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Turín 2006 | Austria

Un segundo registro ensucia más a Austria

Los biatletas fugados admiten que tenían productos ilegales

<b>LA PRUEBA. </b>La foto del equipo de Austria que ha acudido a Turín demuestra que Mayer ( en el círculo) es uno de los técnicos.

El fiscal de Turín, Raffaele Guariniello, volvió a la carga con un segundo registro en la noche del lunes, esta vez en la casa que la Federación de Esquí Austriaca tenía alquilada en Pragelato, donde Walther Mayer había pasado una noche, a pesar de estar suspendido por el COI y por la FIS por un escándalo de dopaje en Salt Lake City 2002.

"Hemos detectado la casa donde se alojó Mayer y hemos encontrado material útil para la investigación", dijeron fuentes policiales. El entrenador austriaco había olvidado al menos un gotero y varias jeringuillas.

En la redada del sábado ya se habían encontrado cien jeringuillas, antidepresivos, medicamentos sin etiquetar y una máquina para medir la sangre. Parte del material se detectó en una bolsa que había sido lanzada por una ventana por los biatletas Wolfang Perner y Wolfang Rottman, que huyeron de Italia al día siguiente. Ambos confesaron ayer su culpabilidad a Markus Gandler, director técnico de fondo: "Me admitieron que tenían productos ilegales". No fueron los únicos fugados del equipo, como se conoció ayer. Emil Hock, entrenador jefe de fondo, y el técnico Roland Diethart también pusieron el domingo los pies en polvorosa.

Mientras, el presidente de la federación austriaca, Peter Schroecksnadel, sigue sin explicar por qué tenía contratado a Mayer. "No impedirle venir fue un error, pero le preguntamos al Comité Olímpico Austriaco y nos dijo que podía acudir a título privado", dijo a la agencia Dpa.

Mayer salió del psiquiátrico para declarar

El gurú Walther Mayer fue ingresado el lunes en un hospital psiquiátrico como medida de protección, porque existía miedo de que pudiera suicidarse. El escándalo le ha desbordado. Hasta el canciller de su país, Wolfgang Schüssel, ha intervenido: "Estoy indignado con que alguien como Mayer se haya presentado en los Juegos poniendo al equipo en problemas. Los atletas no se lo merecen". El entrenador austriaco sigue en tratamiento, pero ayer salió del hospital para declarar ante un juez de Klagenfurt por desorden público y resistencia a la autoridad. El domingo por la noche, después de abandonar Italia, donde huía de la justicia, Mayer arremetió con su coche contra un control de la policía de su país. Está acusado de rebelión, embriaguez (se negó a pasar el control de alcoholemia), golpes y lesiones a un agente Y ha admitido todos los cargos. Su abogado, Heinz Mildner, recordó que la justicia ordinaria de Austria revocó la suspensión de ocho años del COI y a perpetuidad de la FIS, "porque considera que un tratamiento con sangre propia no constituye dopaje".