Asedio o la fórmula de la Coca-cola

Desde que arrancó el siglo XXI Marvel ha ido repitiendo de manera periódica una serie de eventos que han transformado de manera radical el panorama de los superhéroes y que han multiplicado las enormes ganancias de la empresa y han servido también de base para el MCU. El primero de estos grandes sucesos fue Vengadores Desunidos (2004), en él Bendis plantó las semillas de un enfoque más adulto del medio y rompió una de las normas habituales de Marvel: los personajes principales no mueren. Ese mismo año llegaba Secret Wars, con Nick Furia planeando un golpe de estado en Latveria. Una historia que dejaba entrever que todo formaba parte de un cuadro mucho más amplio y cuyas partes irían revelándose con cada nueva saga.

En 2005 se publicaba House of M en la que la realidad es alterada por una enajenada Bruja Escarlada; los mutantes entraban en escena y sus colecciones se enlazaban con la de los otros grandes iconos de la editorial. Esta serie daría paso a Decimation (2006), en la que la mayoría de los mutantes pierden sus poderes. En ese mismo año arranca el gran crossover de Marvel, Civil War, que enfrentó a los superhéroes en un conflicto por el Acta de Registro que derivó en La Muerte del Capitán América (2007) y en la Iniciativa (2007), una acción respaldada por el Gobierno estadounidense y en la que se creaba un grupo de héroes para cada estado. 2008 es el año de Invasión Secreta, el evento que desvela como los skrulls han estado planeando durante años la invasión de la Tierra y sustituyendo a los superhéroes por réplicas alienígenas. Una historia que daba respuestas a muchos de los hechos ocurridos con anterioridad. Era esta última pieza del puzle la que proporciona sentido a todo lo planificado por Bendis durante el último lustro.

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En manos de un villano

Las consecuencias de este ataque extraterrestre son demoledoras; con el Capitán América muerto y Tony Stark caído en desgracia es Norman Osborn (Duende Verde) quien se hace cargo de la seguridad de EE UU. Crea su propio grupo de vigilantes, Los Vengadores Oscuros (Capitán Marvel, El Vigía, Ares, Bullseye, Monnstone, Venom, y Daken), que son dirigidos por él mismo como Iron Patriot. También toma el mando de una nueva unidad internacional de vigilancia, Hammer, que releva a Shield de todas sus funciones. Se inicia así un camino hacia el autoritarismo (Reinado Oscuro, 2008) en el que los principales villanos del Universo Marvel han hecho un pacto secreto (Norman Osborn, Namor, Emma Frost, Hood, Dr. Doom y Loki).

Mientras todo esto ocurre en la Tierra, en Asgard se ha desencadenado el Ragnarok y la ciudad de los dioses nórdicos ha sido destruida por Loki y su ejército. Thor regresa para reconstruir su reino en la Tierra y la sitúa en territorio estadounidense, algo que no es del agrado de Norman y que va a desatar un nuevo cisma en la comunidad de superhérores. En un bando se encuadran los dioses asgardianos, los Vengadores clásicos, los Jóvenes Vengadores y algunos miembros de Shield (Nick Furia y Maria Hill); en el otro los Vengadores Oscuros, algunos miembros de la Iniciativa y Hammer.

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Bendis tira por la calle de en medio

En este marco temporal se desarrolla la nueva serie creada por Bendis que, sobrexplotado en Marvel, comienza a dar señales de agostamiento creativo. Empieza, como siempre, con un excelente planteamiento, pero cede pronto el peso de la historia a la acción, dejando el relato en un segundo plano. Aquí los personajes están menos elaborados y la resolución de la historia no está la altura de su desarrollo. La fórmula de enfrentar a los superhéroes entre ellos sigue funcionando, pero carece ya de la frescura y la profundidad ideológica que tenía en Civil War. Si en esta última se hacía un paralelismo con los recortes en la libertad tras el 11-S, Asedio se puede leer en clave política como una metáfora de la invasión de Irak. Osborn lanza un ataque preventivo contra un posible futuro enemigo extranjero basándose en un incidente de falsa bandera.

Asedio consagra a Sentry (El Vigía) como el superhéroe más poderoso del universo y deja dos viñetas que ya han pasado a la historia de Marvel: el brutal asesinato de Ares y la destrucción de Asgard por orden Osborn.

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Un dibujante con personalidad

Pero si el guión deja algunas dudas, es Olivier Copiel quien aparece al rescate con unos dibujos en los que reconocen trazas de los mejores talentos de Marvel. El artista francés posee un estilo muy particular, que no siempre es del gusto de todos y en el que destaca a primera vista lo musculados que vuelven a estar los superhéroes tras una etapa que tendía más a encajarlos dentro del biotipo normal de humano. Copiel venía de cosechar éxitos en House of M (2005) con el propio Bendis y en Thor (2007) con Straczynski y afronta este trabajo ya como un dibujante consagrado de Marvel, que también triunfaba en la animación dentro de la compañía de Spielberg, Dreamworks.

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Consecuencias

La saga, como todo lo que tocaba Bendis, fue un éxito y supuso la reconciliación de los grandes iconos de Marvel (Iron Man, Steve Rogers y Thor) tras la fractura ocasionada por la Civil War. Después de varios años navegando en la oscuridad y con los Vengadores partidos en dos, surge una nueva etapa, La Edad Heroica, en la que los héroes recuperan la pureza de antaño. El guionista retomaría Los Nuevos Vengadores (2011) con Neal Adams al dibujo, en un arco argumental que presentaba a Norman Osborn, fugado de La Balsa, y su agencia Hammer como los grandes enemigos a derribar.

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Como curiosidad este hecho no ha sido incluido dentro del universo MCU ni en las películas de Los Vengadores ni en las de Thor. Aunque si hay referencias a la destrucción de Asgard a manos de Hela en Thor: Ragnarok (1017) y el posterior exilio de sus habitantes en naves espaciales.

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