Atletismo | Mundiales de Berlín
El Maratón, Bolt y el salto de altura, atractivos para los berlineses
Los 100 metros fue la prueba que más audiencia televisiva logró, seguida por el salto de altura femenino donde los alemanes esperaban con ansiedad la participación de Ariane Friedrich.
Los dos maratones, las demostraciones del jamaicano Usain Bolt en los 100 y los 200 metros y la final de salto de altura femenina fueron las pruebas que más atrajeron la atención de los berlineses y de los alemanes en general durante los campeonatos mundiales de atletismo.
Los 100 metros fue la prueba que más audiencia televisiva logró, seguida por el salto de altura femenino donde los alemanes esperaban con ansiedad la participación de Ariane Friedrich.
La final de los 100 metros, lo más visto
La final de 100 metros, en la que Bolt batió su primer récord del mundo en los pasados mundiales- fue vista en Alemania por 9,9 millones de espectadores. La final de salto de altura femenina fue seguida por televisión por 8,6 millones de personas.
Friedrich, que a la postre fue bronce en la prueba, logró llenar el estadio por primera vez durante los mundiales y demostró, pese a no alcanzar el oro que muchos esperaban para ella, que es un auténtico ídolo en Alemania. Hubo un momento en el que le pidió silencio al estadio lleno para concentrarse mejor en su salto y el estadio se calló, como si estuviera en una ceremonia religiosa.
Bolt llegó como ídolo y se fue igual -con un pedazo del muro de Berlín de regalo- y sus récords del mundo provocaron júbilo en Alemania. "Berlín es la ciudad más rápida del mundo", título el sensacionalista "Berliner Kurier" después de los 9,58 en 100 metros.
Maratón y marcha, llegada fuera del estadio
En las pruebas de calle -los dos maratones y las pruebas de marcha- en Berlín se hizo una innovación que fue que éstas no terminasen en el estadio donde se realizaban las otras pruebas sino en pleno de centro de la ciudad, en la emblemática Puerta de Brandeburgo.
Había quien tenía dudas sobre el experimento pero éste, a la postre, resultó un éxito. La ausencia de Irina Mikitenko, que era la carta alemana para una medalla en el maratón femenino, no mitigó la emoción. Para ver los dos maratones salieron a la calle más de un millón de personas y las pruebas de marcha las vieron en vivo cientos de miles.
El presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), Lamine Diack, elogió la actitud del público, no sólo en las competiciones de calle sino también en el Estadio Olímpico y subrayó que no sólo habían apoyado a los atletas alemanes sino a todos en una actitud abierta y tolerante.
Diack también recordó los temores de que los atletas alemanes, que no habían tenido un buen desempeño en los Juegos Olímpicos de Pekín, no sirvieran para atraer al público local al estadio. "Los campeonatos mundiales han demostrado que los atletas alemanes son mejores de lo que muchos creían y que su público los sigue con emoción", dijo Diack.
Si se compara con Pekín, donde los atletas alemanes sólo obtuvieron un bronce, en Berlín, con nueve medallas -dos de oro, tres de plata y cuatro de bronce- hubo un gran salto y ello puede deberse en buena parte a la motivación adicional que genera un gran campeonato en casa y al estímulo del público.
El caso de Jenniffer Oesser, plata en heptatlon sin haber llegado a los mundiales como una de las grandes candidatas a medalla, es un ejemplo de como el público puede darle una fuerza adicional a los atletas.
Cuando Oesser llegó a los 800 metros, la última disciplina en Heptatlon, era tercera y, para lograr la plata, necesitaba sacarle dos segundos a la segunda.
Oesser empezó bien pero a los 150 metros tuvo un tropezón y se cayó. "Entonces -dijo después- oí un ruido de decepción en todo el estadio y me dije que ahí no había terminado todo y me levanté para darlo todo".
"Creo que corrí la vuelta más rápida de mi vida", agregó después de haber ganado la plata desde una posición increíble.
Gradas vacías los primeros días
Como nota negativa, de los mundiales quedan algunos sectores de las tribunas vacíos durante los primeros días, lo que ha sido atribuido por el alcalde, Klaus Wowereit, a que no se tenía un presupuesto ilimitado de promoción.
En todo caso, Wowereit considera que los mundiales han sido beneficiosos para Berlín. "Berlín ha ganado mucho, sobre todo en imagen con las transmisiones a todo el mundo", dijo Wowereit en declaraciones al canal de televisión local Rbb.