GOLF | SCOTTISH OPEN

‘Bobby Mac’ es profeta en su tierra

MacIntyre se corona en The Renaissance, que vuelve a fabricar un final apoteósico, y es el primer escocés que gana en casa en este siglo.

Ross Parker/Getty Images

Zurdo, con ese espíritu campechano con el que los escoceses se hacen querer, Robert MacIntyre es un personaje celebrado en el mundo del golf, como celebrada será hasta altas horas de la noche, quien conozca a la parroquia caledonia lo sabe, su victoria de este domingo en casa, en el Open de Escocia, en The Renaissance, que fabricó un desenlace apoteósico por segundo año consecutivo. En ambos jugó un papel el bueno de ‘Bobby Mac’. Hace un año fue víctima del talento de Rory McIlroy, concretamente de ese hierro 2 en el 18 del norirlandés que aún se recordará dentro de 50 años; esta vez quedó en el lado bueno de la historia, con un birdie desde siete metros que también perdurará en la retina. Y sus puños al cielo, y sus paisanos desbocados en los márgenes del green. Golf. En su mejor versión.

Había salido Robert, natural de Oban, la puerta de entrada a las distópicas Hébridas, hijo de un greenkeeper en el Glencruitten Golf Club, en el partido estelar junto al sueco Aberg. Pero a mitad de vuelta, +1 en el día tras dos bogeys y un birdie, a cuatro golpes del australiano Scott, sus cartas eran malas. Todo cambió con un puro de 12 metros en el 14. La clase de imprevistos con los que un golfista profesional hace clic y empieza a jugar como si le poseyera el espíritu de Nicklaus. Sacó después el eagle en el 16, después de un dropaje afortunado, y en el 18 ocurrió lo que ya han leído.

Ni más ni menos que la tarde más importante en la hasta ahora corta carrera de MacIntyre, que vive el año de su explosión. En su primer curso con tarjeta del PGA, tras formar parte en septiembre del equipo europeo campeón de la Ryder, ya ganó el Canadian Open y tiene top-10 en México, Zurich Classic y el PGA Championship. Desde este domingo es el segundo campeón escocés de la historia de este torneo, que se disputa ininterrumpidamente desde 1986, y el primero desde que Collin Montgomerie le afanara el trofeo a un entonces imberbe Sergio García en 1999. Antes ganó en Kuwait, Chipre y el Open de Italia.

“Me enseñaron a luchar por las cosas y eso es lo que he hecho. Creía que me había quedado corto en el putt y cuando ha entrado y la gente ha estallado... He ganado el Scottish Open delante de una masa increíble. Tuve suerte en el 16. La necesitas en este deporte. Estaba destinado a vivir esto. En los últimos hoyos solo pensaba en darme una oportunidad. Es increíble. La semana que viene ya veremos en el British Open, ahora toca celebrar esto. Lo voy a celebrar en grande”, aseguró Robert, y no hace falta que lo jure para creerle. Su DNI le precede. “Esta es una de las cosas que tiene el golf, que vives experiencias que ni siquiera habías soñado. Somos muy afortunados”, contaba a AS durante el Andalucía Masters en Valderrama hace tres años, cuando empezaba a hacerse un nombre en el panorama europeo. Soñar algo como esto desde luego habría sido difícil. Entre los españoles pasaron el corte Alejandro del Rey, que terminó 15º en -5 para -12, y Jorge Campillo, 26º con -3 para -10.

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