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Aniversario

Game Boy Advance cumple 20 años

La portátil de Nintendo se estrenó en marzo de 2001 y nos dejó juegos tan emblemáticos como Golden Sun, The Minish Cap o Metroid Fusion. Hoy los recordamos.

Game Boy Advance cumple 20 años

El 21 de marzo de 2001, Game Boy Advance se puso a la venta en Japón (a nosotros nos tocaría esperar hasta junio), lo que significa que hoy mismo la portátil de Nintendo alcanza su segunda década de existencia. Es cierto que el suyo no fue el ciclo vital más largo, ya que entre 2004 y 2005 (según región) sería relevada por Nintendo DS, pero GBA aprovechó bien el tiempo bajo los focos, consiguió sumar más de 80 millones de unidades vendidas (contando revisiones) y nos dejó una cantidad sustancial de juegos que merecen recordados. Así que eso haremos.

SNES en la palma de la mano

Estrenada en 1989, la Game Boy original fue un fenómeno de tal calibre que Nintendo pospuso durante toda la década de los noventa su sucesora. En 1998, Game Boy Color empujó un poco hacia delante gracias a su paleta de colores —valga la redundancia—, aunque la cercanía del nuevo siglo y la rápida evolución tecnológica impidió a los de Kioto volver a relajarse y prepararon casi al mismo tiempo el verdadero relevo generacional. En septiembre de 1999, siguiendo a meses de rumores, Nintendo confirmó la existencia de Game Boy Advance: una portátil 32-bits que ofrecería gráficos superiores a SNES. Llegado el verano de 2000, incluso se hicieron públicas imágenes de un kit de desarrollo corriendo una versión adaptada del Yoshi's Story de Nintendo 64, aunque dicho juego nunca llegaría a ver la luz en la consola final.

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De hecho, fue uno de los pocos plataformas previos no repescados, puesto que juegos como Yoshi's Island, Super Mario World o la trilogía Donkey Kong Country no tardaron en dar el salto. Desde la perspectiva actual, no es difícil ver a Game Boy Advance como la primera antecesora de Switch, ya que entonces disponer de clásicos contrastados de sobremesa en una portátil se convirtió en un reclamo tan importante como las propias novedades. Si miramos un momento cómo acabó su top 10 de juegos más vendidos, la mitad son títulos disponibles en consolas previas (SNES e incluso NES).

  1. Pokémon Rubí / Zafiro – 16,22 millones
  2. Pokémon Rojo Fuego / Verde Hoja – 12,00 millones
  3. Pokémon Esmeralda – 7,06 millones
  4. Mario Kart: Super Circuit – 5,91 millones
  5. Super Mario World: Super Mario Advance 2 – 5,69 millones
  6. Super Mario Advance – 5,57 millones
  7. Super Mario Advance 4: Super Mario Bros. 3 – 5,43 millones
  8. Yoshi's Island: Super Mario Advance 3 – 2,83 millones
  9. The Legend of Zelda: A Link to the Past – 2,82 millones
  10. Pokémon Mundo Misterioso: Equipo de Rescate Rojo / Azul – 2,36 millones

Formando una identidad propia

Aunque, por supuesto, Game Boy Advance no sería recordada como lo es si solo se dedicase a repescar juegos. Ya en su estreno vino acompañada por Castlevania: Circle of the Moon (en Europa conocido como Castlevania a secas para confundir al personal), inaugurando así una fructífera etapa para la serie de Konami que tendría continuidad en Harmony of Dissonance y Aria of Sorrow. Todos ellos producidos por Koji Igarashi y deudores del molde metroidvania de Symphony of the Night, ofreciendo un reconfortante refugio para los fans cuando las cosas en sobremesa no iban tan bien para la saga (el salto a las tres dimensiones no fue demasiado favorable).

