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GOLF | ACCIONA OPEN DE ESPAÑA | LA INTRAHISTORIA

"Voy a firmar a todos los niños, no importa el tiempo que tarde"

Jon Rahm estuvo más de una hora haciéndose fotos y firmando autógrafos al acabar el torneo: "Mi deber es seguir el legado de Seve e intentar que el golf siga creciendo".

MadridActualizado a
Jon Rahm
CHEMA DIAZDIARIO AS

Jon Rahm aterrizaba dos años después en Madrid para disputar el Acciona Open de España con el firme propósito de igualar los tres títulos de Severiano Ballesteros en el torneo y los tres consecutivos de Ángel de la Torre entre 1916 y 1919, curiosamente con un año en medio de parón por una pandemia mundial (en el caso del primer jugador profesional que hubo en nuestro país fue por la Gripe Española de 1918). Las cosas para el León de Barrika comenzaron muy bien con una tarjeta de 63 golpes (-8) el jueves y continuaron con otra de 67 (-4) al día siguiente... pero el fin de semana se torcieron las cosas. Acabó 17º con -13, a seis golpes del ganador (que tuvo que desempatar con Adri Arnaus), Rafa Cabrera Bello.

Cabrera Bello.
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Cabrera Bello.CHEMA DIAZDIARIO AS

Pese a no pelear por el triunfo, el número uno del mundo fue el foco de atención de las 42.371 personas (el máximo permitido por protocolo COVID) entre los 4 días que pasaron por el Club de Campo Villa de Madrid. Todos querían verle golpear, estar lo más cerca posible de él, hacerle fotos, lograr un autógrafo, selfies, conseguir un recuerdo... La locura general por el vasco llevó en determinados momentos a situaciones incómodos para los jugadores. "Lo único que diría al que lea esto es que ponga el teléfono en silencio. En cada golpe oímos tres o cuatro cámaras, mensajes, llamadas... Son cosas que pasan pero hay veces que te desconcentra un poco", era el mensaje de Rahm al público.

El prodigioso ganador del US Open 2021 mostró en todo momento comprensión y se carga con la responsabilidad de dar otro empujón a este deporte en nuestro país: "Mi deber es seguir el legado de Seve e intentar que el golf siga creciendo un poquito más. Seguiré viniendo a jugar a España y ojalá cada vez haya más seguimiento de este deporte". Su papel de embajador y referencia lo tiene perfectamente interiorizado porque pese a no sacar ni de lejos el resultado deseado enseñó una gran lección a todos los presentes una vez terminado el cuarto recorrido.

Bola firmada por Jon Rahm a un niño.
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Bola firmada por Jon Rahm a un niño.CHEMA DIAZDIARIO AS

Otro deportista en esa situación estaría deseando irse, pero Rahm es diferente. Comenzando por la Prensa. "Solo cuatro preguntas, por favor", anunció la organización. "Es el último día, que hagan las que quieran", corrigió Jon. Directo, sin ocultarse, explicando y respondiendo sin frases hechas. El vizcaíno, graduado en comunicación por la universidad de Arizona State, atendió a la Prensa y al terminar volvió a mostrar su esencia y valor como ser humano.

El compacto e intimidante equipo de seguridad montado para trasladar al jugador recibió un mensaje de Rahm. "Voy a firmar a todos los niños, no importa cuanto tiempo tarde", les dijo. El de Barrika se acercó a la inmensa fila que le esperaba con ilusión y uno a uno fue firmando autográfos, saludando, haciéndose fotos, hablando con ellos... Más de una hora después, Rahm seguía impertérrito en el mismo lugar. Con la misma sonrisa, con la misma atención a cada niño.

Ser un ídolo del deporte no sólo es demostrarlo en el tereno de juego y Jon, que también fue fan como todos en su infancia nunca olvida el pasado ni sus orígenes. "Todavía me considero ese chaval de Barrika, decía a AS. Y mandaba un mensaje en rueda de prensa: "No he llegado aquí por magia sino por trabajo y humildad. Ojalá trascienda el golf y me pueda convertir en un referente como Nadal, Gasol o Alonso. Si puedo ser como ellos sería fantástico". Ya lo es y el deporte español está de enhorabuena.