NATACIÓN

Mireia: "¿París 2024? Por qué no, es un objetivo a largo plazo"

La badalonesa, que explicó en Informe Semanal que sufre dos hernias inguinales y por eso se ha tomado un descanso, sueña con ser abanderada en Tokio 2020.

STEFAN WERMUTH

La natación española compite desde el viernes en Loulé (Portugal) sin Mireia Belmonte, que se ha tomado un descanso y ha iniciado las vacaciones. En una entrevista en Informe Semanal, la nadadora de la UCAM explicó que sufre dos hernias inguinales y que lo mejor era parar y volver en septiembre a los entrenamientos, con la mira puesto en julio de 2021, cuando arrancarán los Juegos Olímpicos. Para Mireia, que cumplirá 30 años en noviembre, serán los cuartos. Y quizás no los últimos. "Pienso en Tokio, en Fukuoka (Mundial 2022) y ¿por qué no en París? Es una ciudad que me encanta y hay que pensar a largo plazo también", comentó.

Mireia cree que los deportistas no han vuelto mejores a los entrenamientos después del confinamiento, pero sí "más fuertes". En el caso de la badalonesa, que desde 2017 no se ha subido a un podio internacional, esa fortaleza la quiere demostrar en Tokio. Con cuatro medallas olímpicas, está a una del récord de David Cal. Pero también persigue otro sueño. "Ser abanderada sería otro sueño por cumplir después del oro de Río. Es el sueño de todo deportista. Hace poco el COE sacó un reportaje de todos los abanderados y cada vez que lo veo me imagino estar en mi primera línea llevando la bandera de mi país. Todos tenemos la ambición de que esos Juegos sean los mejores. Cada vez que lo pienso se me ponen los pelos de punta", manifestó.

La progresión de Mireia no se entiende sin su entrenador, Fred Vergnoux, ligados ambos desde 2010 cuando empezaron a conseguir éxitos. "Hace diez años que empecé con Vergnoux y él me inculcó esos detalles y esa forma de vivir de un deportista. Hay que ser deportista 24 horas del día e importa el descanso, la alimentación... Y eso en este país no lo teníamos antes de que él llegara. Con Fred se nos ha inculcado. Eso es lo que tenemos que dejar a las generaciones. Hay que estar dedicado cuerpo y alma", comentó.

Pese a su edad, que empieza a notarse en pruebas tan exigentes como las de Mireia, la badalonesa reconoce que le apetece llegar a los 30, vivir una nueva etapa en su vida y que eso no afectará a la natación, ya que mantiene la pulsión por colgarse medallas: "Voy quemando etapas y voy creciendo. Me siento cómo cuando empecé. Tengo ganas e ilusión, y es lo que me mueve a estar un año más. Fue mi medio de vida y siempre es un placer estar en el agua. Me siento libre y en paz".

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