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King's Quest III: To Heir Is Human

King's Quest III: To Heir Is Human

King's Quest III: To Heir Is Human, Guía completa

Gwydion, el huérfano adoptado, o tal vez sería mejor decir secuestrado, por el mago malévolo llamado Manannan, deberá liberarse.

Actualizado a

KING'S QUEST III

"¡Maldita sea, estaba de nuevo aquí, en Saigon!"

"Oiga, ¿pero no ve que esto es Manresa, la ciudad maldita de las siete letras?" El Bárbaro observó a quien había osado interrumpirle con esa mirada que dedican los entomólogos a las pobres mariposas antes de ensartarlas en alfileres mientras aún están vivas... una mirada llena a la vez de curiosidad y malévola crueldad... ante tal mirada, el interlocutor bajó la mirada, avergonzado, mientras se preguntaba de dónde procedía la maloliente humedad que notaba en su pierna derecha...

"¿Por dónde iba?"

"Su excelencia estaba en Saigon" dijo aterrorizado otro discípulo, preocupado por la manera en que El Bárbaro había comenzado a juguetear con el hacha de doble filo y manufactura élfica, por supuesto.

"Sí... estaba en Saigon, y quería una misión... ¡¡y por mis pecados, me dieron una!!!"

"¿Quién le dio una misión?" terció el mismo alumno que antes, que estaba muy ocupado con un montón de servilletas secándose la pernera del pantalón como para prestar atención [craso error] ni darse cuenta de que El Bárbaro, con un gesto casual, sin querer casi, dejaba caer el hacha sobre él, manchando al resto de comensales con el ketchup que salió disparado de la botella que acababa de romper...

"Cada día que pasa estoy peor de la puntería... sólo te he cortado las uñas, pero quería rasearlas más, te las he dejado demasiado largas"

El aludido podría responder sólo en el caso en que tal cosa pueda hacerse tras desmayos de tal calibre... por cierto, los pantalones le quedaron para tirar tras el segundo descontrol de todos sus esfínteres sitos de cintura para abajo. El resto de discípulos, en vista de que el humor de El Bárbaro seguía empeorando al haberse acabado las existencias de whisky y por las interrupciones, le animaron a que iniciase el relato de una de sus batallitas favoritas...

La solución bárbara de...KING'S QUEST III

No le toquéis ni los derechos ni los redondos, que muerde.

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