Los 10 mejores juegos de Metal Gear
Repasamos la saga creada por Hideo Kojima y volvemos a trazar cuáles han sido las 10 mejores obras que ha tenido la franquicia.
Aunque la saga no está viviendo sus mejores momentos, hasta tal punto que durante el 30º aniversario de la misma en 2017 no tuvo una celebración a la altura de lo que merece, Metal Gear Solid sigue dando todavía de qué hablar día tras día.
Las producciones de Snake cuentan con una masa ingente de fans tras de sí, motivo más que suficiente para que no caiga en el olvido. Hoy os traemos esos 10 juegos de Metal Gear que debes jugar sí o sí, bien seas alguien nuevo en la franquicia o alguien a quien todavía le falta alguno por disfrutar.
10 Metal Gear Rising: Revengeance
“Esto no es canon”. “Esto sí es canon”. “Esto no…”, y así hasta el bucle temporal infinito para no centrarse en lo realmente importante: qué juegazo nos regaló Platinum Games. La serie abandonaba por completo la esencia que le caracterizaba para entregarnos un hack & slash protagonizado por Raiden. Katanas, ninjas cibernéticos, Metal Gear gigantes y un cóctel explosivo que supo aprovechar el equipo de Bayonetta a la perfección.
La historia de Rising es la historia de un casi fracaso. El juego se anunció en el E3 2009 de Los Ángeles con mucha expectación, y luego en 2010 lo vimos en un gameplay que llevó la exclamación del “Oh” a todos los presentes, lo que dejó con ganas de saber más. Sin embargo, pasaron los meses –e incluso los años- y no tuvimos noticias del título. El propio Kojima llegó a confirmar a Kotaku que “a finales de 2010 ya había decidido cancelar el juego”, pero consideraba que había ideas “que podían ir a algún lugar”, aunque “el diseño del juego no lo era”. “Me di cuenta de que esto era un juego de acción de ninjas con espadas; un estudio japonés sería la mejor decisión”, puntualizó en su momento.
Así fue como el juego acabó en manos de Platinun Games, quienes nos regalaron una obra que a día de hoy todavía sigue siendo una delicia jugable y por la que parece que no pasa el tiempo.
9 Metal Gear: Ghost Babel
Uno de esos videojuegos denostado dentro de la saga Metal Gear, más por prejuicios que por razones de peso. Metal Gear: Ghost Babel fue una auténtica sorpresa en Game Boy Color. La producción recogía lo mejor de los títulos de MSX2 y lo combinaba con todo aquello que Kojima había aprendido durante Metal Gear Solid.
El propio creativo japonés confirmó que esta entrega, desarrollada por el prestigioso estudio TOSE, fue una petición expresa de Konami Europa viendo cómo había calado el juego de PlayStation. El nipón hizo el guión de este juego, que partía de la premisa de narrar un universo alternativo a lo visto en Outer Heaven. Sin embargo, la sorpresa final fue una de esas que ponen de manifiesto las virtudes de Kojima. Cuando todos pensábamos que estábamos controlando a Solid Snake en un "universo paralelo", el juego desvelaba, en una conversación última, la siguiente frase: “Jack, descansa un poco ahora”. En todo momento habíamos estado jugando con Raiden en un entrenamiento, aunque no lo supiéramos. De hecho, nadie supo quién era Jack (o Raiden) hasta un año después. Una maravilla.
8 Metal Gear Solid: Peace Walker
A los pocos meses de anunciarse Metal Gear Solid: Peace Walker, Hideo Kojima dijo que esta entrega debería haber sido realmente la quinta parte de la saga, es decir, debería haber sido Metal Gear Solid 5. Sin embargo, el estudio apostó por la portátil de Sony (PSP) para abordar esta trama que estaba insertada entre el eje cronológico de Metal Gear Solid 3: Snake Eater y los juegos de MSX2 (y luego GZ y TPP cuando se anunciaron, claro).
Peace Walker llevó al límite las capacidades técnicas de PlayStation Portable. Además, era un Metal Gear Solid en su máxima expresión que venía potenciado con algunas características extras, véase el sistema Fulton (que bebe de Portable Ops) y ese multijugador para enfrentarse a las diferentes misiones con algunos compañeros junto a ti.
Dicen las malas lenguas que si salió en portátil de primeras fue por la envidia que sentía Kojima con Portable Ops, del que hablaremos ahora…
7 Metal Gear Solid: Portable Ops
Qué dirección se marcó Masahiro Yamamoto con Metal Gear Solid: Portable Ops. Es un sacrilegio que este juego no lo hayamos tenido posteriormente en alguna versión HD (como sí ocurrió con Peace Walker, siendo ambos de la misma consola) y que su legado se haya casi perdido, nunca mejor dicho.
