Call of Duty Warzone, un año después del primer salto: el éxito de Activisión
El 10 de marzo se cumplió el primer aniversario de Call of Duty: Warzone en el mercado. Repasamos las claves de su éxito como pilar de la saga.
Call of Duty: Warzone está de cumpleaños. El battle royale de la exitosa marca de Activision celebra sus primeros 12 meses en el mercado, un periodo de tiempo marcado por las cifras de su comunidad y la importancia de convivir con la entrega principal de turno. Pero el título ambientado en Verdansk se ha convertido en algo más que un complemento del multijugador: es uno de los pilares que sostienen el actual ecosistema de la saga.
En esta pieza haremos un pequeño recorrido sobre los momentos clave por los que ha pasado a lo largo de estos 365 días.
Origen: romper con Blackout
Desde el lanzamiento de Call of Duty: Modern Warfare a finales de 2019, sobrevolaba alrededor de Infinity Ward una extensión de su trabajo en el ámbito online. Tampoco sorprendía que Activision siguiera apostando por el battle royale; sin ir más lejos, Blackout estuvo en la pugna, tuvo su momento y poco después se desinfló. Necesitaban un juego que no transmitiera la sensación de tener fecha de caducidad, de poder mirar al largo plazo. Ahí entró Warzone.
El secreto a voces se materializó prácticamente a 24 horas de lanzarse. Era real: Call of Duty daba el salto al free to play en las principales plataformas de sobremesa. Lo hacía con un título independiente, pero a la vez ligado a la entrega principal. Warzone y Modern Warfare eran entes por separado que a su vez se nutrían entre sí. Una sinergia que proporcionaba un aliciente más a los jugadores: progreso cruzado. Si bien el soft reboot de la subsaga ya apostaba por ello, además de crossplay en PlayStation, Xbox y PC, a todo ello se añadía la posibilidad de que todo tu progreso fuese transversal. Lo que avanzabas en el battle royale tenía impacto en tiempo real en Modern Warfare, y viceversa.
Warzone apostaba por otra forma diferente de entender el concepto del género frente a Blackout. Aquí nos encontrábamos con una fórmula jugable basada puramente en tu habilidad con el armamento, una filosofía que extrae del 6vs6 clásico. Se prescindía de inventarios, piezas de accesorios… Tan solo tus placas de armadura, tu par de arrojadizas, munición y la pareja de armas a tu elección. Ni mas, ni menos.
Esto convertía a los primeros pasos del juego en un auténtico campo de batalla con sabor a Call of Duty. Indudablemente influye tu conocimiento sobre el entorno que te rodea, pero en ningún caso se añaden trámites sobre los elementos que influyen en la jugabilidad. El botín, los recursos que puedes descubrir por el mapa, se basaba en un sistema de rarezas clásico, donde entraban en juego los proyectos de armas comunes, raros, épicos y legendarios. Coger un proyecto legendario no te daba acceso a un fusil sobrepotenciado, sino que su valor dependía del número de accesorios y el aspecto equipado.
Para contrarrestar que el desarrollo consistiera en la probabilidad, se daba la oportunidad a los jugadores de acceder a las clases personalizadas que habían creado en el menú de armero. Daba igual que la suerte te dejara de lado durante la apertura de cofres. Podías o bien pedir tu suministros o esperar a las dos oleadas gratuitas que se esparcen por el mapa, tanto al final del primer círculo como en la previa de los finales.
Por si los cambios no fuesen pocos, se añadía otro factor más: el gulag. La muerte no era el final. Cuando caíamos abatidos, entrábamos en una prisión bajo las reglas de Tiroteo, uno de los modos estrellas de Modern Warfare. Los asesinados en Verdansk se enfrentaban en duelos 1 contra 1 con armamento aleatorio. Escopetas, fusiles de precisión, puños… Cualquier cosa que sirviera para hacer daño entraba la ecuación. Si ganabas, saltabas en un punto cercano a donde pereciste la primera vez. Eso sí, la segunda oportunidad es tu último billete de retorno, salvo que un compañero comprara tu reanimación.
Métricas por las nubes: la constante lucha contra el tramposo
La sorpresa, sumado al número de cambios que planteaba en el género, supuso un seísmo en la industria, comenzando desde los canales de retransmisión. Twitch registró casi medio millón de espectadores concurrentes ese 10 de marzo, mientras que 6 millones de jugadores dieron el salto durante las primeras 24 horas. Un éxito que se extendió durante la semana inicial, con más de 15 millones de cuentas registradas.
