RUGBY | AGUSTÍN PICHOT

"El rugby tiene que salir de esta siendo más global y solidario"

Agustín Pichot presentó el domingo su candidatura a presidir World Rugby. Charló con AS del calendario, los países emergentes, la tecnología...

UAR

Agustín Pichot es un coloso del rugby mundial. Desde su espectacular carrera, con 71 'caps' en la Selección argentina y cuatro mundiales disputados, entre ellos el del tercer puesto de 2007, y desde su condición de vicepresidente de World Rugby, cargo que asumió en 2016. El domingo de Pascua, tras bregar contra el inmovilismo de la cúpula internacional durante años, decidió romper con la línea marcada por el ejecutivo de Bill Beaumont y presentar su candidatura para enfrentarse a él en las elecciones a la presidencia previstas para mayo. Pichot atiende a AS desde Buenos Aires, la ciudad que alumbró hace 45 años a un nueve de época que hoy promete un deporte del oval "más solidario y global".  

Corren tiempos difíciles… ¿Cómo los está viviendo?

Qué te puedo decir. No quiero decir ni peor ni mejor que en ningún lado del mundo porque es todo catastrófico. Acá estamos, agachados amigo.

Hace poco anunció su candidatura a la presidencia de World Rugby. ¿Con qué objetivo se presenta? Teniendo en cuenta que no parte de cero, sino que forma parte de la ejecutiva actual como vicepresidente.

Se fueron dando varias cosas en el último año. Empezó con diferencias en el problema que hubo con el partido de Bruselas, algunos ruidos, y luego siguió con la Nations Cup. Los cambios y las formas más dinámicas que yo quería implementar dentro de las estructuras no eran tomados en cuenta. En vez de romper adentro de la organización y crear un problema decidí estar un poco más al costado y dejar que las cosas cambiaran. Al no haber cambios empezamos a trabajar con algunas naciones y regiones para presentar un plan para hacer las cosas de una forma diferente a cómo se venían haciendo.

Se le percibe como el candidato rompedor y el de los países emergentes que están llamando a la puerta de los grandes escenarios internacionales. ¿Asume esa posición?

Te soy sincero. Desde que fui jugador me tocó ser parte de los países emergentes. Yo soy argentino y mi posición desde el juego siempre fue tratar de hacer ver a lo que en ese momento era la IRB que tenían que darnos oportunidades. Es lo mismo que le está pasando hoy a tantos otros países, desde tener más votos o más presencia en lugares internacionales a más calendarios y más inversión. No es que yo haya cambiado por entrar en el sistema. Al revés, sigo siendo alguien que quiere cambiar el sistema, hacerlo más moderno y que se adapte a lo que es hoy el mundo. Yo creo que esto del virus va a hacer que muchas cosas que antes no se discutían hoy se lleguen a discutir.

Hablando del virus, trae consigo una crisis económica que va a afectar a todo el mundo, incluido el deporte y por extensión el rugby. ¿Cómo va a atajar ese placaje?

Todo el mundo está en lo mismo. Olvidémonos de los deportes. Yo creo que son secundarios a la pandemia que estamos viviendo. Mirando a mis familiares de España e Italia, donde tenía abuelos, esto a nivel sociedad, y en Argentina todavía no hemos tenido los picos de este brutal virus, el mundo va a quedar diferente. Entonces no tenemos que dejar de pensar que en rugby también va a pasar eso y el desafío va a ser gigante. Primero hay que saber dónde vamos a estar parados a nivel de mundo, después a nivel de cada país y por último a nivel de cada deporte. A partir de ahí construir una visión y una estrategia a largo plazo que logre sacar algo bueno de esta crisis. No volver a lo mismo que hacíamos siempre, de la misma forma, porque estamos asustados. Es el momento de tener un cambio, de pensar más global.

¿Qué oportunidades ve para cambiar un calendario que lleva largo tiempo siendo discutido? Ha mencionado ya el por ahora fallido proyecto de un Campeonato de Naciones y hace días Bernard Laporte ofreció la idea de un Mundial de Clubes anual.

Te hago una pregunta: ¿cuánto le sirve a España como país un Mundial de Clubes de rugby?

Tal y como está planteado, cero.

