Syberia
Syberia - Arabald I
Esta aventura está protagonizada por una joven abogada de Nueva York llamada Kathe Walker. Poco a poco Kathe descubrirá que su futuro está ligado al de Hans Voralberg, un inventor y constructor de autómatas muy excéntrico. Ahora de la mano de la gran aventurera "Lorna" tienes aquí la solución para salir por fin de ese puzzle en el que estás atascado y poder solucionar esta entretenida aventura. ¡Adelante!
ARABALD (I)
Kate salió del tren y se encamino al hotel para hablar con el recepcionista. Parecía ser que sería bastante complicado ver a Helena. Por eso, entró en el cuarto de la limpieza y cogió un bote de detergente. Lo vertió en la fuente de la entrada. Volvió al hotel y abrió las cortinas para que el conserje lo viera horrorizado después de haber llamado al timbre de recepción para captar su atención.
Se situó al otro lado del mostrador y anotó el código de cliente de Helena, cogió un folleto de hoteles y presionó el botón que abría el acceso a las dependencias hoteleras.
Entro y se encaminó a la consola situada junto a la puerta que llevaba al exterior. Introdujo el código de cliente de Helena (1270) y activó la manivela. No pasó nada, pero curiosamente la puerta de los vestuarios de la zona de baño se abrió y pudo recoger una tarjeta de acceso. Introdujo en la consola el nuevo número y activó la palanca. Esta vez, la puerta se abrió y puedo salir colocándose previamente una mascarilla que encontró colgada de la pared.
Una vez dentro, Kate habló de todos los temas disponibles con Helena. Tenía que convencerla para que la acompañara a cantar para Boradine. ¿Que tal si preparaba un cóctel de los que ella tomaba antes de los conciertos? Abrió el folletos de toles y encontró el teléfono del hotel donde trabajaba el abrman que solía preparle a Helena los combinados. Consiguió la receta y se dispuso a prepararla. Necesitaba: vodka, limon, miel, hielo y agitarlo todo. Fue al bar y abrió un armario para recoger limón y miel. tuvo que deshacer ésta poniéndola al baño maría sobre uno de los baños termales. Para eso, giró una manivela para que el agua se calentara y luego acercó el frasco de la miel.
Helena probó el combinado y recuperó la voz pero no parecía convencida del todo. Faltaba la prueba del cristal. Kate recogió una copa de cristal de una de las estancias del hotel y la puso sobre el la barra del bar. Kate intentó hacer cantar a Helena. Su voz la hizo añicos. Regresó al globo aerostático.