Hideo Kojima anunció este juego a finales de 2005 a través de una escueta nota de voz en su blog personal de Konami. Ya está. No iba a estar involucrado más allá de algunas pinceladas en la historia -para que respetara lo que ya había creado- y el rol de productor para que todo fuera bien. ¿Y qué ocurrió? Pues que Portable Ops rompió todo los moldes: el equipo de Yamamoto desarrolló un Metal Gear Solid excelso, con las suficientes señas de identidad en la saga junto a otras nuevas como el poder reclutar soldados metiéndolo en un camión y luego llevándolos a una base. La idea caló tanto que luego se reutilizó en Peace Walker y The Phantom Pain a través del Fulton para agilizar el proceso.
El juego supuso un salto de calidad dentro de la portátil de Sony, ya que no tenía nada que envidiar a sus hermanos mayores: las limitaciones técnicas supieron resolverlas con acertadas decisiones de diseño, una historia de tintes MGS y una jugabilidad apabullante. Portable Ops empezó siendo canon dentro de la saga –de hecho, explicaba muchos cabos sueltos importantes-, pero con la llegada de Peace Walker de manera posterior, este desapareció en muchos aspectos del canon de la serie de manera misteriosa (el mismo Kojima dio una respuesta muy ambigua que era “sí pero no”).
6 Metal Gear Solid V: The Phantom Pain
Han pasado cinco años desde que se pusiera a la venta Metal Gear Solid V: The Phantom Pain y todavía se sigue hablando de él. Para muchos, el mejor Metal Gear Solid lanzado jamás, para otros, el peor de todos; en el término medio, como casi todo en la vida, la virtud y el entendimiento.
The Phantom Pain prescindía de muchas de las señas de identidad de las que gozaba la franquicia Metal Gear Solid. El problema no radicaba tanto aquí, sino que se creó un mundo abierto que se notaba vacío y repetitivo, con una historia que se desaprovechó hasta límites insospechados –tenían más trama los casetes de Venom Snake que la del propio título, algo inconcebible si uno veía que se rescataba al enésimo “soldado altamente capacitado”- y el diseño del juego, que obligaba a realizar determinadas misiones de relleno para avanzar en la historia, cansó a muchos de los fans. Todo esto, como uno se podía imaginar mientras jugaba al título y lo notaba en sus manos, tuvo consecuencias: Kojima se terminó yendo de Konami casi tres décadas después de entrar, se llevó a medio equipo con él (para formar Kojima Productions y lo que ha sido Death Stranding) y se dejó sin hacer un capítulo 3 que ampliaría el aspecto argumental del juego a través de un DLC (dado que no había dado tiempo de meterlo en el título, se introdujeron algunas cinemáticas a medio hacer en el disco extra de la edición coleccionista).
Todo esto no puede eximir las cosas buenas que tiene la producción. A día de hoy, el control de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain no sólo es el mejor de toda la saga –el sueño de cualquiera que arrancara con esta en los 80 o 90-, sino que muy pocos juegos pueden toserle en este sentido –y eso que estamos ya a finales de generación-. Manejar a Venom Snake era una gozada y la jugabilidad del producto era un estándar a seguir por toda la competencia (como han dicho infinidad de diseñadores tras 2015 en diferentes entrevistas), por no hablar del excelente partido que se le sacó al Fox Engine a nivel gráfico y técnico.
5 Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots
Siempre se ha dicho una frase respecto a Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots que es perfecta para definirlo: “Es un videojuego para el fan de Metal Gear Solid”. A poco que uno entrara en la saga con el primer título de PlayStation o antes con los de MSX2, esta cuarta parte viene a contentar a toda esa gente.
Lanzado en 2008, supuso el cierre a toda la trama de Metal Gear tras más de veinte años. Kojima dio carpetazos a todos y cada uno de los cabos sueltos en un videojuego compuesto por numerosas cinemáticas e información, algo que el fan acérrimo podía agradecer (porque era un complemento perfecto; sobre todo a Metal Gear Solid 2, que parecía su otra mitad), pero que al ocasional le podía cansar (y con razón). Si no hubiera salido ningún juego más de la saga después de este no habría ocurrido nada, porque el sonido de una pistola y el corte a negro del final todavía retumba en nuestros oídos mientras se nos cae una lagrimita (y da igual que ya han pasado 12 años).
4 Metal Gear/Metal Gear 2: Solid Snake
La magia. Con lo que empezó todo. Hemos decidido poner los dos primeros títulos de la serie en un pack indivisible, ya que el segundo de ellos nunca lo vimos fuera de Japón hasta que apareció la edición Subsistence de Metal Gear Solid 3.