Ahí está. Hay que hablar de una estrategia global de países primero y después acomodar a los clubes. Hay que buscar inversiones en un ámbito de expansión que sea lógico. Sino estamos discutiendo detalles que son piezas de un rompecabezas y que vienen después.

En su manifiesto habla de dar más voz a los jugadores en la confección del calendario y tirar más de la tecnología.

Sigo sintiendo como un jugador porque he estado muchos años a nivel profesional. Hay que escucharles. Las mujeres y los hombres que están jugando son nuestra obsesión. Ellos son los que nos tienen que decir qué hacer y cómo para que podamos cuidarles, en las reglas, los calendarios o los tiempos de descanso. Necesitamos jugadores sanos y en su mejor momento.

Lo de la tecnología para mí es fundamental. Yo creo que el deporte en general ha sido bastante lento para usarla. Desde la parte de entretenimiento como los eSports, que han aprovechado la NFL o FIFA con un juego para todas las plataformas. Eso el rugby nunca lo ha hecho. Y por otro lado está el tema de la implementación de la tecnología para ayudar a que el juego sea más dinámico. Uno de los proyectos que planteé hace año y medio y que no se quiso usar por miedo fue tirar líneas virtuales de hawkeye (ojo de halcón) o TMO con el offside (fuera de juego). Ideas así hay miles, pero esa era una de las más fáciles de implementar.

¿Por qué deberían votarle a usted y no a Beaumont uniones de países de segunda fila con peso en World Rugby como Fiyi o Georgia?

Porque hace 20 años que están en el mismo lugar. Son invitados cada cuatro años a ser parte de una fiesta que termina y, al mes, todos sus jugadores se van y no los pueden usar durante casi cuatro años para mejorar las infraestructuras o su rugby amateur. Ahí está el desafío, ahí es donde el sistema se muestra más injusto para las naciones más chicas.

Volviendo al Campeonato de Naciones, qué margen hay para recuperar el proyecto tal y como lo planteaba la corriente más aperturista, con ascensos y descensos que abrían la puerta a países emergentes. Sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera el baño de millones que prometía consiguió doblegar la resistencia de las Home Unions.

Por qué no. La idea es en algún momento agrandar el Seis Naciones, o el Rugby Championship también. Por eso te digo que la estrategia tiene que cambiar a pensar a nivel global.

Pichot saca el oval de una abierta en el partido de cuartos de final del Mundial 2007 entre Argentina y Escocia.FRANCK FIFEAFP

España, con casi 47 millones de habitantes y un historial de éxitos en muchos deportes de equipo, parece reunir todas las condiciones para ser un país importante en el rugby. ¿Por qué no lo ha conseguido aún?

Sabés que fui muchas veces a España y he estado charlando con muchos dirigentes, con Alfonso (Feijoo) hemos hablado bastante. Siendo muy respetuoso de España yo no sé, y de verdad que no lo digo para esquivar la pregunta, si el problema es la liga, los clubes… De verdad que no lo sé. Lo que está claro es que tiene un potencial gigante, lo dije en reiteradas oportunidades. Quizá esta vez tenga la oportunidad de hacer un plan estratégico, con este virus y esta crisis. No conozco el estado de la unión hoy. En Vancouver hablé con el hijo de Alfonso (Pablo, seleccionador nacional de seven) y Keith Chapman (mánager de esa modalidad) y les pregunté cuál era su posición para cambiar formatos. De eso se trata, de escuchar más a la gente, que es parte del sistema. Pero al margen de esa charla y otras con periodistas y amigos, desde fuera sí te puedo decir que España lo tiene todo. Las mujeres lo han mostrado y Pablo ha puesto a jugar un equipo impecable y han estado a punto de ir a un Mundial. Los recursos y la pasión los tienen. Ahora, cómo tienen que mejorar es algo que deben discutir ellos. No sería respetuoso de mi parte meterme.

Aquí también tenemos elecciones a la vista y hace días, en un encuentro virtual Juan Carlos Martín, el único rival de Feijoo en esa carrera, decía que desde esa candidatura ya tienen contacto con World Rugby y que si salen elegidos pondrán una persona de enlace entre ambas federaciones. ¿Le consta? ¿Ha tenido usted algún contacto particular con ellos?

