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¿Quién es Francis Ngannou, el rey de los pesados de la UFC?

Francis Ngannou es el hombre de moda en los deportes de contacto. El pasado sábado retuvo su cinturón de UFC y Tyson Fury intercambia retos con él.

Francis Ngannou tras su victoria en el UFC 270.
USA TODAY Sports

Francis Ngannou es uno de los nombres de moda en los deportes de contacto. El camerunés, de 35 años, vive su mejor momento. El pasado sábado, en el UFC 270, retuvo el Campeonato del peso pesado de la UFC, al derrotar, con una sorprendente estrategia, a Ciryl Gane. Su futuro es una incógnita y puede pasar por el boxeo. Se está retando en redes sociales con Tyson Fury, lo que todavía hace que su nombre sea más mediático. Está en un momento dulce, pero el camino hasta aquí ha sido muy complicado.

Ngannou cruzó en patera a Europa para perseguir su sueño: ser boxeador

Francis Ngannou y Mike Tyson durante la grabación del podcast de la leyenda del boxeo.
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Francis Ngannou y Mike Tyson durante la grabación del podcast de la leyenda del boxeo.

Francis Ngannou nació en Batié (Camerún). Desde niño tuvo un sueño: ser boxeador. Siempre ha idolatrado a Mike Tyson, a quien quería imitar. Pese a ello, no pudo empezar pronto a boxear. A los 10 años tuvo que ponerse a trabajar en una mina para ayudar a la economía familiar. Doce años después, decidió dar un vuelco a su vida. Decidió vender una moto que usaba para ir a trabajar y con el dinero que ganó se compró todo lo necesario para empezar a boxear. También se mudó a otra ciudad, en la que pudo comenzar a practicar el deporte con el que siempre soñó.

Con 25 años, Francis Ngannou se dio cuenta de que si quería ser boxeador tendría que abandonar su país. Por ello, después de ahorrar todo el dinero que pudo puso rumbo a Europa. Su plan solo se lo contó a su hermana, y lo hizo porque si algo salía mal necesitaría su ayuda. Su caminó fue muy duro. Empleó más de un año en pisar suelo europeo. Estuvo 14 meses en Marruecos e intentó varias veces saltar la valla de Melilla, la cual le ha dejado cicatrices visibles por su cuerpo. En una de las últimas intentonas que iba a realizar (séptimo), decidió tomar una patera y llegó a Tarifa.

En España estuvo detenido. La falta de un acuerdo entre España y Camerún impidió que fuese extraditado y provocó que fuese puesto en libertad. Su idea era ir a Alemania o Inglaterra, los motores del boxeo europeo, pero económicamente no pudo y tomó un autobús a Francia.

Las MMA se cruzaron en su camino

Ngannou durante un entrenamiento público previo al UFC Fight Night Beijing (2018).
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Ngannou durante un entrenamiento público previo al UFC Fight Night Beijing (2018).AFP

En Francia, Ngannou estuvo durante varios días durmiendo en la calle. Por suerte, una organización que ayuda inmigrantes lo encontró y le ofreció su ayuda. En lugar de aceptar comida, pidió un trabajo. Accedió a él con la grata sorpresa de que al lado había un gimnasio de MMA. No era boxeo, pero su sueño estaba cerca. El principal impedimento era el dinero, ya que no podía pagarlo, pero Fernand López, dueño del MMA Factory, vio sus cualidades y le entrenó gratis.

Con el talento que demostraba, con 27 años (2013), debutó como profesional. En tan solo seis peleas recibieron la llamada de la UFC. Su camino en esa empresa fue fulgurante. Seis victorias, todas antes del límite, le abrieron la puerta del título. Cayó ante Stipe Miocic y después frente a Derrick Lewis. La relación entre Ngannou y López se tambaleaba. Juntos lograron volver a la senda de la victoria ante Blaydes y el camerunés decidió romper con su entrenador. Haría sus preparaciones en Estados Unidos.

El cambio funcionó, ya que tras tres victorias se volvió a encontrar con Stipe Miocic, al que esta vez le ganó para ser campeón. Esa separación fue buena por un lado, pero provocó un distanciamiento de Ngannou y el hombre que apostó por él. Todo subió de tono cuando López publicó un vídeo del camerunés haciendo sparring con Gane. El luchador francés comenzó a entrenar en el mismo gimnasio que Francis en su última etapa. Por ello, la pelea del pasado sábado fue personal. Ngannou logró la victoria, reafirmó su condición del rey del pesado y acabó esa rivalidad de la mejor manera para él.

Su sueño de ser boxeador sigue presente

El futuro de Francis Ngannou es confuso. En el UFC 270 disputó la última pelea que tenía firmada con UFC, pero al ganar el cinturón su contrato se renovó automáticamente por tres peleas o un año de duración (lo que antes pase), obviamente tendrá que revisarlo con UFC, y es que es tiempo de negociar. Antes de enfrentarse a Gane, el camerunés admitió que no volvería a pelear cobrando tan poco (600.000 dólares) y se había intercambiado mensajes en redes sociales con Tyson Fury. Una vez pasó el pleito, los retos volvieron a aparecer en las redes sociales. ¿Fachada o algo real? Es la incógnita que ahora se debe despejar. Ngannou es el rey de la UFC en el peso pesado y quiere rentabilizarlo.