  • XBO
  • PS5
  • XBS
  • RPG
  • Estrategia

Warhammer 40,000: Chaos Gate - Daemonhunters es un videojuego de estrategia RPG a cargo de Complex Games y Frontier Foundry para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5 y Xbox Series. Dirige a los Caballeros Grises, la mejor arma de la humanidad, contra las fuerzas corruptas del Caos en este juego táctico por turnos brutal y vertiginoso. Destruye y pon fin a un traicionero complot para infectar la galaxia con el Brote, una plaga cósmica capaz de pudrir mundos hasta extinguirlos.

Carátula de Warhammer 40,000: Chaos Gate - Daemonhunters