Carpena: "Mireia debe ser el ejemplo a seguir, ella no se toma años sabáticos"

De Río de Janeiro a Budapest dista un océano y un mar, pero también miles de kilómetros por carretera: un recorrido incómodo para cualquier pez. Este es el trayecto que une el pasado y el futuro más inmediato de la Real Federación Española de Natación (RFEN), que afronta del 14 al 30 de julio el Mundial después de haber hecho una pequeña catarsis tras los resultados obtenidos en la cita olímpica, donde las dos medallas de Mireia Belmonte (oro y bronce) engordaron el botín de la etapa de presidencia de Fernando Carpena. “De las 15 medallas que ha obtenido la natación en la historia olímpica, siete se han conseguido en los dos últimos Juegos”, explica. Y lanza una de sus frases de cabecera. “No me arrepiento, corrijo”.

Carpena charló con AS del comienzo del nuevo ciclo olímpico. Sus deportes viven realidades diferentes. “En el último Open de natación el 50% de los participantes en Río no acudieron. Llevamos 23 nadadores a los Juegos, algunos de ellos con el objetivo de motivarlos, pero parece que no ha ocurrido”, reflexiona, mientras recuerda que en los Juegos solo un 15% logró superar sus mejores marcas (en el Mundial de Barcelona, en 2013, fue un 65%): “Les dije que no habían dado la talla. Y no es una crítica, sino la confirmación de que podían dar más. Les pedimos al menos que se clasifiquen para semifinales”.

Por eso mismo, la dirección técnica decidió endurecer los criterios en Pontevedra. Los nadadores debían conseguir las mínimas por la mañana y por la tarde. Solo tres (Mireia Belmonte, Jessica Vall y Jimena Pérez) lo lograron. “Mireia es el ejemplo. No tiene años sabáticos. Nadó 12 veces e hizo 12 mínimas”, dijo con claridad. “A veces pienso qué pasará cuando ella no esté...”, añadió.

La mano dura empleada en natación contrasta con el cambio de rumbo del waterpolo masculino. El carácter de Gabi Hernández ha sido sustituido por la diplomacia de David Martín. “Hemos cambiado la dirección porque buscamos otras cosas”, matiza el presidente, quien augura un mejor futuro: “Estamos consiguiendo medallas en los últimos Mundiales y Europeos. Eso es buena señal”. Una transición que ya se está viendo en las chicas de Miki Oca. Bea Ortiz o Judith Forca cogen el testigo y el liderazgo de Jennifer Pareja o Laura López (retiradas). Y Paula Leitón, de solo 17 años, tendrá en Budapest que asumir el rol de Maica García, que no acude al necesitar descansar.

Un waterpolo al que se le presentan cambios. A falta de confirmación FINA (Federación Internacional de Natación), competirán diez equipos en los próximos Juegos de Tokio, tanto en chicos como en chicas, se reducirá el número de jugadores por selección (11), también se acortará el tiempo de posesión y las dimensiones del campo pasarían a ser de 25 metros y no de 30.

La natación sincronizada (o natación artística según el debate que se ha abierto en la FINA) siempre es harina de otro costal. Las chicas de Esther Jaumà tienen un objetivo claro en Budapest. “Debemos quedar entre los ocho primeros para recuperar el ADO”, advierte Carpena. Esa falta de becas al no clasificarse el equipo para Río (solo lo hizo el dúo formado por Ona y Mengual) provocó la retirada de algunas nadadoras de una horquilla entre los 22 y los 26 años.

Ampliar

La frase Carpena y sincronizada está incompleta. Falta un nombre: Anna Tarrés. Ha pasado tiempo desde aquella sísmica decisión. “Tarrés era magnífica en cuanto a resultados. Sombrerazo, pero se tomó una decisión...”, dijo. Y se mordió la lengua. “Esther Jaumà y Anna Vives tienen contrato hasta el 31 de agosto. Luego, ya veremos”, explicó.

La RFEN engloba cinco deportes. La natación, la sincronizada, el waterpolo, los saltos y las aguas abiertas. “Cada uno quiere lo suyo, pero tenemos que verlo desde la globalidad. Aunque seamos la federación con más subvención, si comparamos la natación con el atletismo, el waterpolo con el balonmano o la sincro con la gimnasia, percibimos un 30 por ciento menos”, soslaya.

La cara más positiva es el “10% de crecimiento” en las licencias. “Tenemos 90.000 fichas. Y hay un millón de practicantes: 600.000 niños que aprenden a nadar cada año y 400.000 personas que lo hacen dos veces por semana”, desliza Carpena, “aunque no podemos crecer federativamente”.

España es junto con Francia los dos países europeos con más piscinas cubiertas. Una ventaja que choca con el “uso social” de un deporte popular: “Tenemos a los socios que pagan y quieren tener privilegios. ¿Dónde les metemos? Pueden correr muchas personas a la vez; pero, en cambio, no puede estar todo el mundo en una piscina”.

La Federación de Natación también se ha comprometido con este aprendizaje acuático que ayuda a los más pequeños gracias a su proyecto Nadar es Vida, un paraguas del que ya se benefician más de 70.000 niños. Además, cuenta con 90 clubes adscritos y con el apoyo de Iberdrola y Disney. “Al año mueren 350.000 niños ahogados en todo el mundo. Hay países en los que la natación es obligatoria en los colegios”, recalca Carpena.

Hasta un total de 40 retransmisiones en streaming ha realizado la RFEN, lo que le ha ayudado a generar “más ingresos”. “Ahora, el 50 por ciento del presupuesto depende de la subvención, pero el otro 50 ya es propio”, comenta.

El presidente se pone duro y coloca a Mireia como modelo. Y también al “Gredos San Diego, que está haciendo las cosas muy bien. Los clubes deben marcarse objetivos”. El presidente se mojó en AS.

Ampliar