BRITISH OPEN (TERCER DÍA)

Westwood es líder, Tiger se coloca y mal día para Jiménez

El inglés es líder (-3) tras el tercer día en Muirfield donde sólo tres hombres van bajo par (entre ellos Tiger con -1). Jiménez se alejó y está en +3, igual que Sergio.

Andrew RedingtonGetty Images

Sean Foley es de momento el triunfador del British Open. ¿Quién es este hombre? El encargado de trabajar los swings de Lee Westwood, Tiger Woods y Hunter Mahan, o lo que es lo mismo, los tres primeros en el marcador de Muirfield (Escocia), un campo al que el español Eduardo de la Riva ha calificado como "extremo". "No vale un golpe bueno, necesitas uno extraordinario", decía el debutante barcelonés. Pero hasta Lee Westwood, líder del torneo con -3, tuvo golpes malos, perdidos. Así se explica que el inglés hiciese cuatro bogeys (tres birdies y un eagle) y, sin embargo, marche en cabeza. Saldrá en el partido estelar junto a Hunter Mahan, con la losa de no haber ganado nunca un major en sus 40 años de vida. Y no será porque no ha estado cerca (tiene nueve top-5 en grandes y fue segundo en el British de 2010).

Westwood empezó hace poco con Foley, el hombre que rehabilitó a Tiger Woods para el golf después de su profunda crisis personal y de juego. Por supuesto, modificó su swing y el Tigre abandonó las profundidades para llegar a donde está ahora, número uno de nuevo luchando por el major número 15 de su carrera. Woods marca -1, a dos golpes de Westy, pero hay unanimidad en torno a que está jugando "muy conservador". "Está dando una lección de juego, con efecto devastador con los hierros", decía McDowell. Al californiano sólo le falta rematar con el putter. Una vez más repitió su discurso: "Lo importante es que me doy oportunidades de ganar". Aunque la realidad es que desde 2008 no se lleva un major. Hoy, de rojo y negro, puede romper la sequía. Jugará con Adam Scott, un rival incómodo porque lleva de caddy a Steve Williams, antiguo compañero de Tiger con el que acabó a insulto limpio. Un fantasma del pasado que tiene como antídoto a Lindsey Vonn.

El tercer hombre que ha sido capaz de terminar bajo el par de Muirfield (no ha habido más) es Hunter Mahan (-1), conocido como El Cazador y que marcó una de las mejores vueltas de la jornada (-3). Un golfista agresivo, de pegada, pero que también es capaz de ser sutil en los links. "Cada vez controla más la bola, se parece a Ben Hogan", dice Foley, de su pupilo, otro californiano, 31 años, que cada vez se asoma más a los majors.

El que tendrá más difícil luchar por la victoria es Miguel Ángel Jiménez. El Pisha falló en el tercer día y se fue hasta 77 golpes. Esa magia de las jornadas iniciales se esfumó y se metió en todo tipo de líos en este links escocés que no perdona a nadie. Aún así está en +3, igual que Sergio García, autor de 68 golpes, la otra gran tarjeta del día con la que se resarció de sus malas actuaciones previas. "Por fin golpeé mejor la bola", decía el de Borriol. Lejos, pero no inaccesibles están los hombres de Sean Foley, ese instructor "que no piensa en golfistas, sino en atletas a los que analiza desde un punto de vista científico y biomecánico". Ese parece uno de los secretos de su éxito en Muirfield, el links "más extremo". 

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