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Otro momento simbólico de Game Boy Advance fue el reencuentro entre Nintendo y Square. Siguiendo al lanzamiento de Super Mario RPG en 1996, ambas compañías habían tenido un desencuentro sonado —por la decisión de llevar Final Fantasy VII a PlayStation— y dejaron de colaborar por completo durante años. En tiempos de GBA, por suerte, decidieron sellar la paz y la portátil se benefició tanto de ports de Final Fantasy IV, V y VI (por primera vez localizados al castellano) como de un remake del primer Seiken Densetsu (renombrado Sword of Mana) o el inédito y excelente Final Fantasy Tactics, spin-off de estrategia táctico basado en la obra de Yasumi Matsuno.

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Algo para lo que no necesitaron a Square fue para hacer un nuevo Mario rolero, ya que en esta época también se fundó AlphaDream —estudio con varios miembros involucrados en el desarrollo de Super Mario RPG— y Nintendo llegó a un acuerdo con ellos para desarrollar el hilarante Mario & Luigi: Superstar Saga. Aunque Intelligent Systems ya había dejado a buen recaudo la saga en sobremesa con Paper Mario, la nueva propuesta fue capaz de diferenciarse y convencer: aunque en la lista de antes no aparece por limitarse a los diez juegos, Superstar Saga logró superar los dos millones de copias vendidas y colarse en el top 15 de la consola.

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Claro que Intelligent Systems tampoco se quedó de brazos cruzados precisamente. Si acaso, Game Boy Advance fue una de sus etapas clave, ya que creó dos sagas nuevas (Advance Wars y WarioWare) y vio como Nintendo localizaba por primera vez Fire Emblem en América y Europa. Tras introducirla al público occidental a través de Super Smash Bros. Melee, la compañía por fin se atrevió y lanzó una entrega titulada simplemente Fire Emblem (luego retroactivamente conocida como The Blazing Blade para evitar confusiones). El juego funcionó y también dio pie a la localización de la siguiente entrega, The Sacred Stones. El resto, como se suele decir, es historia.

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Hablando de sagas first party, es cierto que la rama plataformera de Mario fue carne de ports, pero otras como Zelda y Metroid recibieron entregas nuevas y de gran calidad. Técnicamente, The Minish Cap volvió a correr a cargo de Capcom, que ya había firmado los geniales Oracles en Game Boy Color, pero el resultado fue de nuevo tan bueno y original —esta vez Link podía reducir su tamaño y explorar el mundo desde la perspectiva de un ratón— que nadie echó de menos la mano de Nintendo. Es más: su director, Hidemaro Fujibayashi, más tarde se acabaría incorporando a la compañía para liderar los desarrollos de Skyward Sword y Breath of the Wild.

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En cuanto a Metroid, en 2002 volvió por todo lo alto con los estrenos casi simultáneos de Metroid Prime y Metroid Fusion (aunque aquí nos tocaría esperar a 2003 por el de GameCube). A diferencia de Konami, Retro Studios sí consiguió reinventar la saga con éxito en tres dimensiones, pero Fusion también fue aclamado por preservar la jugabilidad de Super Metroid en el marco de un desarrollo más cinematográfico, donde Samus recibía instrucciones con frecuencia y debía huir de una réplica suya creada por un virus. Poco después, su base también se utilizó para el genial Zero Mission, remake de la primera entrega que rediseñaba escenarios, añadía habilidades e incluso ampliaba la historia más allá del final original.

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Por supuesto, hay muchos otros juegos que podríamos destacar, como la exitosa trayectoria de Pokémon o las entregas nuevas de sagas como Mario Kart, F-Zero, Wario Land o Kirby. Pero vamos a dejar el último hueco para Golden Sun porque justo hoy acapara nuestra portada con un reportaje. Juntos, esta dupla de RPG firmados por Camelot formaban una épica que exprimía al máximo las capacidades visuales de la consola, planteaba una narrativa interesante con cambios de perspectiva y ofrecía un desarrollo siempre ameno, con una curva de dificultad bien ajustada y tanto un sistema de combate como un diseño de mazmorras más que eficientes, conectados a través de unas magias especiales (las Psicoenergías) útiles para pelear y resolver puzles. No por nada cada año se repiten las peticiones de su regreso.

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Fuentes: Nintendo, IGN, ResetEra