Las claves de la final de la NFC cuando ataque Los Angeles
Los Rams necesitan que Jared Goff, su quarterback, se reencuentre, y los Saints encontrar una solución de urgencia para la terrible baja de Sheldon Rankins.
El final de temporada de Goff ha sido preocupante. Durante todo el mes de diciembre el quarterback de los Rams ha perdido el toque mágico que apareció de improviso en 2017 y le convirtió en uno de los referentes de la posición después de haber sido un cero a la izquierda en su temporada de rookie. La diferencia al principio de este año, que también se había empezado a ver en los últimos partidos de 2017, es que Goff había dejado de ser un complemento para Gurley y tenía vida propia como arma de destrucción masiva. Superaba las trescientas yardas de pase con soltura, completaba un porcentaje sobrecogedor (ante los Chargers superó el 80%) y sembraba el pánico en las secundarias al mismo tiempo que Gurley destrozaba los front seven. Hasta la derrota en Nueva Orleans, los Rams tuvieron uno de los ataques más explosivos que recordábamos.
Por alguna razón, tras ganar a los Chiefs anotando 54 puntos toda esa magia desapareció durante la semana de descanso. No es que el ataque de los Rams no haya sido capaz de atropellar a algunos rivales. Simplemente es que no ha vuelto a tener la misma soltura.
La baja de Cooper Kupp
El problema es doble. El primero tiene que ver con la lesión en la semana 10 de Cooper Kupp que, para entendernos, era para Goff lo mismo que es Edelman para Tom Brady. Era el receptor que mejor y más se le ofrecía en los momentos difíciles, más activo en el juego bloqueando y participando en cada jugada hasta que el balón estaba parado y el más fácil de encontrar casi siempre. Además, Kupp conseguía muchísimas yardas después de cada recepción. El segundo es que Gurley se lesionó contra Philadelpia en la semana 15 y desde entonces ha estado renqueante. La preocupación de McVay fue tanta que fichó a CJ Anderson para que le ayudara en el backfield.
Por eso, la clave del ataque de estos Rams es que recupere la soltura ante los Saints. Que Goff vuelva a jugar confiado y a gusto. En realidad, media liga soñaría con tener una pareja como Robert Woods y Brandin Cooks, dos receptores que han terminado el año con más de 1.200 yardas. Tras la baja de Kupp han pasado a Woods al slot, pero no es lo mismo, o al menos no lo ha sido hasta ahora. Veremos si el domingo vuelve la compenetración que quizá han faltado en las últimas semanas.
Para consuelo de los Rams, el eslabón más débil de la defensa de los Saints está en la secundaria. Como sucede en el caso de sus rivales, sus números como la cuarta peor de toda la NFL tiene más que ver con la obligación de sus rivales de pasar para intentar remontar, que con su auténtico rendimiento. Pese a todo, la pareja Lattimore-PJ Williams se quedaba muy corta y mediada la temporada ficharon a Eli Apple, que probablemente no esté siendo todo lo bueno que se esperaba. Al final, si para la defensa de los Rams va a ser complicado encontrar la fórmula para frenar el juego aéreo de los Saints, al revés va a suceder lo mismo si, por fin, volvemos a ver al Goff de los dos primeros tercios de la temporada y no al de los últimos partidos.
La irrupción de CJ Anderson
Pero al final, el gran arma de los Rams es Todd Gurley, probablemente el mejor jugador ofensivo de la NFL actual. En el partido de la semana 9 los Saints consiguieron anularle como factor, pero ahora ha aparecido CJ Anderson para darle más emoción al asunto. Al principio del partido divisional todos estábamos sorprendidos de que McVay usara tanto a Anderson, pero según iba transcurriendo el encuentro, fue evidente que ambos se complementan perfectamente, uno percutiendo y otro inventando. Un front seven tan potente como el de los Cowboys terminó completamente sobrepasado. Hundido por la presión de ambos corredores. Y no hay que olvidar que esta semana los Saints no tendrán a Sheldon Rankins para formar su habitual muro por dentro.
Creo que los Rams van a intentar repetir la fórmula, y más tras la baja de Rankins. Sobre todo porque la mejor manera de ganar a los Saints es mantener fuera del campo a Brees y eso se consigue corriendo y consumiendo reloj. Además, no hay que olvidar que el quarterback de los Saints suele tardar en calentar. No ha sido raro que Brees haya tenido problemas para meterse en un partido para, al final, acabar desesperado intentando encontrar sus sensaciones habituales. Antes de cualquier otra cosa, los Rams necesitan buscar algo así, como camino seguro hacia la victoria. Eso no quita que Brees pueda lanzar un pase de touchdown en su primera jugada, pero si eso sucede, que McVay se eche a temblar, porque les esperan tres horas muy largas.
La grave baja de Rankins
La defensa de los Saints siempre ha sido muy agresiva con Payton, y ahora, además, está salpicada de jugadores buenísimos. Los relevos son constantes y buscan confundir al quarterback sin parar. Cameron Jordan, el mejor jugador de su front seven amenazará con placar a Goff, aunque el quarterback de los Rams no sufrió ningún sack en la semana 9. Son la segunda mejor defensa frenando la carrera de toda la NFL, pero creo que la lesión de Sheldon Rankins puede destrozar el equilibrio de todo el grupo. Nadie podrá agobiar al quartertback rival por dentro mientras cierra las carreras interiores para la carrera como él. Onyemata tiene un papelón y su rendimiento puede ser una de las calves de la noche.
Ese problema en la línea defensiva de los Saints es una buenísima noticia para la línea ofensiva de los Rams, que como le sucede a la de los Saints, sin dejar de ser de las cinco o seis mejores de toda la NFL ha bajado algo su rendimiento en el último tercio de la temporada. Casi todo el mundo señala al center, John Sullivan, como el eslabón más débil en este momento. Por último, McVay es tan imaginativo como Payton en su preparación de los partidos. Muy probablemente nos sorprenderá a todos con alguna clave inesperada que pueda darle la vuelta completamente a todas las previsiones.
ASÍ FUE EL PARTIDO DE TEMPORADA REGULAR