La verdad que no. Y de nuevo sería muy irrespetuoso que World Rugby se meta para un lado u otro. No sabía que ya había dos candidatos. Pero a World Rugby no le incumbe, tiene que ayudar a España sin entrar en una elección desde mi punto de vista.

Hablaba antes del caso de Bruselas. ¿Hay margen para crear una normativa de elegibilidad de los jugadores más precisa?

Creéme que me he llevado yo la mayoría de críticas en ese tema por poner la cara y después tuve que apoyar un proceso muy legal y muy técnico. Yo habría hecho una rueda de prensa explicando punto por punto. Hubo una constante percepción de que las cosas no se habían hecho de una forma muy transparente. Dentro de mi disconformidad, impulsé un proyecto de una base de datos en la que no haya grises, que sea blanco o negro. Y si hay grises, que se puedan discutir. Hay cosas difíciles de explicar. Si un jugador de Tonga jugó en 2014 un torneo de seven y ese equipo entonces estaba abajo en la elegibilidad, o si jugó en un equipo de menores de 20 que estaba como segundo equipo según la normativa de World Rugby y ese día no se anotó, no hay registros en internet, tenés un problema. Lo que yo siempre digo es: ante la duda, no corrás el riesgo. Y si tenés alguna duda, ¿por qué no usas otros jugadores? Me dirás que el jugador tiene derecho. Está bien, pero si el sistema no es claro y después aparece un problema te van a descalificar.

¿En qué consistiría esa base de datos de la que habla?

Ya se instrumentó y se aprobó hace ocho meses la parte financiera. Desde el 3 de marzo creo que se está implementando el sistema para cargar los datos de los jugadores y que esté todo ahí. Por supuesto que va a haber casos como el del último Seis Naciones B que jugó España (el de Bell), en el que de nuevo había dudas. Ahí corrés el riesgo de que aparezca, que la otra federación (en este caso Rusia) tenga algo que decir y que se acabe interpretando que ya había sido elegible para otro país.

Otro de los problemas en Bruselas fue un claro conflicto de intereses del árbitro. Un rumano administrando un partido en el que, si perdía España, su país se clasificaba para el Mundial.

Todos somos seres humanos. Lo he hablado con Nic Berry o Jaco Peyper. En algún lado se hace muy difícil para un referí no cargar con eso. Muchos dicen ‘no, si es profesional tiene que ser imparcial’. Para mí es ponerlo en una situación de conflicto que no es necesaria, se puede evitar tranquilamente. Porque los que somos aficionados al rugby vamos a ver un partido y vemos que el referí es del mismo club y pensamos que en un fallo dividido va a cobrar para su equipo, por más que no sea así. Para qué lo vas a poner bajo ese problema. Lo que se genera con el partido de Bruselas, si hubiera sido un referí de otra nacionalidad hablaríamos de que tuvo una mala tarde. Lo primero que dije en World Rugby fue: ‘señores, nosotros tendríamos que haber evitado ponerle en ese problema’. En SANZAAR lo he dicho doscientas veces y algunas he perdido el argumento. Jaco Peyper ha arbitrado a Sudáfrica contra Argentina y lo mismo nos ha pasado con Anselmi y los Jaguares.

A mí un trago amargo que me dejó lo que pasó después de Bruselas es que por qué voy a querer yo que España no vaya a un Mundial y que vaya Rusia, Rumanía o Bélgica. En todo caso podrían pensar al revés en Rumanía y allí nadie me puteó, me putearon todos de España.

Cambiando de tercio. ¿Qué planes tiene para la el rugby femenino y el seven?

En rugby femenino se va a unificar el calendario global y se va a fundar un nuevo torneo. Yo estoy luchando también para meter ahí a los países emergentes que están en la misma situación que con los hombres, haciendo tres niveles. En el seven una de las charlas que tuve con Pablo y con Keith fue si estarían de acuerdo en que se hagan más torneos o cambiar el formato de los que hay. De eso se trata: ver, analizar y seguir invirtiendo en las regiones para que puedan crecer si están afuera de los principales circuitos.

¿Saldrá un rugby más fuerte y más inclusivo de esta crisis?

Creo que saldremos con algo más inclusivo. Esa es mi propuesta. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para crecer y ser realmente solidarios y globales.

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