El golf es un deporte que trata de acabar con el cliché de que es irresponsable con el medioambiente. "Un campo es sostenible cuando se utilizan menos recursos (poca agua, cortes precisos, sin pesticidas) y se producen las mejores condiciones de juego", explica David Gómez, greenkeeper jefe de la Federación Española, que hace un análisis detallado para AS. "Ningún recorrido de golf de España riega con agua potable. Todos usan agua reciclable, en Madrid la cogemos del anillo morado. Además se paga el metro cúbico a 0,45", dice Gómez, que pone como ejemplo el Centro Nacional de Madrid, en la zona de Pitis y que antes era un vertedero. "Se ha convertido en un ecosistema entre el monte de El Pardo y los edificios, con pájaros que vienen de Europa, hurones, jabalíes...".
Otros campos naturalizados en España son El Saler de Valencia, el Club de Campo o el de Alicante Golf, que se ha transformado en un pulmón en el centro de la ciudad. Se trata de seguir el modelo de los campos británicos e irlandeses, ejemplo de campos naturales.