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Donald Trump, con las encuestas en su contra por la gestión del COVID-19 y 1,4 millones de infectados, quiere poner en marcha el deporte como sea.
El COVID-19 golpea a Estados Unidos. Con 1,4 millones de infectados de un total de 4,6 en todo el mundo, los muertos ya superan los 88.000 pero su presidente, Donald Trump, ha establecido como una prioridad nacional recuperar el deporte cuanto antes. La UFC ya está en marcha, los motores de la NASCAR volvieron a rugir este domingo en Darlington (Carolina del Sur), la NFL mantiene sus plazos para retornar a la competición... "Estoy cansado de ver por televisión partidos de béisbol de hace 14 años", advierte el hombre más poderoso del mundo, que ha mantenido ya tres teleconferencias con los mandamases de las principales ligas profesionales para animarles a volver.
El republicano Trump opta a la reelección el 3 de noviembre. Y sabe de la importancia del deporte para su nación y su propia imagen. Él mismo posee campos de golf, fue propietario de una franquicia de fútbol americano, llegó a ser promotor de Mike Tyson y disfruta con los Yankees de béisbol. Reactivar la economía y poner en marcha las competiciones se ha convertido en su obsesión.
Trump ha elegido a los profesionales como arietes contra la pandemia. Eso, pese a que su asesor en la materia, Anthony Fauci, advirtiera hace poco de que "quizá no se pueda reanudar" el deporte este año para garantizar la seguridad. Y de que varios gobernadores (cada Estado establece sus normas contra el COVID-19) se le hayan rebelado. El de Illinnois, JB Pritzker, que cuenta en Chicago con equipos como los Bulls, Cubs, White Sox o Bears, no lo tiene nada claro: "No vamos a relanzar el deporte profesional sin condiciones. No vamos a enviar a millares de personas a un estadio donde pueden transmitirse el virus". Sin embargo, Florida ha declarado el deporte "actividad esencial".
Trump se juega mucho. Hace dos meses, en la encuesta semanal de Nationscape promovida por la Universidad de UCLA, un 89% de los estadounidenses aprobaba en algún grado la gestión del presidente contra el virus. Ahora, sólo lo hace un 42% mientras él se resiste a ponerse mascarilla aunque el virus haya entrado en su equipo. Si el Make America Great Again le llevó a la Casa Blanca, el Make Sport Great Again debe servirle para continuar en ella.
Así está la situación del deporte profesional en EE UU
NBA
"Estamos ante el gran desafío de nuestras vidas". Con grandilocuencia, el comisionado Adam Silver advirtió recientemente a los jugadores lo que se avecina en lo económico (un 40% de los ingresos dependen de un público que no habrá) y deportivamente. No arrancar significaría perder 900 millones de dólares. El límite para decidir qué hacer es más o menos de un mes. Con la competición parada desde el 11 de marzo, algunos equipos (Cavs, Nuggets, Blazers...) echaron a andar la semana pasada con entrenamientos voluntarios. La idea es acabar la regular season y playoffs en una o dos 'burbujas' (Las Vegas o Disney World en una partición por conferencias), pero los jugadores recelan del "encarcelamiento2 durante semanas.
NFL
La competición con más seguimiento realizó su draft de forma virtual con el comisionado Roger Goodell en el sótano de su casa, pero ha anunciado que mantiene el 10 de septiembre como fecha de inicio (sin partidos en Londres ni México). Desde este lunes, los equipos podrán reabrir sus instalaciones, pero sólo para recibir a jugadores en rehabilitación, "si se lo permiten las regulaciones estatales y locales". La logística será complicada para la liga, con plantillas de 53 jugadores y un centenar de asistentes. Los Dolphins de Miami han presentado un plan para jugar con 15.000 espectadores del aforo de 65.000. La NFL recibe unos 4.600 millones anuales de las televisiones y quiere arrancar como sea.
MLB
En la pantalla de ESPN se emite béisbol surcoreano... Porque la MLB no pudo comenzar el 26 de marzo como había previsto. Los propietarios van a proponer a los jugadores hacerlo en julio, con una temporada regular más corta (82 partidos) y recortes de sueldos proporcionales. Si no pudieran jugar en sus estadios, contemplan concentrar a todos los equipos en Arizona, un estado con muchos campos donde su gobernador, Doug Ducey, ha abierto la puerta al deporte desde el sábado.
NHL
El hockey hielo detuvo la temporada el 12 de marzo. Una alternativa es reunir a los equipos en cuatro ciudades (Columbus, Toronto, Minneapolis y Edmonton han sonado) para continuar, pero el sindicato de jugadores es reacio a las concentraciones. Parece claro que irán directamente a playoffs por la Stanley CuP, porque aún quedan 189 partidos de liga regular. Se perderían unos 150 millones de dólares, pero se ve como un mal menor.
MOTOR
La NASCAR volvió este domingo sin público en Darlington (Carolina del Sur), ya que sus principales ingresos son por televisión. Impresionaba el óvalo vacío, en circuitos que reúnen a más de cien mil aficionados. Todo concentrado en un día, con orden de salida por sorteo, controles de temperatura, mascarillas obligatorias y sólo 16 personas por equipo. La IndyCar tiene previsto regresar el 6 de junio en Texas, a puerta cerrada y con entrenamientos, clasificación y carrera la misma jornada.
TENIS
El US Open se mantiene (31 agosto-13 septiembre), aunque en una de sus canchas en Nueva York se montó un hospital de campaña para infectados que ya ha sido desmantelado. Parece difícil que se dispute, después de que la ATP haya aplazado el reinicio de la competición hasta el 1 de agosto. Trump, de hecho, pasó de la ATP y la WTA en sus reuniones con el deporte profesional.
GOLF
La PGA vuelve sin espectadores el 11 de junio en Texas con test masivos (quieren realizar hasta un millón) y el objetivo de salvar la joya de Augusta (trasladado del 9 al 15 de noviembre).
UFC
Su presidente, Dana White, consiguió emitir un vídeo grabado por Donald Trump en su retorno el 9 de mayo en Jacksonville, con gradas vacías. "Necesitamos deporte, les necesitamos de vuelta", dijo el presidente en su alocución. Un luchador dio positivo en los controles previos y se canceló su combate. Las normas de seguridad fueron deficientes, pero los shows siguen. Para Florida, el deporte es una "actividad esencial2.
Trump es un gran amigo del dueño del wrestling, Vince McMahon, y incluso participó en la Batalla de Millonarios en 2007. Ya a principios de abril sacó adelante su gran evento WresleMania36 en Florida, con grabaciones previas y récord de interacciones en las redes. No para.