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Golf | British Open

Tiger ganó su segundo British sin despeinarse

Olazábal se desinfló en la última jornada y acabó a seis golpes.

Roberto Polanco
<b>GANADOR DE LA JARRA DE PLATA. </b>Tiger Woods dominó el torneo desde el primer hoyo y se hizo con su segundo British cinco años después.
afp

El partido soñado por todos para la última jornada, Olazábal contra Tiger, no tuvo el desenlace esperado y David no tumbó a Goliath. Cabía dentro de la lógica más aplastante (Tiger, número uno mundial, con dos golpes de ventaja sobre el reserva llegado a última hora) pero, para no dar lugar a la esperanza, a mitad del recorrido de ayer el extraterrestre Woods empezó a embocar birdies con su característica facilidad en el green, y sus rivales (principalmente Txema y Colin Montgomerie) comenzaron a acusar el golpe moral. Tiger sacó la calculadora para administrar su ventaja y se encargó de hacer trizas el idilio de Olazábal con el British Open de este año, aunque no consiguió desmerecer el buen juego desplegado en los tres días anteriores por el de Hondarribia.

Decidido.

Aunque fue unos minutos después de las siete de la tarde cuando Tiger recogió la Jarra de Plata que le acreditaba como ganador del trofeo, en realidad ya había dado el golpe de gracia al British una hora y media antes. De nuevo, como en la jornada anterior, un momento decidió la suerte final del Open. Todo ocurrió de tal manera que parecía premeditado, la 'suerte del campeón' que le llaman. A las 17:40 horas compartían partido Tiger y Olázabal en el hoyo 12, y Colin Montgomerie (el otro perseguidor del Tigre) se las veía con el peligroso hoyo 13. En escasos segundos se produjeron dos bogeys y un birdie. Por supuesto, el birdie fue para Tiger Woods, que distanciaba de esta manera en 3 golpes a sus perseguidores y finiquitaba un torneo que dominó de principio a fin, sin despeinarse demasiado.

Olazábal acabó tercero a seis golpes del estadounidense; Sergio García fue quinto a siete impactos. Esa es la gran victoria final para los españoles, estar en posiciones de lucha por la victoria hasta el último momento. Pero ni ellos ni Montgomerie, Goosen o Singh arriesgaron lo suficiente como para vencer a alguien que, a rachas, siempre ha parecido jugar a otra cosa, con una facilidad pasmosa para sacar golpes a cada uno de los hoyos donde el resto conseguían pares complicados. En el Old Course, Tiger Woods supo manejar las rentas, sin grandes riesgos. Y ganó, claro.Como ya habían adivinado las casas de apuestas británicas, el favorito Tiger se lleva hasta su casa de Orlando su segunda Jarra de Plata y continúa la leyenda del golfista de 29 años que un día soñó ser el mejor y que ya se ha adjudicado 10 Grand Slams. El heredero de Nicklaus se coronó en la cuna del golf, St. Andrews.

Olazábal "Se me escapó el torneo"

No estoy decepcionado. Pero es cierto que no me han salido las cosas. Hice tres swing malos en los hoyos 6, 12 y 13, y ahí es donde se me ha escapado el torneo. Para tener posibilidades hubiese tenido que jugar tan bien como en la anterior jornada. Pero el campo estaba bastante complicado y las banderas estaban colocadas en lugares difíciles".

Sergio García "El viento me desconcentró"

Me marcho de St. Andrews triste por no haber acabado mejor. Una ráfaga de viento me desconcentró en el hoyo 12 y a partir de ahí perdí totalmente la concentración. No obstante, en general debo estar contento con el planteamiento que he hecho del torneo. Los diez títulos de Tiger no me afectan, debo preocuparme de mí mismo y de mi carrera".