Hideo Kojima saltó a la fama, en especial en Japón, gracias al lanzamiento de estas dos entregas para MSX2. La idea sobre la que radicaba todo el planteamiento jugable era tan sencilla como que si lo habitual de sus coetáneos era que primero se disparaba y luego se pensaba, aquí se hacía al revés (primero escapar y, si no se podía hacer esto, entonces disparar). Puso las bases de la saga hasta límites insospechados, tanto que el resto de entregas, sobre todo la de PlayStation 1, beben de sus paradigmas a nivel de diseño jugable.
3 Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
Hasta que saliera The Phantom Pain al mercado, el que tenía el dudoso honor de estar en boca de todos era Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty. Todavía muchos guardamos ese VHS como si fuera oro, por no hablar de la demo con la que jugamos un poquito con Solid Snake. El salto gráfico respecto al título de PSX mostraba las bondades de PS2, pero el juego fue muy cacareado por la aparición de Raiden, algo que nunca se avisó y causó estupor. El propio Kojima confirmó en Metal Gear Saga VOL 1 que se creó este personaje (y su apariencia) para intentar atraer al público femenino a la saga, pero al final se consiguió un efecto contrario (incluso el creador japonés, en una entrevista a la Revista Oficial Xbox Nº 54, comentó que “quizás no lo considere un fracaso, pero podría decir que Raiden de MGS2 no debió de haber existido”). Fruto de este "error", el equipo rediseñó al personaje para MGS4 (y luego se continuó esta estética en MGRising).
Más allá del personaje y opiniones personales de cada jugador, esta segunda parte numérica fue una de las más maduras y adultas de toda la carrera del creativo japonés. No tanto por el argumento Metal Gear, del que dependía mucho de MGS4 para atar cabos, sino por el mensaje tan potente que llevaba, donde se versaba sobre el control de la información, la manipulación, de cómo somos esclavos y nos dicen qué tenemos que pensar o hacer a través del estudio del entorno y, por supuesto, del individuo. Uno puede enlazar todo esto ahora con redes sociales, servicios de mensajería, las fake news y la era digital actual, pero este juego se escribió hace dos décadas. De hecho, Raiden no era más que una representación de ese peón que, en el fondo, no es más que el propio jugador. Como el vino: cuanto más años pasan, mejor envejece.
2 Metal Gear Solid
Fue el título que catapultó a Hideo Kojima a la fama internacional y con el que entramos millones de personas a la saga: Metal Gear Solid. Muchos todavía podemos tatarear la banda sonora de memoria, amén de recitar cantidad de frases del juego como si estuviéramos escribiendo un examen.
Metal Gear Solid cogía a nivel de diseño todo aquello que funcionó en las entregas de MSX2 y lo llevaba ahora a un entorno 3D en PlayStation. Una jugabilidad perfecta combinada con un cariz cinematográfico que puso la esencia de la saga desde ese momento. El doblaje lo tenemos en las orejas martilleado (“Al habla Snake. Coronel, ¿puede oírme?”), hasta el más inútil de los personajes dejó huella y todavía vemos como algo del futuro que Psycho Mantis pudiera leer una Memory Card o mover el mando a través de la vibración. Sería el primer juego de este ranking para muchos –entre los que me incluyo, sobre todo por nostalgia- si no fuera porque existe uno más pulcro en lo que plasma en pantalla.
1 Metal Gear Solid 3: Snake Eater
Kojima desatado. Su obra más redonda. Ya no es que Metal Gear Solid 3: Snake Eater supusiera el culmen a nivel gráfico y técnico de PlayStation 2, sino que había cogido lo mejor de Metal Gear Solid y Metal Gear Solid 2, lo había agitado en una coctelera -junto con un toque adicional de diseño- y lo había lanzado al jugador como un globo sonda. Para colmo, los “errores” que tenía el juego fueron corregidos en la posterior versión Subsistence, donde se nos otorgó una nueva cámara “libre” y una cantidad sinfín de contenido adicional.
El equipo de Konami parió una obra perfecta a nivel jugable y argumental. Irse al pasado fue una decisión más que acertada, ya que las “limitaciones” temporales se suplieron con una creatividad pasmosa (con aportaciones como el camuflaje, el sobrevivir en la selva y no morir de inanición, curarse ante las adversidades, etc.). Así mismo, si MGS2 puso el dedo en la llaga, con MGS3 Kojima no fue menos: se metió en los conflictos geopolíticos, navegó en las tumultuosas aguas de la ideología, la compra de información por los países, el poder oculto en las sombras, la terna de los espías en la Guerra Fría (con su toque James Bond) y mucho más. En cuanto se lanzó al mercado, MGS3 supuso la cuadratura del círculo para el propio Kojima y todas sus obras posteriores.
Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty
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