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De Bolt a un F1: las mayores velocidades en el deporte

De los más de 44 km/h alcanzados por el jamaicano en los 100 metros lisos a los 378 de Bottas con su Williams-Mercedes, analizamos aquí las velocidades más altas registradas en distintos deportes.

De Bolt a un F1: las mayores velocidades en el deporte

Una de las pulsiones que mueven al ser humano es su ansia de superación constante. Algo que, en deporte, se traduce en saltar más alto o a mayor distancia, golpear más fuerte un objeto, correr, nadar, pedalear o pilotar más rápido... En ese sentido, las plusmarcas o récords son la medida de excelencia y a lo largo de la historia se han marcado registros de velocidad muy llamativos en distintas modalidades deportivas. A continuación repasamos algunos de ellos:

Atletismo (44,64 km/h)

La prueba de velocidad por excelencia, los 100 metros lisos, nos remiten a un nombre: Usain Bolt. El relámpago jamaicano posee el récord del mundo en el hectómetro con los 9,572 segundos marcados en los Mundiales de Berlín 2009. Una carrera en la que, además, en el tramo comprendido entre los 60 y los 80 metros, alcanzó los 44,64 kilómetros por hora, la mayor velocidad que ha registrado un hombre corriendo, doctorándose así como el más rápido sobre la faz de la tierra (con viento legal). 

Tenis (263,4 km/h)

Si Usain Bolt puede correr muy rápido, sus números no son nada comparados con los que puede alcanzar una pelota de tenis, especialmente en un saque. Muchos son los 'cañoneros' que han conseguido superar ampliamente la barrera de los 230 kilómetros por hora. Entre ellos, tres españoles como Fernando Verdasco, Nicolás Almagro o Feliciano López y sacadores de renombre mundial como Andy Roddick, John Isner o Ivo Karlovic. Pero nadie ha golpeado con tanta violencia una pelota como el australiano Sam Groth, que en segunda ronda del Challenger de Busan de 2012 realizó un servicio a 263,4 kilómetros por hora. 

Golf (349,38 km/h)

La velocidad que se imprime a un drive (el golpe de salida en un hoyo y el más potente), no es la estadística más a tener en cuenta en el golf ortodoxo (la distancia y el porcentaje de acierto de calles pesan más en este caso). Pero hay toda una modalidad (long drive) dedicada a ello y las marcas que se consiguen en ella son asombrosas. La más alta hasta ahora en cuanto a velocidad la consiguió el estadounidense Ryan Winther en 2013 en el Orange County National Driving Range. Su golpe llegó a alcanzar los 349,38 kilómetros por hora y está registrado como Récord Guinness. 

Ciclismo (296 km/h)

Si en una prueba de ciclismo de carretera, en un descenso rápido, se han llegado a superar los 100 kilómetros por hora, con asistencia motorizada la cota máxima crece mucho. La tiene en su poder la estadounidense Denise Mueller-Korenek, que fue remolcada por un coche tipo dragster en las salinas de Bonneville, en Utah, y al soltarse consiguió mantenerse pedaleando a rebufo del vehículo a una velocidad máxima de 296,009 kilómetros por hora. 

Natación (8,9 y 13,1 km/h)

Aquí hay que distinguir entre las marcas que se consiguen con y sin aletas y/o prendas específicas. Al natural, diríamos, el más rápido ha sido el francés Florent Manaudou, que en diciembre de 2014, en una prueba de 50 metros estilo libre, llegó a nadar a una velocidad de 8,88 kilómetros por hora. Con aletas (con una monoaleta, en concreto), nadie ha sido más veloz que el ruso Pavel Kabanov, acreedor de un registro de 13,1 kilómetros por hora en una prueba de 50 metros de natación en apnea con aletas, disciplina en la que el nadador no emerge del agua en ningún momento. 

Bádminton (426 km/h)

La velocidad más alta a la que ha viajado un volante han sido 426 kilómetros por hora desde enero de 2017; el hombre capaz de golpearlo con tanta virulencia, el danés Mads Pieler Kolding durante un partido de la Premier Badminton League de India con los Chennai Smashers.  

Esquí (255 km/h)

En este deporte encontramos la disciplina en la que el ser humano puede alcanzar mayores velocidades sin una ayuda motriz externa: el speed ski. Los referentes, tanto masculino como femenino, son italianos, Ivan Origone y Valentina Greggio. El primero ha llegado a surcar una pista a 254,9 kilómetros por hora; su paisana, a algo más de 247. En cuanto al esquí alpino clásico, también es propenso a las altas velocidades. Que le pregunten al austriaco Klaus Kroell, que llegó a alcanzar 155,4 kilómetros por hora, la marca más alta registrada. 

Pelota (305 km/h)

En noviembre de 2017 saltaba la noticia. El zaguero vizcaíno Ibon Aldazabal rompía un récord vigente durante 38 años en el mundo de la cesta punta, el de velocidad. Desde 1979 lo ostentó Areitio, que llegó a lanzar una pelota a 302 kilómetros por hora en el frontón de Newport. Aldazabal puso el nuevo techo, 305, en las semifinales del Speed Challenge de Dania Jai Alai. 

Caballos (70,7 y 60,8 km/h)

Aquí hay que introducir un matiz que es la distancia. En carreras de dos 'furlongs' (una medida anglosajona equivalente a 220 yardas, unos 200 metros) la mayor velocidad, 70,76 kilómetros por hora, la alcanzó 'Winning Brew' en el Penn National Race Course de Pennsilvania. En carreras más largas, de una milla y media (2.414 metros), la plusmarca es para 'Hawkster' en Santa Anita Park, California: 60,86 kilómetros por hora. 

Boxeo 

Si bien la medición de las velocidades a las que lanzan sus puñetazos los boxeadores no es lo más relevante en cuanto a estadísticas de este deporte y no hay récords establecidos en este apartado, hay estudios que calculan que un púgil rápido puede llegar a golpear a una velocidad de entre 48,2 y 64,3 kilómetros por segundo. 

Fórmula 1 (378 km/h)

En la modalidad reina del mundo del motor, el más rápido de la historia en un momento dado ha sido el finlandés Valtteri Bottas, que en una sesión de entrenamiento del European Grand Prix de Bakú en 2016 alcanzó los 378 km/h en su Williams-Mercedes. En carrera, la marca más alta registrada (pendiente aún de aprobación por parte de la FIA) es del propio Bottas en el GP de México del mismo año: 372,54 kilómetros por hora. 

Moto GP (356 km/h)

Como una de las mecas de las carreras motorizadas, en este caso la protagonista es Italia. Porque fue un piloto italiano, con una moto italiana y en un circuito italiano, quien alcanzó la velocidad más alta registrada nunca en Moto GP. Fue Andrea Dovizioso, con la Ducati GP18, en el trazado de Mugello. Llegó a rodar a 356,4 kilómetros por hora.