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Playoffs NFL

Quiero ver en postemporada a los doce mejores equipos

Me parece injusto que un campeón de división se clasifique sobre un equipo con mejor récord, y más injusto todavía que juegue en su propio estadio.

Yo no me sentiría orgulloso si mi equipo terminara la temporada 7-9.
Kirby Lee-US PRESSWIRE

Hoy Pepe y yo pretendemos debatir sobre dos cuestiones diferentes y dudo mucho que discrepemos totalmente en las dos. La primera es si un campeón de división tiene que tener ventaja de campo en wild card sobre un equipo clasificado con mejor récord. La segunda es si el título de división tiene que asegurar la presencia en postemporada.

Mi respuesta en los dos casos es no. Definitivamente no. Y es algo que he defendido desde hace años. No me gusta ver a impostores en postemporada, y menos jugando en su propio estadio. Y me da lo mismo si ganan o no ganan un partido de playoffs. Tampoco me parece relevante que el calendario de la NFL sea asimétrico, con rivales muy complicados para algunos y aparentemente más sencillos para otros.

Quiero ver en enero a los seis mejores equipos de cada conferencia, y esos son, simple y llanamente, los que más partidos han ganado.

En realidad, la cuestión a debate queda reducida a un criterio; una decisión que no tiene ninguna base científica: los campeones de división se clasifican automáticamente porque la NFL sí que es una competición de divisiones, al contrario de lo que sucede en la NBA. Las grandes rivalidades se forjan fundamentalmente entre esos cuatro equipos, e incluso esa relación afecta a la propia configuración de las franquicias. Los equipos se construyen pensando en ganar los seis duelos divisionales y eso prácticamente asegura la clasificación, pese a que los Raiders se empeñaran en demostrarnos lo contrario en 2010 por primera vez en la historia, cuando fueron capaces de ganar todos los partidos divisionales y no clasificarse para playoffs.

Por muchas vueltas que le doy, no soy capaz de entender los argumentos que puedan explicar que un equipo con récord 7-9, como los Seahawks de 2010, merezca estar en postemporada en vez de los Giants, o los Buccaneers, que ganaron tres partidos más aquella temporada (10-6). Puedo aceptar la discusión con una victoria de diferencia y una presunta dureza de calendario, pero tres victorias más son palabras mayores. En este caso, ni siquiera se justifica por una racha final increíble en diciembre que explique un gran estado de forma cuando más importa.

Es lo mismo que sucedió en 2013, cuando los Packers se clasificaron con un récord 8-7-1 dejando fuera a los Cardinals con su récord 10-6. Dos victorias más. El último caso lo vivimos el año pasado cuando los Panthers, con un record 7-8-1, dejaron fuera a unos Eagles con 10 victorias y seis derrotas. Curiosamente, quizá ese sea el caso más defendible, porque los Panthers venían de lograr cuatro victorias consecutivas y en ese momento sí eran uno de los equipos más en forma de la NFL.

Otro caso flagrante se produjo en 2008, cuando los Patriots, sin Brady y con Cassel, terminaron la temporada con ¡once victorias! y quedaron fuera de postemporada pese a que los campeones de división Chargers sólo habían sido capaces de ganar ocho partidos. Aunque todo hay que decirlo, para que nadie me acuse de manipulador, que en la semana 6 de aquel año New England cayó ante San Diego por un claro 30-10.

Uno de los argumentos para defender este formato es que este tipo de accidentes no es habitual, pero lo cierto es que los impostores aparecen como setas con mucha más regularidad de lo esperado. De hecho, esta temporada, una vez más, salvo increíble arreón inesperado de última hora, el clasificado de la NFC este va a tener un récord casi infame, aunque esta vez será complicado que vaya a dejar fuera a nadie que merezca entrar en playoffs (lo que ya es el súmmum de la tristeza y la impostura).

Pienso que esa injusticia manifiesta, que se repite con regularidad germánica, será uno de los argumentos fundamentales para defender la ampliación de los playoffs, con un clasificado más, seis encuentros de wild card y solo un equipo con bye por conferencia, que no tardará en implementarse en la NFL. Pero visto lo que está sucediendo este año en la Nacional, me temo que en ocasiones será complicado justificar que ya no un impostor, sino alguien hasta ridículo, pueda tener su oportunidad en enero.

Mientras llega ese polémico cambio en el calendario (que pese a todo estoy dispuesto a defender desde este mismo púlpito), me sigue pareciendo que regalar la clasificación a un equipo que ha sido peor en temporada regular es una injusticia. Y regalarle la localía en wild card, o incluso en una hipotética final de conferencia si se clasifica un no campeón de división, es una desfachatez.

Por no hablar de cómo se pueden desvirtuar los playoffs, con equipos que llegan a la final de conferencia sin jugar contra nadie, y completamente frescos, y otros que han tenido que luchar con uñas y dientes contra auténticos aspirantes a todo para llegar hasta ahí.

Yo en playoffs quiero ver jugar a los mejores equipos todos y cada uno de los partidos. No quiero ver impostores. Y no es solo una cuestión de justicia. También lo es de espectáculo.