En el cara a cara frente a sus competidores directos, Call of Duty: Warzone barrió a Apex Legends y Fortnite en el mismo espacio de tiempo. El juego de Respawn Entertainment logró recabar 2,5 millones de usuarios en 24 horas, por las 6 de Infinity Ward. Por otro lado, Warzone solo tuvo que esperar 10 días para lograr el objetivo de Fortnite en 10 semanas: más de 30 millones. Casi nada. A fecha de octubre del pasado año trascendió que fue descargado más de 80 millones de veces.
Dado su espacio gratuito, títulos tan populares siempre son susceptibles a la llegada de personas que intentan saltarse las reglas mediante el uso de software externo no autorizado. En febrero de 2021 supimos que más de 300.000 personas habían sido expulsadas por este motivo. Tanto Infinity Ward como Raven Software siempre han sido tajantes con los tramposos.
Ritmo de contenidos y el impacto de Black Ops Cold War
Estas 8 temporadas que lleva Warzone a sus espaldas han tenido varios momentos clave que renovaron, en parte, las sensaciones de un mapa estático a lo largo del tiempo. La apertura del estadio de Verdansk fue lo más sonado. La relevancia de este evento trascendía el tener una nueva zona jugable, sino que veíamos la apertura de la estructura más grande que había hasta el momento en el mapa. Una vez dentro la magnitud es la que esperas de un estadio de fútbol real. Podías saltar al césped, correr por las gradas, acceder al aparcamiento subterráneo y sus niveles… No tenía nada que envidiar a un Old Trafford o Villamarín.
El estadio vino de la mano de un sistema de ascensores por cuerda en la mayoría de edificios de altura. En un principio estos tejados se convertían en un fortín al que solo podías acceder desde el interior. Poder tener una vía exterior permite nuevas estrategias y molestar al defensor, quien no quiere verse sorprendido. En temporadas posteriores veríamos la apertura de la red de metro, que rodeaba toda la zona residencial a modo de escapatoria en caso de verte asediado por escuadras viales. Un metro que si bien no tuvo el impacto esperado, dio grandes momentos.
Con la llegada de Call of Duty: Black Ops Cold War, Warzone se vio en una especie de nuevo punto de partida. Al sistema de progreso inédito hasta el momento se le sumaba la introducción de todo el arsenal de la Guerra Fría. Las armas de los años 80 y las modernas convivían en un espacio que apuntaba a un equilibrio difícil. De hecho, no han sido pocos los ajustes realizados desde su desembarco: MAC-10, FFAR1, silenciadores GRU y más. Más allá de los cambios, la comunidad pedía un nuevo entorno jugable; ahí entró en juego la Isla del Renacer, una imagen renovada de la Prisión de Alcatraz ya vista en anteriores Call of Duty. La reducción del número de jugadores por partida tenía todo el sentido: el mapa estaba pensado para partidas de acción rápida. El ritmo se veía aumentado sensiblemente.
¿Qué nos dice el futuro?
Tras haber acompañado a Modern Warfare durante su ciclo y estar haciendo lo propio en Black Ops Cold War, esta tendencia nos hace pensar que el enfoque del battle royale seguirá la misma dirección que decíamos al comienzo del artículo: a largo plazo. Contar con una posición fuerte en la hoja de ruta de Activision le permite formar parte de un plan a años vista, donde se nutra a partir de los contenidos y contextos que traigan consigo las entregas anuales.
En estos momentos es una incógnita qué le depara. Estamos encaminándonos al ecuador de la Temporada 2 de Cold War, marcada de inicio por la irrupción del buque Vodianoy y los primeros pasos de los zombis por Verdansk. Ocurra lo que ocurra al final, su futuro es brillante.
- Acción
Call of Duty: Warzone es un videojuego de acción first person shooter tipo battle royale a cargo de Infinity Ward y Activision para PC, PlayStation 4 y Xbox One para hasta 150 jugadores. Un título free to play con una gigantesca arena de combate en el mundo de Modern Warfare; lánzate, ármate hasta los dientes, saquea recompensas y lucha por llegar a lo más alto.