Lesnar regresó en Hell in a Cell y arrasó; Rousey lució ante Bliss
El excampeón volvió para dar una paliza a Reigns y Strowman, que peleaban por el título que él tenía. Rousey confirma un ascenso continuo en WWE.
Roman Reigns, Braun Strowman, una jaula de acero y Mick Foley de árbitro especial. El combate estelar de Hell in a Cell tenía alicientes suficientes para ser recordado. Aunque le debió parecer poco a los creativos de la WWE que consiguieron hacer el combate más loco de los últimos tiempos. La pelea no se terminó. Hubo un carrusel de invitados entre el que destacó uno, Brock Lesnar, quien apareció cuando nadie le esperaba para dejar en duda su futuro. Mientras, Reigns continúa como campeón Universal y Strowman con una nueva ocasión perdia.
Por orden cronológico, se vio una buena pelea. Strowman, más corpulento, lo aprovechó para dominar durante más tiempo, pero Reigns es un tipo duro y sabe resistir y capitalizar sus ocasiones. La pelea estaba cerca de terminar para cualquiera de las dos partes. De hecho ambos estaban tendidos sobre el suelo cuando aparecieron McIntyre y Ziggler para intentar intervenir en la pelea. Les frenaron Ambrose y Rollins. Era lógico, ellos cuatro junto con los dos protagonistas del combate se verán en un mega-evento en Australia y tocaba venderlo. Lo que ya no fue tan extraño fue el modo. Los cuatro acabaron sobre la jaula y McIntyre y Rollins rompiendo una mesa de comentaristas con su cuerpo al caerse desde cinco metros de altura.
Todo se había descontrolado, nadie miraba la pelea por el título. Ni se volvería a hacer. Sonó la música de Brock Lesnar y este apareció. La última vez que se le vio fue en SummerSlam, cuando perdió su cinturón. Esa derrota daba a entender que se centraría en su retorno a las MMA. Pero su regreso es una declaración de intenciones. Paliza a Reigns y Strowman, quiere recuperar su título. Mensaje enviado y puede que descifrado. La WWE no pondría problemas a que alternase la WWE y la UFC. Puede ser un camino o no, porque el giro de guión fue 100% inesperado. Lesnar regresó y vapuleó, Reigns no defendió el título y Strowman se quedó con otra paliza y sin oler el título. La pugna por el Campeonato Universal está al rojo vivo.
Ronda Rousey volvió a lucir ante Alexa Bliss
Ronda Rousey no tiene techo. La estadounidense participó en su cuarto PPV y sigue maravillando. Cada vez que se sube a un cuadrilátero muestra más recursos. En el vestuario dicen que es una gran trabajadora. Se nota cuando está en acción. En Hell in a Cell tuvo que sufrir, lastrada por una dolor en las costillas que su rival, Alexa Bliss, supo atacar bien, pero lo importante ese resistir y seguir. Lo hizo y así llegará al primer PPV femenino de la historia, Evolution, como la campeona de Raw. Aunque lo más importante son las sensaciones, parece que nadie puede hacerle sombra.
Ronda salió con su estilo habitual dominante. Lo logró con las llaves y con los golpes. Bliss estaba desquiciada y salió del ring. Lo aprovechó para tirar del pelo a Ronda y ahí comenzó su hegemonía. En el último episodio de Raw había atacado las costillas de la campeona, y ahí fue. Rowdy estaba dolida y tuvo que sufrir mucho, pero en la WWE le apodan 'la mujer más mala del planeta' y tuvo que demostrarlo. Se rehizo, quitó deshizo (con la ayuda de Natalya) de las dos acompañantes de su rival y después la destruyó. Ronda tomó por encima de sus hombros a a Bliss, la lanzó por encima y le ejecutó su ya famosa llave de brazo. Victoria, exhibición y júbilo en la grada. Ronda Rousey cambió el wrestling y sigue creciendo en él. Próxima parada, Evolution.