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Incógnita Ngannou

Francis Ngannou retuvo el Campeonato del peso pesado en el UFC 270. Con ese triunfo renovó de manera automática, pero sigue retándose con Tyson Fury.

Francis Ngannou.
AFP

La mala sangre que había entre Francis Ngannou y Ciryl Gane hizo que el combate estelar del UFC 270 acumulase mucha atención mediática. El camerunés retuvo el Campeonato del peso pesado. Lo hizo mostrando una nueva versión, pero pasadas unas horas... poco se habla de ello. Su futuro ha copado los titulares. Él ya había hablado a las claras de un posible cambio al boxeo. Sobre el octágono no se mojó... pero en redes sociales entró al trapo.

Tyson Fury le dio la enhorabuena y le dijo que le buscase para ganar dinero de verdad. Él correspondió con un cartel que deja claro su deseo de verse las caras en 2022. Ngannou siempre tuvo a Mike Tyson como ídolo y su sueño era ser boxeador. La vida le ha llevado por otro camino, pero no quiere retirarse sin subirse al cuadrilátero. Con 35 años sabe que está en un buen momento para ello, pero con su victoria tiene nuevas obligaciones.

Ngannou acababa contrato el pasado sábado. Al ganar, automáticamente, renovó. Tiene un año o tres peleas más, lo que primero suceda. El camerunés tensó la cuerda en la previa, afirmando que no le importaría quedarse un año en blanco... el problema de Ngannou con la UFC es económico. Quiere cobrar más. En el UFC 270 ingresó 600.000 euros. Una cantidad alta, pero que aceptó por la connotación personal que tenía el duelo. "No volveré a cobrar tan poco", avisó. Es tiempo de sentarse a hablar con Dana White. Obviamente el campeón está tensando la cuerda. La UFC no puede permitirse perder a uno de sus principales activos... y Ngannou no debe perder a la compañía por mucho que pueda ganar ante Fury (nada le garantiza que el duelo se vaya a dar). Su sueño es ese, el deseo también... pero es momento de negociar. De momento, la incógnita es lo único claro. Las partes deben negociar para despejarla.