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NATACIÓN

"La natación española sigue esperando a que suene la flauta"

Jordi Murio, ex técnico de la RFEN y de Mireia Belmonte de los 12 a los 16 años, da su punto de vista, crítico y sin tapujos, de los criterios actuales de la natación española.

Jordi Murio.

¿Qué le parece la salud de la natación española?

Pues que están esperando a que suene la flauta.

¿Y eso?

He intentando profundizar más en los puestos conseguidos en el último Europeo. Mi primera conclusión es que la natación europea ha bajado el nivel. Si hubiéramos estado en nuestras mejores marcas, habríamos lucido. Pero Europa está en crisis. La natación mundial la suben otros países al margen de los de siempre, algunos incluso pequeños como Nueva Zelanada o Sudráfica. En Europa ha habido un sistema de entrenamiento que no era el idóneo.

¿Cree que el problema es del entrenamiento?

El mensaje para Mireia de Fred Vergnoux es bueno, eso es lo puede llegar a ser el profesionalismo: trabajar ocho horas al día. Su mensaje trasciende. Con Mireia funciona porque estuvo varios años anteriormente aprendiendo y tenía una buena base. Cuando era júnior, en el Europeo y en el Mundial hizo pruebas diferentes y ganó seis medallas. Utilizamos diferentes estrategias. El objetivo era aprender. Pero no hace falta dar la imagen de que hay que entrenar ocho horas al día. Creo que los jóvenes entrenan demasiado, van a concentraciones de altura, actúan como profesionales y se les machaca… No se puede aplicar esta profesionalización a los júniors.

¿Entonces quién tiene la culpa según usted?

La culpa es del sistema que impera. Cada vez hay menos entrenadores formativos. El sistema absorbe a todos y los conduce al rendimiento. Se creó una mentira y los entrenadores están obligados a creérsela. Y el director técnico también cree en ello y la fomenta. Cogen a los nadadores antes de tiempo y los meten en los centros.

Pero hay pocos clubes que realmente potencien la natación, ¿cómo hacerlo entonces?

Habría que crear una red de formación con muchos entrenadores, que cada uno tenga su sistema y que estén reconocidos. Hungría tiene una red de entrenadores con un sistema polivalente. Nosotros no tenemos relevos mixtos porque la natación es desigual. Esta natación es para unos cuantos. Se le da importancia a los campeonatos alevines e infantiles, cuando no la tienen. La clave está en los clubes y en crear entrenadores potentes y reconocidos, no cobrando 1.000 euros.

¿Es decir el ejemplo de Mireia no se puede aplicar al resto de jóvenes?

Con Mireia se tuvo mucha paciencia. La entrené de los 12 a loa 16 años. Y nadaba de todo. Siguió progresando con Subirana, y cuando se vio de profesional, con Fred Vergnoux, fue a por todas.

¿Y cuánto entrenaba con usted?

Entrenaba 45 minutos por la mañana, y luego tenía una hora de preparación física y cada dos días una hora más por la tarde. Entrenaba entre dos o tres horas al día. Y ahora los de esta edad llega a entrenar el doble y hasta ocho horas cuando van a Sierra Nevada. Sergi López no me hizo ni una medalla en los campeonatos de Cataluña cuando tenía 16 años, y con 18 ganó una medalla olímpica en Seúl 88. Lo importante es la formación.

¿Y cuándo cambió la natación española?

Con Luis Villanueva empieza el cambio de chip. Vino un entrenador y les dio una charla, y todos le creyeron. Lo puedes hacer en Australia que hay millones de nadadores, pero aquí no podemos tener esos métodos.

Y ahora suena Villanueva de nuevo. ¿Qué opina?

Tampoco lo voy a defender, sería la tercera vez que es director técnico. Es muy amigo de Carpena. Es bueno planificando, pero su éxito se basa en cuatro figuras. Ya se cargó a Rafa Muñoz, exigiendo cosas que no tocaban. Rafa es Rafa, y con pocas horas al día tenía suficiente. Lo quería hacer pasar por el tubo, que nadará 15.000 metros al día y le puso sanciones. Y con Melani igual, pero ella tiene narices y se clasificó. Muchos de los jóvenes se van a Estados Unidos, y antes no se iban tanto. De fuera no viene nadie a entrenar aquí. Para los jóvenes es excesivo, además muy pocos van a una universidad normal cuando entran en el sistema, van solo a la UCAM. En Europa sí van a la universidad.

¿Y cree que por eso Hugo González se fue a Estados Unidos?

No conozco demasiado su caso. Por lo que veo es una garantía estar en Estados Unidos. Cuando llegas a alto rendimiento, puedes no estar afinado. Pasó con Marina García: tuvo su aprendizaje en España, se fue allí y se dedicó a los estudios, y ahora entrenando menos y a su aire está mejorando todo. Con Hugo podría pasar lo mismo. Lo vi nadar, y creo que es bastante bueno, y lo mejor que podía hacer era irse, porque si no, no hubiera mejorado.

Pero su mejor marca de momento la hizo entrenando en España...

Conociendo a Sergi intentarán entrenar inteligentemente. La natación será la segunda cosa en la vida. Y evita una presión muy fuerte. Se está formando.

Es decir, ¿cree que durante este tiempo se han desperdiciado talentos?

Hay seis niñas que nadaron más rápido que Mireia Belmonte a su edad, pero ahora estas chicas se han frenado. Corró es la única que ha mejorado. Y le pondré más ejemplos. África Zamorano  no nada el 400 estilos cuando había hecho 4:40 de júnior y se ha estancado en 200 espalda. Jordi Jou es buen entrenador, pero ha entrado en el sistema.

Habría que saber cómo trabajan en otros países por todo lo que dice. ¿Conoce cómo trabajan en Italia que cada vez son más potentes?

La natación italiana es polivalente. Hay muchos nadadores reconocidos en edad joven. No hay centros de alto rendimiento, solo uno en el que se encuentran de vez en cuando. No es un centro fijo. Los entrenadores deben trabajar con los nadadores en los clubes. En Francia, por ejemplo, está el centro Font Romeu, pero cuando son grandes nadie va allí. En París tienen otro que lo utilizan muy poco. Hay 20-25 entrenadores reconocidos y clubes con estructura… Este es el problema que hay en España. Hay cuatro clubes contados. Y todo pasa por ellos.

Es usted muy pesimista.

Llevo tiempo siéndolo. Los entrenadores están obligados a correr mucho con los nadadores. Y eso está siendo malo.