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BOXEO

Spence gana la guerra del Staples Center a Porter

Errol Spence y Shawn Porter ofrecieron una batalla total en su combate por los Mundiales WBC e IBF del welter. Spence ganó por decisión dividida.

Actualizado a
Shawn Porter y Erroll Spence durante su combate en Los Ángeles.
AFP

El público del Staples Center de Los Ángeles vivió en pie el último asalto del combate entre Errol Spence y Shawn Porter. Era imposible hacerlo de otra manera. Los dos campeones se citaron en la ciudad californiana para unificar sus cinturones del peso welter (IBF y WBC) eran dos estilos diferentes de boxeo, pero Shawn salió con intenciones de guerrear y Errol aceptó desde el primer momento. Una batalla digna de ser uno de los combates del año. La victoria fuera para Spence. El texano había prometido hacerlo por KO, pero tras comprobar que la mandíbula de su rival era de acero vio como llegó a las cartulinas. Triunfo por decisión dividida (116-111, 112-115 y 116-111) y un deseo en la mente de todos los aficionados: una revancha lo antes posible.

El combate comenzó pausado. Spence impuso su ritmo más diésel y tomó el centro del ring. Pero fue algo momentáneo. Porter estaba fuera de distancia, entraba como un rayo para golpear y salía. Quería una guerra, pero no fue hasta el tercer asalto cuando sacó la artillería. El de Ohio lució muy rápido. Se metió en la corta distancia y Spence se tragó sus palabras. "Él querrá una pelea en la corta distancia, no la aceptaré", avisó en la previa. Solo unos segundos le hicieron caer en el juego de Porter. Guerra total y absoluta desde ese momento hasta el último segundo del combate. Tercer y cuarto acto fueron para el campeón WBC, que tuvo una marcha más. Errol no estaba cómodo, pero se defendía muy bien con su cintura y con los ganchos al cuerpo, fue lo que más aprovechó.

Las cartulinas reflejaron una realidad algo más amplia de lo que ocurrió. Pues ninguno ganó con tanta holgura. La tónica fue siempre la misma: ambos se copiaban. Cuando Spence conectaba varias manos buenas, al segundo llegaban las de Porter... y viceversa. Un tuya-mía en toda regla que pudo romperse en el cuarto asalto. En uno de los intercambios brutales que hubo desde el noveno asalto (los últimos rounds fueron una locura), Spence impactó un crochet de izquierda que mandó a Porter al suelo. El de Ohio se levantó más enfadado que dolido, y es que orgullo es más fuerte que todo. Sacó lo que le quedaba, al igual que el campeón IBF y el público solo pudo aplaudir. Quedaban 40 segundos de combate y decidieron arrancar una ovación cerrada a ambos titanes. Las cartulinas dieron decisión dividida, los datos lo clarificaron todo un poco. Errol Spence lanzó 49 golpes más y en solo dos asaltos Shawn Porter percutió más. No fue un dominio aplastante, pero sí fue superior dentro de la igualdad de la batalla. Errol Spence sigue siendo invicto, todos soñamos con verle con Terence Crawford... aunque visto lo visto en Los Ángeles, la revancha también es un deseo.